El presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, confirmó que su gobierno aceptará el monitoreo conjunto en el interior de la controvertida papelera: “A la planta de UPM-Botnia no entraremos ni ellos ni nosotros, ingresarán los técnicos, la ciencia, que es la que debe resolver si contamina o no –definió–. Todos nos pondremos de acuerdo con todas las garantías del caso sobre quiénes son los mejores técnicos. Lo demás son especulaciones, pequeñeces”. Aunque la fecha no está confirmada, fuentes del gobierno argentino estimaron que la Comisión Administradora del Río Uruguay se reunirá la semana que viene para comenzar a diseñar los planes de control.

Tras conocer la decisión de la asamblea de Gualeguaychú de levantar el corte de la ruta 136, después de tres años y medio, Mujica habló también de sus expectativas y su deseo de que el largo conflicto por la pastera encuentre una salida definitiva. “Para mí es el cuarto gol del día. Es un día celeste”, dijo sobre la votación de los ambientalistas, que coincidió el miércoles con el triunfo de la selección uruguaya de fútbol en el Mundial de Sudáfrica. El presidente se mostró convencido de estar “en una etapa que es irreversible, que para mí era preanunciada, una cuestión de madurez que se venía dando, pero que no cayó del cielo”.

Mujica y la presidenta Cristina Kirchner acordaron implementar dos planes de monitoreo, uno para UPM-Botnia y otro para los 500 kilómetros de río compartido. Así lo convinieron en la reunión que realizaron en la quinta de Anchorena. En aquella charla, el mandatario uruguayo avanzó además en la idea de proponerle a Brasil un control sobre su tramo del río, lo que fue compartido por Cristina Kirchner, según confirmaron ayer fuentes del gobierno nacional.

“Vamos a tantear a ver qué dicen en Brasil. En definitiva, el río tiene un buen recorrido en Brasil cuando llega a acá. Y puedo decir que algunas cositas vienen de allá”, señaló ayer Mujica, haciendo pública la iniciativa. De prosperar esta idea habría un “monitoreo de los tres países” sobre el río (algunos medios difundieron, erróneamente, que Mujica quería sumar a Brasil al control de la planta procesadora de celulosa).

El presidente uruguayo dio entrevistas al diario La República y al semanario Búsqueda. “Hay procedimientos estándar que aplicaremos a todo lo largo del río –dijo–, no tenemos nada que tapar, nada que ocultar.” Por otra parte, anticipó que posiblemente algunas de las muestras se envíen para su análisis a Canadá, en referencia a la detección en el agua de dioxinas y furanos, tóxicos que suele generar la industria del papel y para cuya detección no hay todavía capacidad en los laboratorios locales. Mujica señaló que “al monitorear todo el río nos llevaremos muchas sorpresas porque hay una cantidad de agresiones ocultas en el trayecto del río Uruguay”.

Finalmente, el presidente Mujica elogió el trabajo realizado en torno del conflicto al señalar que, “frente a un problema difícil, ha habido muchas idas y venidas y creo que con la Cancillería logramos manejarlo con mucha flexibilidad y con mucha altura”.

Los representantes argentinos de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) ya presentaron una propuesta detallada de un plan de vigilancia para UPM-Botnia, elaborada por técnicos de la Cancillería y de la Secretaría de Medio Ambiente. Lo hicieron en la última reunión del organismo; la propuesta fue rechazada en todos sus puntos por los representantes uruguayos, pero ahora, con el aval político para el monitoreo conjunto en el interior de la planta de UPM, el proyecto volverá a ser discutido. Lo que se propone es instalar equipos automatizados que puedan realizar un control continuo de la papelera. En cambio, todavía no se presentaron propuestas para el control del río, una iniciativa que les sumará puntos a los dos gobiernos por la gran cantidad de ciudades que hay sobre ambas márgenes del cauce, todas ellas con playas –espacios públicos muy utilizados por las poblaciones locales– y desarrollo turístico.