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El comisario Alfredo Fanchiotti y su chofer, el cabo Alejandro Acosta, tendrán que defenderse públicamente pero esta vez no será por televisión. Ayer, el fiscal de Lomas de Zamora Juan José González pidió que los principales acusados por los asesinatos de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, sean sometidos a juicio oral. Desde hace más de tres meses los dos policías bonaerenses pasan sus días en el penal de Magdalena, procesados con prisión preventiva.
En su requisitoria de citación a juicio, el fiscal González pidió que Fanchiotti y Acosta sean juzgados por “homicidio agravado por alevosía”, delito castigado con prisión perpetua, y por siete intentos de asesinatos contra Marcial Bareiro, Sebastián Roberto Conti, Walter Javier Medina, Aurora Cividino, Leonardo Raúl Escobar Ferrari, Darío Adolfo Pantoja y Miguel Angel Paniagua. Para la fiscalía, el homicidio de los piqueteros fue cometido con alevosía por el estado de indefensión total de las víctimas. “Existió un plan unitario de común acuerdo que terminó con los crímenes de los piqueteros, es decir que tanto Fanchiotti como Acosta siguieron adelante con los disparos sabiendo que el otro estaba haciendo lo mismo”, explicó González.
El 26 de junio del año pasado el comisario Fanchiotti era el jefe del Comando de Patrullas de Avellaneda, y estaba a cargo del operativo de seguridad que debía controlar la marcha de desocupados en el Puente Pueyrredón, que terminó con la muerte de los manifestantes Kosteki y Santillán en la estación de trenes de Avellaneda. Aunque los días posteriores al asesinato de los piqueteros se cansó de asegurar su inocencia por televisión alegando que él y sus hombres sólo tiraron gases y balas de goma durante la represión, existen decenas de fotos, filmaciones y relatos de testigos que constituyen pruebas clave que comprometen a Fanchiotti y a Acosta. “Actuamos porque esa gente estaba dispuesta a combatir. Nos dimos cuenta por sus cánticos”, había dicho el comisario. Días más tarde, cuando los diarios mostraban su imagen al lado del cuerpo de Santillán, sugirió ante la Justicia que Acosta, su entonces chofer, era el autor de los disparos asesinos.
Por los mismos hechos, el fiscal González también solicitó que los policías Carlos Quevedo, Lorenzo Colman, Mario De la Fuente y Gastón Sierra, y el ex jefe de la Departamental de Lomas de Zamora, Félix Osvaldo Vega, sean juzgados por encubrimiento agravado, un delito que se castiga con penas de hasta 6 años de cárcel.
El camino que lleve a juicio oral a los policías puede ser largo. El pedido del fiscal González deberá ser analizado por la jueza de garantías Marisa Salvo, quien antes de resolver debe darle lugar a las defensas para que puedan apelar el pedido del fiscal o pedir el sobreseimiento de los procesados. Si la jueza mantiene el pedido de la fiscalía, a las defensas les quedará el recurso de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora. Recién cuando la Cámara confirme el pedido del fiscal, se sorteará un Tribunal Oral para que realice el debate oral.
Mientras tanto, el policía “con esencia de psicópata y asesino”, como lo definió el gobernador Felipe Solá, y su chofer esperan presos el juicio que determine si fueron ellos quienes apretaron el gatillo que mató a Kosteki y a Santillán. Hasta el momento, la fiscalía no ha mostrado resultados que señalen a los responsables políticos de la represión.