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El empleado del gobierno nacional que denunció que le robaron los viáticos del viaje oficial de Cristina Fernández a Medio Oriente fue citado a indagatoria. Roberto Stefanon, quien llevó hasta su casa los 68 mil dólares y 17 mil euros de gastos de viaje, deberá presentarse a declarar ante la Justicia el 24 de febrero como imputado.

El fiscal Patricio Evers había solicitado al juez Rodolfo Canicoba Corral que citara a Stefanon para determinar si cometió “malversación de caudales públicos”. Para el fiscal, el empleado habría incumplido con las normas de seguridad cuando decidió llevarse la voluminosa suma de dinero hasta su casa, en lugar de llevarla a la zona militar del Aeroparque Jorge Newbery, como era habitual. Allí debía quedar en una caja fuerte hasta que partiera el avión hacia Egipto, Kuwait, Qatar y Turquía.

Según la denuncia de Stefanon, el miércoles 12 de enero salió de la Tesorería de la Secretaría General de la Presidencia con el dinero en una mochila. Subió a un auto oficial con un chofer y un custodio de la Fuerza Aérea. Según ellos dos, Stefanon les indicó que debían ir a su casa en Palermo. El empleado se bajó en Malabia al 1330 y aseguró que fue sorprendido por dos hombres en una moto que lo golpearon y se llevaron la mochila. Ni el chofer ni el custodio fueron testigos de eso.

Desde la fiscalía sospechan que el agente oficial –que tiene 21 años de antigüedad en el gobierno– habría tenido, al menos, una conducta negligente. Además intentan descubrir si verdaderamente fue asaltado o si fue otra la secuencia de hechos. Por su parte, la Casa Rosada abrió un sumario administrativo donde se investigan los hechos. Desde el Gobierno señalaron que existen sospechas sobre el empleado. Uno de los que abonó esta teoría fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien consideró que no fue “un delito común”.