Unas 24 horas de internación fueron suficientes para que Ricardo Alfonsín se recuperara de la fatigosa campaña electoral, el frío y los malos hábitos alimentarios que lo llevaron a un cuadro de bronquitis aguda. Ayer, el dirigente radical abandonó la Clínica Bazterrica a la que había ingresado el lunes. Con sentido del humor se refirió a su salud: “Ya estoy en condiciones de hacer desarreglos de nuevo”, bromeó el diputado. No se refería a los desarreglos en la UCR, que por estos días se encuentra en una fuerte pelea interna, producto del pobre resultado de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO). Hoy habrá una importante reunión del bloque de diputados nacionales y mañana Alfonsín cerrará la reunión del Comité Federal, de la que participarán los titulares del radicalismo de todo el país quienes llevarán un detalle de la elección a nivel local y una propuesta de qué estrategia seguir en sus distritos.

“Me tengo que cuidar”, afirmó Alfonsín al salir ayer de la clínica, luego de que su médico personal le recomendara internarse para tratar el problema respiratorio que lo aqueja desde hace tiempo. Esta afección incluso le impidió grabar correctamente algunos de sus spots publicitarios, además de obligarlo a suspender varias actividades en el interior. Previamente, Alfonsín había asistido a un centro médico en la localidad de Puígari, Entre Ríos, para dejar de fumar.

En la puerta del sanatorio, Alfonsín le agradeció la visita a su socio, el peronista disidente Francisco de Narváez, y los llamados de otros dirigentes, entre ellos de la presidenta Cristina Fernández. “La Presidenta no habló conmigo pero llamó a mi oficina, le agradezco mucho. Yo en ese momento estaba descansando, (el llamado) lo recibió mi mujer”, relató. El hijo del ex presidente se mantuvo ayer –y seguirá hoy– a resguardo en su casa de la avenida Santa Fe y mañana volverá a la actividad. “Vamos a retomar la campaña porque es nuestra responsabilidad, nuestra obligación hacer conocer nuestras ideas y propuestas y que la gente decida”, remarcó Alfonsín.

En paralelo, hoy habrá una cumbre radical en Diputados, donde los legisladores de todo el país plantearán puertas adentro sus diferencias respecto del proceso que desembocó en el 12 por ciento obtenido en las PASO. Según trascendió, algunos de los 44 legisladores fueron convocados bajo la consigna “el proyecto Alfonsín está terminado” y se espera que debatan cómo sigue el partido después de octubre, cuando todo indica que el Frente para la Victoria ganará la elección.

Luego de las críticas del vicepresidente Julio Cobos y del titular de la UCR, Ernesto Sanz, mañana se reunirán en el histórico edificio de la calle Alsina los presidentes de los comités partidarios de todo el país. Entre otros temas, resolverán las estrategias a seguir en cada distrito, de cara a las elecciones generales del 23 de octubre. En jurisdicciones como Mendoza, donde Alfonsín terminó tercero, el candidato a gobernador Roberto Iglesias quería colgarse, además, de la boleta presidencial del Frente Amplio Progresista que lidera Hermes Binner.

En Entre Ríos, en cambio, el candidato por el Frente Progresista Cívico y Social, Atilio Benedetti, ratificó que “seguirá trabajando por la candidatura a presidente de Ricardo Alfonsín” y rechazó las versiones que daban cuenta de un eventual apoyo al socialista Hermes Binner. “En Entre Ríos existe el Frente Progresista que conformamos con el Partido Socialista y la Coalición Cívica mucho antes de las primarias y cuando el radicalismo, a nivel nacional, avanzaba en conversaciones con Binner para llegar a un acuerdo por la fórmula presidencial”, explicó Benedetti. En las primarias, cada una de las fuerzas tuvo su propio candidato presidencial.

El tercer caso es el de La Pampa, donde la fórmula del radical Juan Carlos Marino y el socialista Adrián Peppino buscaba ir con boleta corta, es decir sin candidato a presidente, o sumar a Binner, igual que en Mendoza.

Mientras recompone su salud, Alfonsín y su equipo analizan cómo recomponer el descontento radical.