Miércoles, 24 de agosto de 2011 | Hoy
ECONOMíA › CONFERENCIA MUNDIAL DE DIECISIETE PREMIOS NOBEL DE ECONOMíA EN ALEMANIA
Joseph Stiglitz, John Nash, Edmund Phelps, entre otros, se reúnen desde ayer en la isla de Lindau, Alemania. Evaluarán la crisis global y expondrán sus propuestas en un contexto donde el pensamiento económico dominante promueve el ajuste.
Por Tomás Lukin
Desde Lindau
“Existe mucha preocupación por un posible contagio financiero entre Europa y Estados Unidos. Pero el problema real surge de otro tipo de contagio: las malas ideas cruzan fácilmente las fronteras y las nociones económicas equivocadas a ambos lados del Atlántico han estado reforzándose entre sí. Esto será también válido para el estancamiento que esas políticas conllevarán”, advirtió el economista Joseph Stiglitz. El economista de la Universidad de Columbia junto con otros 16 ganadores del Premio Nobel de Economía, como John Nash y Edmund Phelps, se reúnen desde hoy en la isla de Lindau, al sur de Alemania. La conferencia se desarrollará en un escenario de crisis financiera global donde los esquemas de pensamiento económicos dominantes promueven y ofrecen los fundamentos para las políticas de ajuste fiscal. Esas medidas, explica Stiglitz, profundizan la caída en la demanda agregada e impulsan el incremento del desempleo y la desigualdad.
Los prestigiosos ganadores del Premio Nobel coinciden que las economías centrales enfrentan un largo período de estancamiento económico pero las razones que ellos consideran responsables del actual escenario global difieren radicalmente. En 2008, para enfrentar la explosión de la burbuja creada por los activos estructurados con hipotecas subprime, los países centrales impulsaron distintos paquetes de estímulo direccionados hacia el sistema financiero, que evitaron una recesión todavía más profunda. A su vez, según enfatiza Stiglitz, “también impulsó importantes déficit presupuestarios. La respuesta a esta situación con recortes masivos del gasto garantiza que niveles de desempleo inaceptablemente altos –un gran desperdicio de recursos y un exceso de oferta de sufrimiento– continúen durante años”. Por eso, el profesor de Columbia asegura que se necesitan mayores estímulos fiscales en lugar de los recortes del gasto: “Lo que hace falta es más estímulo y no austeridad, incluso para equilibrar el presupuesto. El impulsor más importante del crecimiento del déficit es la baja recaudación fiscal debida a un pobre desempeño económico. El mejor remedio sería que los Estados Unidos vuelva al trabajo. El reciente acuerdo de la deuda en Estados Unidos es una jugada en la dirección equivocada”.
Pero no todos los premios Nobel que participarán del evento que se celebra en el lago Constanza frente a Suiza comparten la visión del economista de la universidad de Columbia. Eric Maskin, ganador del galardón en 2007, señaló ayer al diario alemán Die Welt que “la adicción al endeudamiento de los gobiernos está arruinando el sistema occidental”. Ese argumento convalida los planes de ajuste fiscal que llevan adelante distintos países desarrollados.
Además de la crisis financiera internacional, las conferencias girarán alrededor de distintos tópicos que van desde el rol de los economistas y la disciplina económica hasta la relación entre la psicología y la economía. En frente de la entrada a la conferencia en la ciudad vieja de Lindau que se celebra desde 1952, cada año dedicado a una disciplina diferente, la ONG Attac desplegó distintos carteles entre los que se puede leer: “Premios Nobel, deberían sentir vergüenza por tirar el mundo abajo con sus teorías neoliberales”.
Antes de llegar a Lindau los ganadores del Nobel invitados, en su mayoría formados en Estados Unidos, también advirtieron sobre las limitaciones estructurales de la Zona Euro. El especialista en finanzas Myron Scholes advierte que “una unión monetaria con un banco central y 17 ministros de finanzas independientes no puede sobrevivir. El sistema fiscal tiene que ser centralizado, debe ser posible realizar transferencias y en el corto plazo, el Banco Central Europeo debe bajar las tasas de interés y seguir comprando bonos de deuda pública”. Por su parte, Stiglitz, quien disertará el viernes, sostiene que “los bancos centrales son instituciones políticas con una agenda política, y los bancos centrales independientes tienden a ser capturados (al menos ‘cognitivamente’) por los bancos a los que supuestamente deben regular”.
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