Las centrales sindicales opositoras que conducen Hugo Moyano y Pablo Micheli volvieron a coincidir ayer en una marcha conjunta al Ministerio de Trabajo para reclamar al gobierno nacional la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, la eliminación de los topes a las asignaciones familiares y por fondos para las obras sociales sindicales. Desde allí, los dirigentes de la CGT Azopardo y la CTA disidente amenazaron con un nuevo paro nacional para abril o mayo si no hay respuestas a sus demandas, aunque tampoco faltaron las proclamas políticas. “Tenemos un papa argentino, lo tenemos a Messi y vamos a construir un gobierno nacional y popular”, soltó un profético Micheli desde el palco montado frente a la cartera laboral. Moyano, en tanto, hizo propia una frase de Juan Perón para lanzar una advertencia al Gobierno: “Cuando los pueblos agotan su paciencia, van a hacer tronar el escarmiento”, sentenció.

En el acto, Micheli se mostró más desafiante a la hora de promover la profundización de las protestas y afirmó que con Moyano van a “construir un gran paro nacional para demostrar que los trabajadores no estamos dispuestos a destruir nuestras conquistas”. Moyano, en cambio, prefirió resaltar la nueva movilización conjunta de las dos centrales sindicales y, aunque esquivó pronunciarse sobre el eventual paro nacional, alertó que “estas movilizaciones agotan la paciencia de los trabajadores”.

Frente a los periodistas, Gerónimo “Momo” Venegas coincidió con Micheli. “Sí, seguramente vamos a preparar un gran paro nacional, pero hay que fijar fecha, hay que armarlo, tenemos que acordarlo, hablar la CTA, la CGT Azul y Blanca (que comanda el gastronómico Luis Barrionuevo) y nosotros para llevar un paro adelante”, lanzó el jefe de los peones rurales y secretario de interior de la CGT moyanista.

“Que no se confunda el Gobierno, que nosotros no vamos a abandonar la calle”, planteó el jefe de la CTA disidente desde el palco al que subieron como invitados los diputados nacionales Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur) y Claudio Lozano (Unidad Popular). Después, Micheli advirtió que desde el oficialismo “no van a poder evitar que sigamos luchando”.

Moyano aprovechó su discurso para responsabilizar al gobierno nacional por la represión que sufrieron afiliados al gremio de camioneros que protestaban frente a una empresa de tintorería industrial, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. “Anteayer (los camioneros) fueron reprimidos salvajemente por la policía de la provincia de Buenos Aires”, planteó Moyano, pero enseguida consideró que ese hecho se produjo por “la impotencia del gobierno de Buenos Aires ante el ninguneo” que recibe del Ejecutivo nacional. Una muestra del alineamiento político de Moyano en la interna del peronismo bonaerense en medio de las demandas sindicales.

El líder camionero hizo piruetas para tratar de justificar sus palabras y sostuvo que la represión policial se produjo en Lomas de Zamora, “los pagos del vicegobernador”, Gabriel Mariotto. “Este encono del gobierno nacional con el gobernador tiene como consecuencia que no habrá aumentos para los maestros, para las fuerzas de seguridad”, insistió Moyano para despegar a Daniel Scioli de los reclamos de los gremios provinciales.

Venegas tampoco renegó de las consideraciones políticas. “Este gobierno va a terminar juntándolos a todos”, dijo el referente de Uatre para destacar la presencia de diputados y dirigentes políticos de distintos sectores de la oposición.