Los principales dirigentes del Peronismo Federal ratificaron su voluntad de ser una alternativa al oficialismo en las elecciones del año que viene, aunque aceptan que “está todo por verse” y muchos de ellos no descartan un reordenamiento de fuerzas antes de las primarias que se celebrarán en agosto. Los precandidatos Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá, junto a Carlos Reutemann, Juan Carlos Romero, Adolfo Rodríguez Saá y Ramón Puerta (Francisco de Narváez volvió a pegar el faltazo) cenaron ayer en la casa de un asesor del espacio, en la ciudad de Buenos Aires, e hicieron un “informe” que darán a conocer hoy, en el que reafirman el espacio disidente dentro del peronismo luego de la muerte de Néstor Kirchner. Aun así, no son pocos los miembros de ese sector que se mantienen expectantes ante las novedades y prefieren no cerrar ninguna puerta.

La muerte del ex presidente borró de un plumazo gran parte de la razón de ser del peronismo antikirchnerista. Durante estos días se especuló mucho acerca de la postura de algunos dirigentes de ese espacio, tanto a nivel legislativo (más que nada en el Senado, en el que la deserción de dos o tres miembros hacia el bando que conduce Miguel Pichetto podría desequilibrar el empate virtual que hay hoy en la Cámara alta) como entre los intendentes (que el lunes dieron, junto a Daniel Scioli, una muestra de apoyo unánime a la Presidenta) e incluso algunos presidenciables de ese espacio, como Felipe Solá y Mario Das Neves.

En este contexto, el “informe” redactado anoche por la conducción del PF parece ser un intento de contener a la tropa: ante la reanudación de las sesiones parlamentarias, y con discusiones clave como la del presupuesto 2011 por delante, consideran necesarios dar señales de unidad, aunque todavía hacia adentro no sepan qué van a hacer de acá a las elecciones. “No creo que varíen mucho las cosas a corto plazo”, confió a Página/12 un asesor de los presidenciables del espacio. Durante la cena se hizo “el análisis de la realidad política surgida a raíz de la muerte de Kirchner”, pero no faltaron pasadas de facturas por algunas palabras elogiosas que se dijeron sobre el ex presidente (el caso de Solá o Das Neves) o por la presencia en Casa Rosada durante el velorio (el caso de Reutemann).

Consultado sobre la posibilidad de un acercamiento al oficialismo, un hombre de confianza de Solá relativizó el peso de sus declaraciones sobre Kirchner. “A lo mejor fue un momento emotivo”, especuló. El ex gobernador bonaerense había dicho del santacruceño que “es uno de esos líderes que dividen la historia en un antes y un después” y que fue “el político más importante de muchísimos años”. De todas formas, en su entorno –como en el de otras figuras del espacio– no descartan un acuerdo que, hasta la semana pasada, era impensado. “Nos fuimos porque este gobierno abandonó un camino que habíamos iniciado juntos. Si hay cambios, uno no es un negado, es peronista, y creo que muchos de ellos también, por lo que podremos hablar”, propuso. Por otra parte, los sectores más duros (encabezados por Duhalde) pretenden imponer un llamado a la “unificación” del PJ, vía la “renuncia de toda la cúpula” del partido y nuevas elecciones internas.