Miércoles, 6 de octubre de 2010 | Hoy
EL PAíS › HéCTOR CAPACCIOLI DECLARó ANTE EL JUEZ FEDERAL NORBERTO OYARBIDE
El ex titular de la Superintendencia de Servicios de Salud fue indagado por el magistrado. Se desvinculó de la mafia de los medicamentos y también relativizó su papel en la campaña presidencial del Frente para la Victoria. “No fui el recaudador”, aclaró.
Por Irina Hauser y Raúl Kollmann
El ex titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), Héctor Capaccioli, negó ayer los cargos que le formuló el juez federal Norberto Oyarbide. El magistrado acusa a Capaccioli de integrar una asociación ilícita que maniobró con medicamentos y tratamientos inexistentes, falsos o vencidos que luego se le cobraban al Estado a través de la Administración de Programas Especiales (APE). Capaccioli sostuvo que sobre la calidad de los medicamentos él no tenía ninguna responsabilidad porque ello era competencia de la Administración Nacional de Medicamentos (Anmat), mientras que las maniobras relacionadas con la APE tampoco estaban –dice el ex funcionario– bajo su órbita, por cuanto ese organismo tenía autarquía. Capaccioli sí admite que tenía que controlar a la obra social bancaria, en la que se descubrió gran parte de las defraudaciones, pero sostiene que se hicieron todas las auditorías previstas. “No es cierto que fui recaudador de la campaña presidencial del Frente para la Victoria. Integré la junta promotora con otras siete personas y en todos los casos las decisiones se tomaron por mayoría. Ningún aporte pasó por mis manos sin cumplir con los requisitos que marca la ley y todos fueron bancarizados”, se defendió Capaccioli en su paso por los Tribunales de Comodoro Py.
La acusación de la Justicia contra el ex superintendente, un allegado al entonces jefe de Gabinete Alberto Fernández, es durísima. En primer lugar, se le imputa integrar una asociación ilícita principalmente dedicada al fraude con medicamentos. En ese marco, por ejemplo, el juez Oyarbide señala que bajo su gestión de superintendente de Salud la OSBA atendió mal a sus afiliados, debió ser intervenida por pedido de la Defensoría del Pueblo, presentó troqueles falsos de medicamentos para cobrarle al Estado los tratamientos, suministró productos vencidos o falsos, enumerados en casi seis páginas de la acusación redactada por el secretario Carlos Leiva. También lo acusa de que libró pagos con cheques que no se depositaron en cuentas bancarias oficiales, sino que se cambiaron en cooperativas para eludir el control correspondiente y, además, no controló el padrón de afiliados de la obra social, lo que permitió otras maniobras.
En forma paralela, Oyarbide acusa a Capaccioli de integrar otra asociación ilícita para lavar activos relacionados con la campaña electoral del FpV en 2007. Por ejemplo, señala el juez, se integraron a los fondos de campaña cuatro cheques de Gabriel Brito, propietario de Global Pharmacy, que en realidad fueron cubiertos por el titular de la Droguería San Javier, Néstor Lorenzo. A primera vista, la libertad de Capaccioli no corre peligro porque no se lo acusa como jefe u organizador de la asociación ilícita, como ocurre con Juan José Zanola, sino que se lo sindica como integrante de la organización. Sus allegados afirman, además, que no tiene ningún poder como para obstaculizar la investigación.
La defensa del ex funcionario, encabezada por Horacio Ballesteros, recién escuchó ayer la acusación completa y detallada. Por ello, hubo una primera respuesta general, pero todo indica que Capaccioli presentará un descargo, punto por punto.
Capaccioli alegará que su gestión fue la única que le exigió a Zanola un plan de crisis. El punto más difícil de la defensa pasa por la cantidad de maniobras con medicamentos que se concretaron en la obra social bancaria. El ex superintendente afirma que se hicieron las auditorías, pero habrá que establecer por qué no se descubrieron las falsificaciones y los expedientes enviados a la APE en los que se pedía el reintegro de tratamientos que nunca se hicieron y el pago de medicamentos nunca entregados.
En el terreno del financiamiento de la campaña electoral del FpV, Capaccioli sostiene que los aportes de empresas de salud fueron proporcionalmente iguales que en campañas anteriores y parecidos a los de otros países. Además, quienes lo rodean afirman que él no tenía contacto directo con la recaudación. En su declaración de ayer se basa en ese concepto: “No ejercí el papel de recaudador como falsamente se me atribuye”.
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