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Macri se lanzó en Obras mezclando público VIP con los barras de Boca

Con apoyo del PJ porteño el empresario se lanzó, habló y anunció a su compañero de fórmula. Fue como un cóctel mezclando coloquio de Idea, fiesta del Martín Fierro y un partido en la Bombonera.

 Por Fernando Cibeira

“Tenemos que volver a ser dueños de cada esquina, de cada cuadra, de cada plaza. Tenemos que volver a sentirnos seguros y libres”, afirmó anoche Mauricio Macri en su lanzamiento como candidato a jefe de gobierno en Obras Sanitarias, ámbito rockero en donde cristalizó una mezcla de acto peronista, con coloquio de Idea y entrega de Martín Fierro. Macri, puntero en las encuestas para las elecciones del 8 de junio, mostró que aspira a recrear en chiquito la alianza de clases menemista, con la popu de Lugano y la platea de Recoleta más un VIP nutrido de ricos y famosos. Ah, por si a alguien se le había creado expectativa, designó como compañero de fórmula al ex interventor del PAMI Horacio Rodríguez Larreta.
Era sabido que uno de los puntos fuertes de la campaña de Macri sería el tema de la seguridad. “Más seguridad es más libertad para todos los vecinos de Buenos Aires. No quiero más rejas, no quiero más alarmas, quiero a las vecinas tomando mate en la vereda”, imaginó, idílico, el presidente de Boca. Pero Macri está bien asesorado y no dejó de lado los ítems que debe incluir todo discurso políticamente correcto: habló de los excluidos, de chicos desnutridos, de las pymes y de la educación pública. Y habló a favor.
¿Cómo será la cola para entrar a ver un recital de Valeria Lynch? Seguramente, a eso de las 19, la fila que quería entrar a Obras se le parecía: cincuentones de traje y señoras de clase media. Adentro, un afanoso grupo de voluntarias con cartelitos identificatorios con nombres como Maru o Mora los acomodaba en las plateas luego de colocarles una cinta blanca en el pecho, porque el macrismo está a favor de la paz. Por los parlantes sonaban temas de Charly y de Fito y si la vocación de los participantes se hacía más fuerte podían llenar la ficha “Quiero ser fiscal de Mauricio”. Macri se presentará en Capital con su propio partido, Compromiso para el Cambio, y todavía no tiene los adherentes suficientes para controlar la elección.
Un VIP separado del resto por una cadena de plástico comenzó a llenarse media hora más tarde. La presencia política más notoria fue la del senador Ramón Puerta, misionero como Macri. “Vengo en la doble calidad de amigo y dirigente político”, explicó el ex gobernador. La mescolanza dio para todo: los futbolistas xeneizes Equi González y Raúl Cascini codo a codo con el ex Citibank Guillermo Stanley, el demócrata progresista Rafael Martínez Raymonda con La Raulito, el doctor Lorenzo Borocotó con el roquero Fabián “Zorrito” Quintiero y el actor Martín Sheefeld. El empresario Francisco de Narváez –que hace un tiempo se fue de la fundación de Macri– aclaraba que nunca se peleó con el candidato pero que prefirió trabajar para un proyecto nacional. “Estoy muy feliz de que mi amigo haya organizado este acto tan importante”, decía.
Las populares y lo que habitualmente es el superpullman de Obras lucían a medias hasta que, igual que cualquier acto político de la más rancia estirpe, se llenaron cuando llegaron los micros. Al fondo quedaron los de la sección 22 –Villa Lugano– que enseguida se identificaron como peronistas y de Boca. Hubo una primera reacción de la hinchada cuando entraron unas banderas blanquirrojas, recibidas con estruendosa silbatina. Apenas se hicieron unos segundos de confusión cuando comprobaron que no eran de River, como pensaban, sino radicales. Fueron los segundos que tardaron en cambiar el “Dale Boca” por la marchita.
En ese clima se inició el acto con la aparición de los conductores el cómico Miguel Angel Cherruti y la ex modelo Teté Coustarot, que parecieron mucho para poca tarea. Les tocó presentar un videoclip con la música de “Yo vivo en una ciudad”, aquel hit de Pedro y Pablo, e imágenes de Macri de campaña. Fue raro ver al empresario probando al blanco con arco y flecha mientras de fondo se escuchaba a Miguel Cantilo diciendo “es este pueblo que me incita a la rebelión”. Después por el escenario desfilaron diez “vecinos”, que trabajan en Compromiso para el Cambio, explicando por qué apoyan a Macri. Buscaron arquetipos: el joven, la directora de escuela, la desocupada, el radical, el liberal, el doctor, el ingeniero en informática, el director de cine, la peronista. Aunque las intervenciones fueron breves, a la mitad la hinchada se empezó a cansar. “Que pase el que sigue” coreaban, apurando a los vecinos macristas. Cuando apareció la joven radical, Florencia Polimeni, el abucheo bajó con todo. “Este es el lugar donde existe la tolerancia, el respeto por los que piensan distinto”, dijo Florencia mientras arreciaban los silbidos. La chica no se amilanó y consiguió al menos dividir los ánimos. La hinchada ya estaba alterada. Luego apareció el ingeniero en sistemas, de impecable traje. “Garca”, le gritaron.
Mientras Cherruti pedía más gritos apareció Macri, con look casual: camisa celeste con botón desabrochado, corbata azul. El clima estaba caldeado y la camisa terminó empapada. “Como todos, yo también un día soñé llenar Obras pero con una guitarra”, sorprendió Macri que no tiene el tono de los políticos para su discurso. Lo suyo es más reposado, pero a veces se acuerda de agregarle énfasis. En una de sus pocas definiciones políticas, Macri sostuvo que la ciudad necesita un jefe de gobierno autónomo e independiente, con lo que buscó alejarse de los candidatos presidenciales. Si hay uno de ellos con el que está más cerca Macri es Carlos Menem, pero se sabe que a Menem siempre le fue mal en la Capital.
Como cierre, Macri anunció su vice. Explicó que para elegirlo no se había guiado por las componendas de la vieja política “de ver quién nos convenía para sumar algún puntito”. Desde la pullman, entonces, surgió la voz de la popu: “La 22, la 22”, bramó, tal vez reclamando algún puesto para la vieja política. Mauricio se hizo el desentendido y sostuvo que había elegido a Rodríguez Larreta por su trabajo en el área social. En su corto mensaje, Rodríguez Larreta (ver perfil en recuadro aparte) prometió ocuparse de “los que no tienen techo, de los chicos desnutridos”.

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Mauricio Macri tiene un estilo pausado como orador, aunque no desdeña ciertos énfasis.
 
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