EL PAíS › SE BUSCA AL ENCUBRIDOR Y AL ASESINO EN LA FAMILIA Y LOS ALLEGADOS
En el círculo de la mayor intimidad
Para desvelar el misterio del asesinato de María Marta García Belsunce, los investigadores se están centrando en uno de los médicos, en el marido y un allegado o pariente. El hermano de la víctima pidió que no lo detengan. El raro y oscuro negocio de los certificados de defunción truchos.
Por Raúl Kollmann
El gran interrogante es quién será el primer detenido. Hasta el momento, en el entorno de la investigación se habla de tres posibilidades. La primera apunta al médico de la empresa Paramedic, Juan Ramón Gauvry Gordon, que llegó al principio, aceptó la teoría del accidente, dio la orden de borrar manchas de sangre, no hizo la denuncia penal como correspondía y como le exigió el otro médico que llegó al rato, Santiago Biasi. Está claro que no sería la detención del asesino, pero se buscaría poner presión sobre el encubrimiento. En el mismo terreno, podría optarse por algún integrante del círculo familiar, por ejemplo el cuñado Guillermo Bártoli, que consiguió el certificado de defunción trucho y fue liberado el sábado. Esta vez, en lugar de falsificación de documento público le imputarían encubrimiento de homicidio, que no es excarcelable. El objetivo es que alguien, de una vez por todas, cuente la verdad. La segunda detención posible es la del esposo de María Marta, Carlos Carrascosa. Entre los investigadores –y también en la familia García Belsunce– están los que sostienen que fue quien primero dijo “fue un accidente”, convenció al médico mencionándole una caída anterior que tuvo su esposa y después les fue diciendo lo mismo, “fue un accidente”, a cada uno de los familiares que fueron llegando al Carmel. Hasta los más fríos investigadores sostienen que Carrascosa no tuvo oportunidad de matar a su cónyuge, pero sí que conoce la trama y que en escena habría aparecido una tercera persona. La detención de Carrascosa también buscaría poner presión sobre el encubrimiento. La tercera posibilidad, que durante el fin de semana fue mencionada por investigadores judiciales, es que se apunta a la detención de “un conocido o una conocida de ella”. Aquí sí se habla de alguien a quien se le imputaría el asesinato y durante la última semana se mencionó a una mujer. Durante el sábado y el domingo, en cambio, se habló de un hombre. “Estamos trabajando en ese sentido”, alcanzó a decirle anoche a Página/12 uno de los investigadores.
Primer detenido:
¿El médico? ¿Un integrante del círculo familiar?
Uno de los responsables de la pesquisa sintetizó de esta manera la estrategia de los próximos días: “Tenemos algunas hipótesis sobre el asesino, pero la idea es avanzar sobre la forma en la que se tapó el crimen para saber qué hay detrás. Apretando sobre el encubrimiento, alguien hablará”. En este camino, el médico Gauvry Gordon “tiene todos los boletos comprados” (sic de un investigador) para ser el primer detenido.
Según lo que ya estableció el fiscal Diego Molina Pico, la primera persona que supuestamente vio el cadáver de María Marta fue su esposo, Carlos Carrascosa. A continuación ingresó la kinesióloga Beatriz Michelini y luego el papel protagónico estuvo a cargo del primer médico que llegó a la escena, Gauvry Gordon. Este galeno admitió la teoría del accidente y protagonizó momentos de tensión con el otro médico que arribó a la casa, Santiago Biasi. De estos hechos figura como testigo el chofer de la ambulancia de Biasi, Daniel Cachi. El resumen es el siguiente:
u Biasi sostuvo judicialmente que le dijo a Gauvry Gordon (en la declaración ante el fiscal no habla del marido de María Marta) que la mujer murió de forma violenta y, aunque esto no se lo dijo, le pareció que había sido a martillazos.
u Biasi sostiene que había manchas de sangre por todos lados.
u En ese momento, aparece la kinesióloga Michelini, con una especie de balde de lavandina y una esponja, dispuesta a lavar las manchas porque Gauvry Gordon le dijo que lo haga “para que los familiares no se impacten”.
u Biasi y su chofer increpan a Gauvry Gordon: “Esto es una locura. ¿Vos sabés lo que estás haciendo, pibe?” * Biasi dijo entonces: “Es una muerte dudosa, hay que hacer la denuncia”. Gauvry Gordon contestó que él la haría, que dejaran todo en sus manos.
u Antes de irse y siempre según lo que consta en la declaración judicial, Biasi le pidió a Gauvry Gordon su número de licencia. Ello demuestra la tensión y desconfianza que se creó.
u La denuncia no se hizo y en verdad fueron algunos hermanos de María Marta los que pusieron en marcha la pesquisa recién al día siguiente, el lunes 28 de octubre.
Estas son las razones por las que Gauvry Gordon se convirtió en uno de los candidatos a la detención. El objetivo sería empezar a desmenuzar cómo se concretó el encubrimiento. En este terreno, el hermano de María Marta, el periodista Horacio (hijo), y el cuñado Guillermo Bártoli formularon un pedido de eximición de prisión al juez de Garantías de San Isidro. Sienten que están sospechados y, en verdad, tienen razón de estar preocupados. Los investigadores analizan la posibilidad de volver a detener a Bártoli, porque firmó el formulario con el que se hizo el certificado de defunción. Pero esta vez no lo imputarían en la causa que investiga el juez porteño Julio Lucini, que fue por falsificación de documento público, sino por encubrimiento de homicidio, un delito que no es excarcelable. Aquí está el tema de que fue Bártoli el que buscó una funeraria que les extendiese el certificado de defunción sin ver el cuerpo y eso es lo que podrían usar en su contra. El objetivo siempre sería el mismo: golpear en el encubrimiento para descubrir la historia que existe detrás.
Primer detenido: ¿El marido?
Carlos Carrascosa, el financista que se retiró a los 57 años después de haber vendido su acción en la Bolsa, aparece como otro candidato a ser detenido. Según los investigadores y también según una parte de la familia García Belsunce, hay algunos interrogantes por despejar.
El fiscal estableció que la primera mención de la frase “se cayó en el baño, fue un accidente”, salió de boca de Carrascosa y se la dijo a quien llegó enseguida, la kinesióloga. Parece que incluso fue desde una ventana en el instante mismo que se acercaba la kinesióloga a la casa. Recién después apareció el primer médico, que acepta lo que le dice Carrascosa, quien además fundamenta las cosas en una anterior caída de María Marta. Los familiares de la mujer argumentan que ellos no se encontraron con elementos como para contradecir al marido y menos todavía en momentos de tanto dolor y dramatismo. O sea que, con un poco más o un poco menos de sutileza, le adjudican la responsabilidad en la teoría del accidente. Debe tenerse en cuenta también que Carrascosa debió presenciar la polémica entre los dos médicos: Biasi no menciona al marido en su declaración judicial, pero sí lo hizo en las entrevistas periodísticas de la semana pasada.
Según lo que determinaron los investigadores policiales, Carrascosa estuvo toda la tarde acompañado, mirando un partido de fútbol en casa de sus cuñados. Después que María Marta se fue a bañar, Carrascosa estuvo solo únicamente dos veces y por menos de cinco minutos. En el primer caso, porque los cuñados dejaron de ver el partido de fútbol para ir a llevar a un amigo. Fue un viaje de 300 metros y volvieron en cuatro o cinco minutos, según declararon. Después, Carrascosa se fue a su casa y al llegar se encontró con un guardia del country en la puerta. El hombre le dijo que en la entrada del Carmel estaba la kinesióloga, pero que María Marta no contestaba los llamados pidiendo autorización para que ingrese. Carrascosa le dijo al guardia que fuera hacia la entrada del Carmel e hiciera entrar a la kinesióloga, mientras él se fijaba qué ocurría. La kinesióloga llegó a los cinco minutos y Carrascosa le gritó desde la ventana que María Marta se cayó en el baño. Página/12 mantuvo un llamativo diálogo con un vocero de la familia Belsunce:
–Bueno, pero Carrascosa nunca estuvo solo aquella tarde por más de cinco minutos –tanteó este diario.
–Es cierto, pero pudo haberlo hecho a través de una tercera persona –contestó la fuente familiar.
Hay otro elemento de importancia. Se sabe que la kinesióloga lavó las manchas en varios lugares, pero la familia jura y perjura que no lavó ni un sillón –en el que ahora los peritos encontraron rastros de sangre– ni un atizador ni lugares en la habitación y la escalera, donde también se detectó sangre lavada. La familia dice que eso lo lavó el asesino, pero ningún investigador cree en semejante hipótesis: “No hay asesino, que después de una pelea feroz como la que mantuvo con la señora y tras dejar un verdadero desastre en el baño, se dedique pacientemente a limpiar huellas de sangre en otro lado. A menos que tenga pensado de antemano hacer pasar todo por una caída y un accidente, algo que sólo puede urdir quien sabía del accidente anterior”.
El primer detenido:
¿un conocido o conocida
de María Marta?
Durante los últimos días, los investigadores judiciales sugieren que se está investigando a “una conocida o conocido de María Marta, que estaba dentro del country”. En verdad, el tema se maneja con máxima reserva pero se orientaría a alguna relación que mantenía la mujer. O sea que sería una línea de investigación que pone proa hacia el crimen pasional, algo que se vislumbra en la violencia y el odio que surgen de cómo ocurrieron las cosas. La semana pasada, una altísima fuente policial ya mencionó la posibilidad de que el asesinato haya sido cometido por una mujer, aunque otros investigadores sostienen que el asesino utilizó considerable fuerza: por ejemplo, le pegó con el atizador y arrastró a María Marta de un lugar a otro.
Según parece los investigadores judiciales están revisando las imágenes de quiénes entraron al country ese día, pero se quejan de que lo recogido por las cámaras de seguridad no es muy nítido. De todas maneras, esa tercera persona –se repite mucho la palabra affaire– sería del propio country.
Los tiempos
Más allá de las sospechas y polémicas, las fuentes judiciales y policiales consultadas por este diario dijeron ayer que esta semana será clave. Puede ser apenas un slogan, pero hay coincidencia en que la prueba acumulada es mucha y que el fiscal Molina Pico va a dar pasos de importancia.