El próximo 28 de septiembre, Argentina será electa para presidir durante 2011 el llamado “G-77 más China”, el mayor agrupamiento de los países en desarrollo en las Naciones Unidas. Así quedó resuelto ayer en Nueva York luego de la entrevista que el canciller Héctor Timerman mantuvo con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y, principalmente, con los representantes de los países latinoamericanos y del Caribe, que aceptaron por unanimidad que Argentina sea su candidata. Timerman sostuvo que desde el nuevo cargo Argentina mantendrá su postura “de fortalecer el multilateralismo que esté apoyado en la real representación de todos los países”, entendiendo por “un multilateralismo que represente al siglo XXI y no al fin de la Segunda Guerra Mundial”.

La elección será la frutilla del postre de la visita que la presidenta Cristina Kirchner iniciará la semana que viene a Estados Unidos para participar de la apertura de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una cita que los Kirchner vienen honrando cada septiembre desde 2003. En parte para estar presente en esta sesión y en parte también para darle unos días más a Néstor Kirchner para que se restablezca, el viaje está siendo reprogramado: el avión presidencial finalmente aterrizará en Nueva York el jueves de la semana que viene y permanecerá hasta el mismo martes 28 de la elección. La Presidenta dará un discurso para la ocasión.

En ámbitos diplomáticos la elección de Argentina para el cargo se daba como un hecho desde hacía un par de semanas, pero faltaban algunas formalidades. Por ejemplo, que Timerman y el embajador argentino en la ONU, Jorge Argüello, se reunieran –como lo hicieron ayer– con los 33 representantes del Grulac (Grupo de Países Latinoamericanos y del Caribe) para que cada uno les planteara las prioridades de su país en el grupo antes de dar el apoyo a la candidatura argentina. Algunos hablaron sobre la necesidad de un mayor equilibrio en el G-20, otros de políticas de desarrollo, otros plantearon cuestiones medio ambientales. Finalmente, los 33 embajadores adelantaron su respaldo.

El G-77 fue creado en 1964 y desde entonces no paró de crecer. Actualmente está integrado por 132 países, lo que representa los dos tercios de los miembros de Naciones Unidas. El origen del grupo tuvo que ver con la necesidad de unificar posiciones en los foros internacionales entre los países subdesarrollados, de manera de potenciar políticas que los ayuden a evolucionar en materia económica y social. Ultimamente, el G-77 viene incorporando otros temas a su agenda, como el medio ambiente, el sistema financiero internacional, la asistencia y las migraciones.

En la Cancillería interpretaban que la elección de Argentina tenía que ver con la posición que viene manteniendo el país en cuanto a la necesidad de impulsar cambios estructurales en el sistema multilateral.

La elección será en dos semanas, pero la asunción formal del cargo quedará para los primeros días del año próximo. Quien encabezará la presidencia será Argüello, que ejercerá el cargo junto a la representación argentina en las Naciones Unidas. Para acompañarlo en la nueva tarea, la Cancillería destinará seis diplomáticos que se integrarán en un virtual gabinete. “Es una gran responsabilidad para Argentina y para la región. Nuestro compromiso será llevar la voz de los países en desarrollo a cada foro”, explicó Argüello, en diálogo con Página/12.

Cerca de Timerman destacaban que Argentina ocupe este puesto en el G-77 en coincidencia con su participación en el G-20, ya consagrado como el foro de mayor relevancia a nivel internacional para discutir cuestiones económicas. Y será la primera vez desde la crisis financiera que un país del G-20 presida el G-77, con lo que quedará habilitado para llevar la voz cantante del mundo en vías de desarrollo ante las naciones más poderosas del mundo. “Haremos de puente”, aseguraban en la Cancillería.

Algunas de estas cuestiones planteará la Presidenta cuando hable el 28 en la sede de la ONU. Un día antes mantendrá una reunión bilateral con Ban Ki-moon y entre los encuentros ya confirmados hay varios mandatarios del G-77 como, por ejemplo, el rey de Marruecos y el presidente de Turquía. Está previsto que Néstor Kirchner tenga su propia agenda de encuentros en su carácter de secretario ejecutivo de la Unasur.