En el marco del conflicto entre la empresa Aerolíneas Argentinas y los gremios de los técnicos aeronáuticos (APTA) y pilotos internacionales, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, fue a la reunión del grupo de intelectuales Carta Abierta a explicar y comentar la situación de la empresa. Recalde responsabilizó por los vuelos cancelados y el desarrollo del conflicto a la “aristocracia sindical”, en especial al titular de APTA, Ricardo Cirielli: “No es casualidad que Cirielli sea el más virulento en este conflicto”, afirmó, y recordó su pertenencia a la CGT Azul y Blanca, del gastronómico Luis Barrionuevo.

“Quiero contar la historia, la película y no la foto.” Recalde abrió de esa manera lo que sería un relato de una hora sobre los problemas a los que se enfrenta la gestión de Aerolíneas, a los cuales consideró como heredados de la gestión privada. En un marco distendido de la reunión, que se realizó en la Biblioteca Nacional, y ante casi 400 personas entre quienes estaban los ensayistas Horacio González y María Pía López, Recalde explicó la situación de la línea aérea.

Cinco problemas

Una flota reducida, antigua y heterogénea; más deuda que facturación en el balance; un alto déficit operativo; una estructura ineficiente; un nivel de operación “desastroso”. Esos cinco puntos fueron los que destacó Recalde del cuadro de situación en el que el Estado argentino recibió a la aerolínea de bandera en 2008, luego de 18 años de gestión privada. “De 68 aviones que tenía la compañía, sólo 23 volaban. Muchos de esos fueron alquilados con contratos leoninos que aún están vigentes y que estamos renegociando.” El presidente de Aerolíneas explicó con esas palabras el proceso por el cual es más caro rescindir los contratos de alquiler que seguir pagándolos. “La flota es la más antigua de Latinoamérica, tiene 19 años de antigüedad”, agregó, y comentó que en el mal estado de los aviones está la causa del bajo nivel de ocupación de la clase ejecutiva, que es la que genera más ganancias. “Esto demuestra una de dos: o que somos una aerolínea nacional y popular, o que prestamos un servicio malo. Quiero creer que no es lo segundo”, aclaró, entre las risas de la audiencia.

Luego, Recalde comentó que, al ingresar a la aerolínea, el patrimonio negativo era superior a la facturación anual de la compañía. “Es una partida de defunción para cualquier empresa”, explicó, y caracterizó como “monstruoso” al déficit operativo mensual, vinculado a la desproporción entre ingresos y gastos.

La triangulación excesiva de los vuelos internos y su baja frecuencia fueron, según Recalde, los puntos más críticos en la operación de Aerolíneas cuando volvió al Estado. El presidente de la compañía destacó que hasta el 2008, Aerolíneas realizaba tres vuelos semanales a Tierra del Fuego y Santa Cruz, y que esa cifra aumentó a tres vuelos diarios con la gestión estatal. “Las de Iberia y Marsans no fueron gestiones. Fueron desgüace, desinversión, afano”, sintetizó, y destacó el impacto en el funcionamiento de Aerolíneas de la erupción del volcán Puyehue.

La aristocracia sindical

“Los aviones Jumbo los vuelan los más antiguos, a quienes llamo `la aristocracia sindical’. Hay una tradición en Aerolíneas, que es que estos pilotos provengan de la Fuerza Aérea. Casualmente, en la misma semana en que ellos empezaron a defender su flota de aviones, Casación confirmó el procesamiento de tres pilotos y un técnico por participar en los vuelos de la muerte.” En las palabras contenidas en esa sospecha, Recalde vinculó a los pilotos internacionales y a los trabajadores agrupados en el sindicato de Cirielli, quienes más impulsaron el conflicto en la empresa, con la dictadura militar. Seguidamente, el presidente de la línea aérea de bandera aclaró que esa supuesta aristocracia “no tiene nada que ver” con los trabajadores de la empresa. “Este jueves, cuando venga la Presidenta a inaugurar un hangar a Aeroparque, van a mostrarles a ella y a todo el país de qué lado están los trabajadores de Aerolíneas Argentinas”, advirtió Recalde, y se ganó un nuevo aplauso por parte del auditorio.

Con menos déficit anual

En el 2008, el déficit operativo de Aerolíneas fue de 942 millones. El año pasado, en cambio, la cifra bajó a 462 millones, con una mayor cantidad de vuelos. “Los nenes que administran el kiosquito pudimos reducir el déficit en términos absolutos pero en términos relativos, mucho más. Porque no es lo mismo perder 942 millones cuando se vuela muy poco que cuando se vuela mucho. La proporción entre déficit y facturación se redujo a la mitad”, aseveró Recalde, respondiendo a las críticas a su gestión y su pertenencia a La Cámpora.

Un conflicto político

“¿A quién se le ocurre tomar una medida de fuerza una semana después de las elecciones?”, se preguntó Recalde en voz alta. “No es casualidad que Cirielli sea el más virulento en este conflicto. No es un tipo neutral, sino que estuvo en el 2008 con las patronales agrarias y forma parte de la CGT de Luis Barrionuevo”, se respondió, y la audiencia reaccionó con un abucheo masivo.

Con el tatuaje de Aerolíneas

“Estamos en el medio del río haciendo todos los esfuerzos de operación con la Aerolíneas vieja y todos los esfuerzos de inversión que nos permitan avanzar hacia una Aerolíneas completamente renovada”, dijo Recalde para describir el período actual de la empresa al que denominó como “de transición”. Consideró como un punto a favor el afecto de los trabajadores por la empresa. “He visto varios empleados que tienen tatuado el cóndor en la piel. Que lloran cuando ven que las cosas andan mal y se emocionan cuando ven despegar un avión”, aseguró.

Informe: Sol Prieto.