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El alfonsinismo se quedaba ayer con los cargos más relevantes del radicalismo en la Cámara baja. El actual jefe del bloque en Diputados, Ricardo Gil Lavedra, continuará al frente de los 41 legisladores, tal como publicó Página/12. El cordobés Mario Negri, en cambio, irá a la vicepresidencia de la Cámara y el bonaerense Juan Pedro Tunessi recalará en la secretaría general del bloque. Desde el sector del cordobés Oscar Aguad sólo reconocían la mayoría alcanzada por Gil Lavedra, pero impugnaban la designación de Negri, que tenía algunos avales menos.

Producto de las intensas negociaciones que se vienen llevando adelante hace semanas, el sector de Aguad había comenzado a juntar firmas para disputarle al alfonsinismo la presidencia del bloque. Pero el cordobés, según trascendió, nunca superó los doce avales. Desde el sector de Gil Lavedra, en cambio, partieron de un piso de 21 y decían alcanzar ayer unos 29. “Aún no está terminada la negociación, por ahora sólo está la jefatura”, explicó anoche Gil Lavedra, tratando de poner paños fríos y evitar que la situación se desmadrara.

Lo cierto es que el encono entre el alfonsinismo y el sector de Aguad viene de 2009, cuando tuvieron que alternarse un año cada uno para evitar una fractura. Con el recambio legislativo de 2011, el alfonsinismo quedó mejor parado porque logró colocar más legisladores propios en las listas y los cobistas que habían ingresado en 2007 terminaron su mandato. Además, el alfonsinismo le ofreció al diputado ruralista Ricardo Buryaile (alineado con Aguad) la secretaría parlamentaria y consiguió el apoyo de los legisladores mendocinos y el entrerriano Jorge Chemes.

“Nosotros no planteamos este desafío. Ellos comenzaron a pulsear y si sólo juntaron doce diputados no es responsabilidad nuestra. Ahora no quieren reconocer la vicepresidencia, pero no menos de 25 diputados sobre 41 lo apoyan a Negri”, resumió un operador alfonsinista.

En el sector de Aguad pintaban un escenario distinto. Decían que no fueron integrados en ningún espacio cuanto ellos tienen 18 firmas contra 23 del Movimiento de Renovación Nacional.

Las cartas están echadas, habrá que esperar hasta el lunes para saber si prima el espíritu conciliador y la baraja se reparte de nuevo.