Este año dudó, pero finalmente la presidenta Cristina Kirchner partirá mañana a la noche rumbo a Nueva York para cumplir con el ritual de participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una cita con la que los Kirchner cumplen puntualmente desde 2003. Entre los temas que no suelen faltar en sus mensajes, hay expectativas respecto de lo que pueda decir sobre la propuesta de Irán de abrir un diálogo para intentar esclarecer el atentado a la AMIA. Hay posibilidades de armar un par de encuentros bilaterales, pero nada confirmado todavía.

Fueron ocho viajes compartidos con Néstor Kirchner a la Gran Manzana, en septiembre de cada año. Eso se traducía en una rutina de costumbres y salidas que dejaron su marca en la Presidenta. Por esa razón, en algún momento hasta evaluó no ir este año, pero luego del amplio triunfo en las primarias cambió de parecer y avisó que pusieran todo en marcha para el viaje. Claro que habrá cambios.

Para empezar, la habitual estadía de una semana se acortó a menos de dos jornadas. Está previsto que la Presidenta salga mañana a eso de las 21 para llegar a Nueva York el martes temprano. La vuelta está fijada inicialmente para el miércoles a la noche. Por otro lado, no dormirá en el Four Seasons, su tradicional bunker neoyorquino de la 57 y avenida Madison. Esta vez eligió el Mandarin, en la zona de Columbus Circle, a unas diez cuadras del anterior, con muy buenas vistas al Central Park.

Cristina Kirchner hablará en las Naciones Unidas el miércoles. Es el día de la apertura, cuando se concentran los discursos más importantes. Quien abrirá el fuego será la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que no sólo hará su debut en el recinto sino que será la primera mujer en los 66 años de historia de la ONU en pronunciar el discurso inaugural. En total, 121 jefes de Estado confirmaron su participación, de los cuales apenas 12 son mujeres. Luego de Dilma, que hablará a las 9, será el turno del norteamericano Barack Obama, uno de los pasajes fuertes del día. La crisis financiera, la situación del mundo árabe y la creación del Estado palestino estarán entre los temas que acapararán la atención del debate. Dos animadores habituales de la Asamblea esta vez no serán de la partida. Uno, Muammar Khadafi, atrincherado en algún lugar de Libia, lo más probable es que nunca más participe. El otro, el venezolano Hugo Chávez, explicó que su salud no se lo permitía pero que seguiría el debate con atención y seguramente aportará luego sus comentarios.

CFK será la séptima en hacer uso de la palabra, en algún momento entre las 11 y las 12. Como es su costumbre, ella recibe los informes de las distintas áreas de la Cancillería pero qué dice y qué no es su exclusiva decisión. Eso sí, sin leer, algo que siempre llama la atención en la Asamblea. Con todo, en este ámbito es lógico que vuelva a la carga con su reclamo por una reforma de los organismos multilaterales para dar lugar al papel cada vez más protagónico que vienen ganando los países emergentes. También son infaltables los reclamos al Reino Unido para que cumpla con las periódicas resoluciones de la propia Naciones Unidas, que le ordenan sentarse a dialogar con Argentina por las islas Malvinas.

Pero el tema que se llevó el protagónico el año pasado fue el de Irán, luego de que la Presidenta sorprendiera con su oferta de que sea un tercer país el que juzgue a los acusados de haber participado del atentado a la AMIA. CFK explicó entonces que no veía sentido a seguir reclamando que Irán acepte extraditar a sus ocho sospechosos a la Justicia argentina, por lo que sacó de la manga lo del país neutral. Un mes después de aquel discurso, Irán le envió una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, acusando al gobierno argentino de formular “alegaciones sin fundamento contra ciudadanos extranjeros”.

La cuestión entró en punto muerto hasta que en julio pasado, dos días antes del aniversario del atentado, la Cancillería iraní envió una propuesta formal para iniciar una colaboración conjunta para el esclarecimiento del ataque. La Cancillería argentina todavía no contestó. Tanto la AMIA como la DAIA rechazaron la propuesta: consideraron a la administración iraní poco creíble y exigieron que se cumpliera con los pedidos de detención vigentes. Como sucede cada año, las autoridades de las entidades judías viajarán a Nueva York. También estarán los familiares de las víctimas del atentado que, a priori, sostuvieron que no se pueden oponer a la apertura de un canal de diálogo pero que son “totalmente escépticos”, según adelantó Sergio Burstein. Cristina Kirchner revelará allí su respuesta. En general, en el recinto Argentina siempre tuvo una posición dura con Irán, incluyendo el retiro de delegados cada vez que habla el presidente Mahmud Ahmadinejad.

Junto a la Presidenta viajarán ministros con una agenda propia. El canciller Héctor Timerman tendrá actividad a partir del lunes en las Naciones Unidas cuando participe de un simposio sobre Cooperación Internacional contra el Terrorismo. El jueves mantendrá varios encuentros bilaterales y el viernes cerrará encabezando la reunión anual de cancilleres del G-77 más China, el grupo que Argentina preside durante este período.

El ministro de Economía y candidato a vicepresidente, Amado Boudou, también acompañará a Cristina Kirchner a Nueva York. El jueves, Boudou se trasladará a Washington, donde habrá varios eventos paralelos de economía, con el trasfondo de la crisis financiera mundial. Con Mercedes Marcó del Pont están invitados a participar de una cena de ministros y titulares de bancos centrales del G-20, cuya reunión se realizará al día siguiente, en la previa a la cumbre anual de Gobernadores del Fondo y del Banco Mundial.