Todo está listo para que unos 500 congresales del Partido Socialista proclamen hoy candidato a presidente al gobernador santafesino Hermes Binner, que será la cabeza de una coalición de centroizquierda que incluye a Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), Margarita Stolbizer (GEN), Luis Juez (Partido Nuevo) y Víctor De Gennaro (Unión Popular). Todos ellos estarán acompañando a Binner en el lanzamiento formal del Frente Progresista que competirá en las presidenciales de octubre y rápidamente comenzarán las negociaciones para definir las candidaturas compartidas. Entre ellas, el compañero de fórmula del santafesino, donde Stolbizer y De Gennaro corren con ventaja, aunque Binner –que tendrá la palabra final– ya se habría inclinado por la líder del GEN.

Militantes socialistas trabajaban ayer en el recuperado Hotel Bauen –sede del encuentro– para dejar listos todos los detalles del lanzamiento presidencial de Binner. El congreso será a puertas cerradas, igual que el debate de las tres comisiones en que se dividirán casi medio millar de congresales para analizar la “situación política nacional” y la “política de alianzas partidaria”, aunque no hay lugar para incógnitas ni sorpresas. También habrá una sala acondicionada para que Binner anuncie en rueda de prensa su candidatura, rodeado de todos los dirigentes del frente de centroizquierda. Y en la puerta del Bauen, una pantalla gigante reproducirá ese momento para congresales, dirigentes y militantes.

Después de la ruptura de su alianza electoral con el radicalismo, por el acuerdo que Ricardo Alfonsín selló con el bonaerense Francisco de Narváez, los socialistas desataron un operativo clamor para que Binner asuma la candidatura presidencial de un “frente progresista”.

La proclamación sería unánime pero los socialistas igual cumplirán con todos los ritos orgánicos. A las 8 de la mañana comenzará la acreditación de congresales, a las 10 el pleno elegirá a las autoridades del congreso, se formarán las tres comisiones que dos horas después expondrán sus conclusiones y propondrán la candidatura de Binner, que aceptará la postulación con un discurso ante el congreso del PS. A las 15.30 está prevista la conferencia de prensa del ya candidato presidencial.

Será la primera vez desde 2003, cuando el socialismo presentó el binomio Bravo-Giustiniani, que un socialista encabezará una fórmula presidencial, esta vez de un frente de centroizquierda. Allí estarán sus principales aliados: Solanas, Stolbizer, Juez y De Gennaro, además de los referentes de todas las fuerzas que se habían sumado a la frustrada candidatura presidencial del cineasta, como Mario Mazzitelli (PSA), Humberto Tumini (Libres del Sur) y Vilma Ripoll (MST), entre otros.

La proclamación de Binner será una fiesta, hasta que el último brindis dé comienzo a las negociaciones para completar la fórmula y el resto de las candidaturas nacionales para lo que no queda mucho tiempo: el 15 de junio vence el plazo para la presentación de frentes y alianzas electorales y el 25 para las listas de candidatos.

“Me gustaría mucho que Stolbizer me acompañe como vice”, fue la frase más entusiasta que Binner lanzó después de posar junto a sus nuevos socios políticos el martes pasado –en el bunker de Solanas– como primera señal de que estaba dispuesto a asumir la candidatura presidencial del frente de centroizquierda tras el congreso partidario de hoy. “Con el GEN tenemos un acuerdo programático desde hace tiempo”, completó Binner sobre una definición que ya tiene tomada.

“No se trata de nada personal con Víctor (por De Gennaro), lo que pasa es que él (Binner) considera que Marga es la mejor compañera para impulsar la fórmula y fortalecer su candidatura”, admitieron a Página/12 dirigentes cercanos al gobernador santafesino. Difícilmente alguien cuestione la decisión de Binner –que se reservará la palabra final– después del trabajoso acuerdo que termina con su proclamación. Aunque el tema abrirá un fuerte debate en el interior del frente sobre el estratégico distrito bonaerense, donde muchos imaginaban a Stolbizer como la candidata “ideal” para pelear por la gobernación. Sobre todo porque consideran que ella podría capitalizar el descontento radical por su alianza con De Narváez.