“El Frente de Izquierda denuncia el zarpazo que el Gobierno prepara devaluando la moneda y desvalorizando los salarios”, dijo el candidato a presidente de esa alianza trotskista Jorge Altamira, durante el cierre de campaña en Unione e Benevolenza. Además de los otros postulantes del Partido Obrero, Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista, estuvieron miembros de la Asamblea de Intelectuales que apoyan al FIT, así como dirigentes sindicales de base, universitarios, docentes e incluso delegados del Teatro Colón en conflicto.

“(Hermes) Binner llamó a los trabajadores a que no pidan aumentos porque, al igual que el Gobierno, piensa devaluar; con una fuga tres mil millones por mes la devaluación está cantada y para evitar la hiperinflación la receta es congelar salarios”, explicó. Tras mencionar un tweet de Graciela Römer, según el cual si votaran sólo los jóvenes hasta 30 años y los sectores más desposeídos, el FIT tendría un 8 por ciento, Altamira dijo que “en el imaginario popular la izquierda suena ineficaz, pero ya derrotamos el piso proscriptivo, y ahora el 23 de octubre metemos un bloque de izquierda en el Congreso”. En ese momento alzaron sus brazos Altamira, el candidato a vicepresidente Christian Castillo (PTS), a senador Edgardo Reynoso (IS), a diputado provincial Néstor Pitrola (PO), a gobernador bonaerense José Montes (PTS), y a diputados por Capital Gabriel Solano (PO), Myriam Bregman (PTS) y José Castillo (IS), mientras el público coreaba “frente de izquierda, patrones a la mierda”.

El sindicalista Rubén “Pollo” Sobrero convocó a la marcha de mañana, a un año del asesinato de Mariano Ferreyra porque “el falso gobierno progresista nos habla con la izquierda y nos pega con la derecha”. Y también en alusión a Binner dijo que “nuestros compañeros sí van a pedir aumento de salarios si entran en esa cueva de bandidos”. Por su parte, Castillo recordó que “los Kirchner apoyaron a Menem en los indultos y en su reelección, fueron cómplices de la privatización del petróleo y persiguieron a asambleístas en Río Gallegos”, responsabilizó “a Binner y a Cristina por los 900 despedidos de Paraná Metal” y anticipó que “hoy en Acindar tiemblan por las suspensiones que se vienen”. Según el candidato, es el momento de mayor expectativa para la izquierda porque “nos escuchan con simpatía muchos más de los que nos van a votar”, y prometió que el FIT pondrá “ese capital político para nuevas conquistas, como barrer a la podrida burocracia sindical”.