Manuel Urriza, un peronista histórico que representa a las universidades nacionales en el Consejo de la Magistratura de la Nación, presidirá durante 2012 el organismo encargado de designar y tramitar la remoción de jueces. “Tendríamos que hacer funcionar más rápido los procesos por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, para acompañar las políticas de Estado en esa materia”, dijo a Página/12 el flamante presidente del Consejo. Lo secundará el camarista laboral Mario Fera, presidente saliente, según surge de la votación realizada ayer a mediodía en el plenario del cuerpo en que se impusieron por siete a cinco a la lista que encabezaba el juez Ricardo Recondo.

Historiador, abogado, docente de la Universidad de La Plata, ex ministro de Gobierno de Oscar Bidegain en 1973, autor de El Perón que conocí y ex miembro del staff de la revista Primera Plana, Urriza acepta tanto la definición de “peronista histórico” como su actual adhesión al kirchnerismo. “Mi vida política en el peronismo por razones de edad es bastante más larga que la aparición del kirchnerismo, tuve mucho trato con (Juan Domingo) Perón y ahora adhiero a las políticas propuestas por la Presidenta; por ejemplo, su discurso sobre Malvinas me pareció excelente”, dijo en diálogo con este diario a pocas horas de ser electo. Y aclaró que su adhesión nació con Néstor Kirchner, al tiempo que elogió el impulso a los procesos por violaciones a los derechos humanos porque “no se había hecho nada en el país sobre eso”.

En tal sentido, enfatizó el compromiso con esos juicios que mantendrá durante su gestión. “Hoy (por ayer) llegó al Consejo un grupo de familiares que justamente vinieron a reclamar un lugar donde hacer funcionar la sala de audiencias de un juicio, me enteré ahí mismo, y nos pusimos de acuerdo de inmediato para dar respuesta, pero es una vergüenza que estos compatriotas tengan que reclamar algo así.”

Ayer, apenas terminada la elección, hubo una vehemente protesta de representantes de los organismos de derechos humanos, entre ellos Nora Cortiñas y Tati Almeyda, que reclamaron por la falta de una locación para realizar dos juicios por delitos de lesa humanidad en Campo de Mayo.

El presidente saliente, el camarista laboral Mario Fera, fue elegido vicepresidente del cuerpo por el mismo período. La votación se inclinó a favor de Urriza y Fera por siete votos contra cinco. Entre quienes apoyaron al nuevo presidente estuvieron los cinco integrantes del kirchnerismo, el representante del Poder Ejecutivo, Hernán Ordiales; el diputado Carlos “Cuto” Moreno, la senadora Ada Iturrez, la diputada tucumana Stella Maris Córdoba y el senador Marcelo Fuentes, más el propio juez Fera y Urriza, quien invocó el reglamento para sufragar por sí mismo.

Por la postulación del camarista en lo Civil y Comercial federal Ricardo Recondo votaron los consejeros Mario Cimadevilla, Alejandro Fargosi, Daniel Ostropolski, Alejandro Sánchez Freytes y el propio Recondo, ex presidente de la Asociación de Magistrados y de marcado perfil opositor al kirchnerismo. Tras la elección de sus principales autoridades, el cuerpo pasó a cuarto intermedio para resolver la designación de autoridades de las comisiones.

En el orden del día también figuraban el tratamiento de expedientes postergados desde el año pasado, entre ellos la situación de la jueza de instrucción Alicia Iermini, acusada de mal desempeño por las demoras en la causa por la privación ilegal de la libertad y posterior muerte de Walter Bulacio en 1991. Sin embargo, el plenario del Consejo podría postergar nuevamente el tratamiento de esos expedientes después de completar la elección de autoridades para 2012.

La fórmula electa había sido impugnada por Cimadevilla, aduciendo que en caso de ausencia de Urriza, asumiría Fera, algo prohibido por las normas que impiden dos mandatos consecutivos. “No me pienso morir”, fueron las primeras palabras que, mirando a Cimadevilla, pronunció Urriza tras ser consagrado nuevo titular del Consejo.

Consultado sobre cuál será su impronta al frente del organismo, Urriza respondió: “Acelerar los concursos, en 2011 pudimos terminar sólo tres porque no había otros iniciados, y para eso necesitamos más jurados”. Y agregó que, aunque tienen la mayoría, pretende trabajar en forma “armónica y democrática” con la oposición. El catedrático admitió que el Consejo es hoy un órgano político, que los opositores “usan como tribuna, como en la universidad o en el Congreso, porque se quedaron sin otro espacio luego del 23 de octubre”.