Domingo, 23 de enero de 2011 | Hoy
EL PAíS › CARLOS TOMADA
Por Julián Bruschtein
La ciudad de Buenos Aires es el lugar de militancia activa del ministro de Trabajo desde hace años. Con el apoyo de diversas organizaciones sociales, sindicales y políticas sobre sus espaldas esta vez llega a un año electoral como precandidato a la Jefatura de Gobierno por el kirchnerismo. “Nos diferencian matices, pero nos une el proyecto nacional”, aseguró a Página/12 sobre los otros dos candidatos oficialistas: el senador Daniel Filmus y el ministro de Economía, Amado Boudou. Define al gobierno de Macri como “malo”, dice que el proyecto de la derecha en la ciudad “falló por culpa de sus propios hacedores” y reflexiona que “éste es el momento para que el kirchnerismo ingrese al Ejecutivo de la ciudad”.
–Se están sumando espacios políticos que lo apoyan como precandidato...
–Hay espacios que se han ido conformando como el Cabildo Abierto del peronismo porteño que ha hecho una expresión de su deseo de que yo me postule a jefe de Gobierno, así como también un grupo grande de organizaciones sociales. Es una cosa que valoro y agradezco y vamos a ir viendo cómo consolidamos esto en una decisión de avanzar en ese sentido, pero la verdad es que todos estamos trabajando en una idea muy clara, que es que quien va a disputar esta elección es el kirchnerismo, quien va a confrontar electoralmente con el actual gobierno de la ciudad es una fuerza política que es claramente el kirchnerismo porteño. Por eso el tema de los nombres no me parece relevante, en todo caso es bueno que militantes, hombres de gobierno, legisladores se estén planteando construir esta fuerza política como lo hacen Daniel Filmus o Amado Boudou, porque entre todos podemos hacer que la propuesta sea bien importante.
–¿Dónde se pueden encontrar las diferencias entre los tres?
–Es difícil, porque tal vez sean matices. Los tres expresamos una convergencia de lo que significa el peronismo, sus fuerzas políticas aliadas, de respeto por la pluralidad de aportes que el kirchnerismo ha significado. Por las distintas identidades políticas que confluyen en su conformación me parece que en una ciudad tan compleja y diversa políticamente como Buenos Aires los tres expresamos esta pluralidad convergente, creo que somos complementarios. Es un gusto poder formar parte de la propuesta.
–Es la primera vez que el kircherismo tiene tantas opciones para la Capital. ¿A qué lo atribuye?
–Es importante lo que dan cuenta en las encuestas en materia de imagen de la Presidenta, pero todos nosotros venimos trabajando hace mucho tiempo en la ciudad de Buenos Aires. Yo vengo militando desde siempre, pero particularmente desde la campaña del 2007, cuando acompañé a la Presidenta como primer candidato a diputado en la ciudad y me parece que trasciende el momento. Estos datos revelan cuál es el grado de desarrollo y de posibilidades del kirchnerismo, producto de la imagen del gobierno nacional, pero también por el descrédito en el que ha caído la propuesta en los hechos concretos de quienes gobiernan en este momento a la ciudad.
–En 2007 el kirchnerismo planteaba que si ganaba Macri era la cabeza de playa para la derecha de camino hacia la presidencia. ¿Se puede decir que eso fracasó?
–Falló por el lado de los propios hacedores de la propuesta. Una derecha moderna sigue pendiente en términos de construcción de fuerza política. El PRO quiere ocupar ese lugar y tiene otros aliados que están esperando el momento oportuno para exhibirse como tales, pero me da la impresión de que para ser la cabecera de playa debería haber tenido otra gestión y otra propuesta. Muchas intervenciones de los últimos tiempos de Macri van en dirección a fortalecer un discurso propio de la derecha, no tan moderna como se presentaba en algún momento, pero de manera tal de fortalecer su imagen como el candidato de las fuerzas de la derecha en nuestro país.
–¿La gestión del gobierno macrista qué les deja a los porteños?
–Yo tengo mucho respeto por las bicisendas, pero me hace acordar a esas gestiones breves que lo único que hacen es inaugurar o aprobar lo que venía de la gestión anterior. Esto vuelve a mostrar que ser servidor público, funcionario público, gestionador de políticas públicas no es para cualquiera. No es una mera transferencia de habilidades y conocimientos aprendidos en la gestión privada, donde el lucro es un elemento central. Hay que saber de lo público y sobre todo hay que sentir lo público, esto es lo que nos diferencia del actual gobierno porteño desde el punto de vista ideológico y político.
–¿Cuáles serían lo puntos centrales de una gestión de Tomada en la ciudad?
–Más allá de los hechos recientes que han ocurrido, la vivienda es un tema prioritario porque es uno de los ordenadores sociales más importantes y una de las expresiones más claras de la movilidad social. Buenos Aires no puede continuar con estos niveles de inequidad y esto requiere intervenir. Cuando digo esto lo digo pensando en todo lo que nos falta en materia de salud, lo que pasa con educación: no puede ser que no se pueda dar respuesta a lo que hoy es reconocido en el mundo que es la posibilidad de que los niños de temprana edad puedan concurrir a las llamadas guarderías.
–Existe la idea de que en la ciudad de Buenos Aires la realidad política del país llega un poco más tarde que en el resto del país. ¿Puede ser el momento para el kirchnerismo?
–La ciudad muchas veces se ha considerado a la vanguardia para algunos temas, pero termina siendo en determinados momentos históricos como la última en integrarse y muchas veces se transforma en un punto de resistencia para entrar en un proceso histórico que es más abarcativo desde las provincias. Y cuánta perdida y cuánto retraso para el proyecto nacional y popular han significado esos momentos en que Buenos Aires no ha estado acompañando ni dando testimonio de su supuesto rol de vanguardia del pensamiento. Quizás éste sea uno de los momentos de sumar a la ciudad al proyecto nacional y popular que conduce Cristina Fernández de Kirchner con la impronta del modelo instalado en el 2003: dignidad del trabajo, la reparación de la deuda social, la igualdad y la ampliación de derechos.
–¿Qué opina de que la CGT haya respaldado la candidatura de Amado Boudou?
–El movimiento obrero en la Argentina siempre ha jugado, además de su papel de defensa de los intereses de los trabajadores, con un rol político, ha tenido candidatos y siempre tuvo una presencia en el escenario político. Desde ese aspecto, me parece razonable que haya expresado su apoyo a la candidatura de Boudou. Mi vínculo con la CGT tiene que ver con la gestión, con la negociación, con el empleo, con las tareas de combate al trabajo en negro. El diálogo y los consensos son importantes y se han ido consolidando a través del tiempo. Son dos planos diferentes. Hugo Moyano está en su derecho de expresar a quién va a acompañar, en este caso al ministro de Economía. Obviamente, hay también organizaciones sindicales que me han hecho saber su apoyo a la posibilidad de que yo sea precandidato.
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