Martes, 1 de junio de 2010 | Hoy
EL PAíS › AMENAZA TELEFóNICA AL JUEZ FEDERAL NORBERTO OYARBIDE EN SU CASA
La empleada de la casa de Oyarbide atendió el teléfono y se sorprendió al escuchar una voz que la nombraba para luego decirle que el juez había recibido un balazo. El magistrado realizó la denuncia en la comisaría 17ª, de Recoleta.
Norberto Oyarbide no estaba en su casa. La mucama atendió como siempre los llamados de teléfono. De pronto una voz anónima preguntó directamente por ella.
–¿Mabel?
–Sí –respondió.
–Es para avisarle que al juez le acaban de pegar un tiro en el estómago, para que le avise a la familia.
Hasta ese momento, Oyarbide no había recibido una amenaza de ese tipo. Lo primero que hizo Mabel fue llamar a la custodia personal del magistrado. En ese momento supo que Oyarbide estaba bien, y que estaba trabajando.
El juzgado de Oyarbide hizo trascender anoche la noticia de las amenazas. De acuerdo con esa información, más tarde, el magistrado acudió personalmente a la comisaría 17ª del barrio de Recoleta para sentar la denuncia formal por amenazas.
Hasta anoche sus colaboradores no sabían cuál podría haber sido el origen. El juzgado lleva adelante buena parte de las investigaciones de mayor impacto político y mediático. Entre ellas, la causa que se le sigue al ex secretario de Trasporte Ricardo Jaime por enriquecimiento ilícito; en las últimas semanas detuvo al ex ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz, acusado de un delito de lesa humanidad, y avanza en la causa de espionaje ilegal sobre una asociación ilícita en la que procesó como partícipe al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. “A qué específicamente atribuirlo, todavía no lo sabemos”, respondió un secretario del juez.
Pese a que es la primera vez que recibe una llamada, la de ayer no fue la única amenaza. A fines del año pasado, en noviembre de 2009, en la puerta de su casa, declaró ante las cámaras de televisión que solían esperarlo por la mañana que había recibido e-mails intimidatorios. Explicó que esos e-mails lo obligaron a blindar su auto. “Mi auto tiene blindadas hasta las gomas”, afirmó. Por entonces, Oyarbide ya había ordenado la detención del ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios por las escuchas al dirigente de Familiares de Víctimas de la AMIA, Sergio Burstein.
Lo que sorprendió a sus colaboradores en este caso fueron los detalles del diálogo. El dato más importante es que los autores del llamado conocían el nombre de la persona que trabaja en la casa del magistrado. Y el mensaje tuvo el tono de un mensaje mafioso.
Oyarbide avanza además con otras causas emblemáticas. Recayó en su juzgado el caso Skanska, por supuesto pago de coimas y sobreprecios en la construcción de gasoductos. También investigó las denuncias por supuesto enriquecimiento ilícito del matrimonio presidencial y lo sobreseyó.
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