Fue un acto atípico, mix de intenso peronismo y política internacional. La presidenta Cristina Kirchner recibió ayer a los cancilleres de América latina y Asia del Este que hoy participarán en la cumbre del Focalae e inauguró el perfil de Evita que reviste la cara norte del edificio del Ministerio de Desarrollo Social, sobre la 9 de Julio. La Presidenta los convocó a “encontrar nuevos paradigmas que permitan restablecer el equilibrio entre Estado y mercado, y entre los países del mundo”.

La Presidenta recibió formalmente a los cancilleres en el primer piso de la Casa Rosada. Luego del saludo y la foto protocolar, los invitó a bajar al Salón de los Patriotas Latinoamericanos para participar del acto. Cristina Kirchner dejó inaugurada la otra cara de Evita –el perfil combativo, el del acto del Cabildo Abierto de justicialismo del 22 de agosto de 1951–, a través de una pantalla gigante. La figura estaba cubierta de una bandera argentina que, a la orden de la Presidenta, se bajó.

Los cancilleres extranjeros pudieron tener la vivencia de un acto peronista porque los jóvenes de La Cámpora, ubicados en las filas de atrás, no dejaron de cantar hits K, incluyendo un novedoso “Cristina/Amado/el pueblo liberado”. El ministro y candidato a vice, Amado Boudou, saludó desde el escenario. “Gracias, los están mirando los cancilleres”, avisó Cristina Kirchner al tomar el micrófono.

El Focalae, del que participan 18 estados latinoamericanos y 16 de Asia y Oceanía –incluyendo naciones poderosas como China, Japón y Australia–, busca promover el crecimiento del intercambio entre las regiones. Dado el funcionamiento que viene mostrando el mundo desarrollado, tradicional motor de la economía mundial, el interés de lo que pueda ocurrir en el foro se agigantó.

La Presidenta lo puso en números. “Aquí estamos representados el 30 por ciento de la economía mundial, el 40 por ciento de la población mundial y el 40 por ciento del intercambio comercial del mundo. También ocho de los países integrantes formamos parte del G-20, el foro ampliado que seguramente nos encontrará este año en Cannes con nuevos debates ante una crisis que viene reciclándose a sí misma”, graficó. Cristina Kirchner teorizó sobre las causas de la debacle. “Cada vez que se ha roto el equilibrio en una sociedad o región, toda vez que ha querido elevarse uno e imponerse sobre el resto, siempre en la historia han sobrevenido crisis. Y esta crisis actual reconoce entre otras una causa fundamental, que es la ruptura del equilibrio que debe existir en el mundo”, consideró.

La Presidenta lució distendida y de buen humor. Retó a los fotógrafos que habían torcido el cuadro de Víctor Haya de la Torre. “Se me va a enojar el canciller de Perú”, comentó. Bromeó por el atuendo del diputado Carlos Kunkel. “Estás ahí con ponchito de veterano, está bien, los chicos crecen”, le dijo. Dado la razón del acto, hubo varios peronistas históricos como Antonio Cafiero, sentado en primera fila. Cristina Kirchner contó que en su reciente visita el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, le había preguntado qué era exactamente el peronismo. Entre otras consideraciones, lo explicó “como una tercera posición que dice que no puede ser todo mercado ni tampoco puede ser todo Estado y que el 50 por ciento, por lo menos, del PBI tiene que ir para los trabajadores”. Que entonces Santos la miró sorprendido y le dijo: “Ah, pero yo puedo ser peronista entonces”.

También hubo aplausos de la hinchada cuando la Presidenta comentó que sabía que los cancilleres discutirían las reformas al FMI, uno de sus caballitos de batalla cuando le toca exponer en los foros internacionales. “Esta crisis que nos viene de afuera, desde los países desarrollados donde han fracasado los paradigmas que intentaron instalarse como verdades únicas y se comprobó, una vez más, que los dogmas sirven para la religión pero no para la economía y mucho menos para la política”, consideró la Presidenta. Concluyó que “es hora de pasar de las propuestas a los hechos concretos”.