”¡Cuarenta y cinco llamadas!”, exclamó el abogado defensor de Mariano Narodowski. Estaba en el juzgado de Norberto Oyarbide. Acababan de darle una noticia que, según su reacción, debió ser inesperada. Un teléfono celular asignado por el Gobierno de la Ciudad al ex ministro de Educación porteño, quien había obtenido falta de mérito en la causa del espionaje, registraba cuarenta y cinco comunicaciones más veinticinco llamadas fallidas con el espía Ciro James. Todo en el transcurso de un año, entre febrero de 2008 y marzo de 2009. La línea fue detectada recientemente por los investigadores mientras realizaban entrecruzamientos telefónicos para saber con quiénes hablaban los principales imputados: James, el ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge “Fino” Palacios, y Mauricio Macri. Cuando declaró en abril, Narodowski dijo que “no tenía trato directo” con James. Volverá a ser indagado el martes próximo.

El teléfono en cuestión fue entregado por el gobierno porteño en enero del 2008 al secretario privado del ex ministro, Rafael Reboledo, con un comprobante que decía: “Se hace entrega al señor Mariano Narodowski de un equipo celular marca Blackberry modelo 8100 de funcionamiento permanente las 24 horas”. En un comienzo, en el juzgado pensaron que quizá era un celular usado por otro funcionario. Sin embargo, es una línea que registra llamadas con Macri, con el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta y con el ministro de Justicia Guillermo Montenegro.

El período en que se producen las llamadas con James coincide con el de su nombramiento como supuesto asesor legal en Educación. Aquel año, 2008, se produjeron varias de las escuchas investigadas, entre ellas la de Daniel Leonardo, cuñado de Macri. Su celular fue pinchado en mayo, una semana antes de que James fuera contratado. Oyarbide siempre sostuvo que ese cargo era una pantalla para enmascarar las actividades ilegales de James. La Cámara Federal abonó esa teoría y añadió que era una forma de darle “cobertura” y una “paga” de 6000 pesos, pero dijo que no estaba probada la responsabilidad de Narodowski y apuntó a otro funcionario, Andrés Ibarra. Un dato llamativo de las presuntas llamadas entre Narodowski y James es que algunas se produjeron fuera de horario laboral. El mismo patrón se había registrado entre llamados de James y Palacios ligados al espionaje, un indicio de que no tenían una simple relación entre jefe y subordinado.

Cuando fue indagado por encubrimiento, el ex titular de Educación dijo que si bien conocía a James, porque se lo había presentado su jefa de Gabinete, Roxana Barroso, “no tenía trato directo” con él. Dijo que se habían cruzado unas siete a diez veces. “Como no me reportaba a mí no me consta su situación”, señaló. Cualquier tarea que hiciera como espía, lo hacía “como policía federal”, se despegó. También señaló que había sido nombrado por recomendación del secretario de Legal y Técnica de la Universidad de la Matanza, Cristian Cabral, y el director de la editorial, Rolando Echave, quienes lo negaron. También alegó que muchas áreas del ministerio podían hacer designaciones y él no podía estar en el detalle y apuntó a Ibarra, un hombre del riñón de Macri. Ibarra también fue indagado (aún no está resuelta su situación procesal) y, como era cantado, culpó a Narodowski.

Consultado por Página/12, Narodowski dijo que prefiere hablar después de la indagatoria. Está citado para el martes. Si vuelve a ser procesado sería como integrante de la asociación ilícita.