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Por A. M.

Tras meses de dilaciones, fue fijada una nueva audiencia para que Fernando de la Rúa sea interrogado por las cinco muertes producidas por la represión que ordenó el 20 de diciembre de 2001, antes de abandonar el poder. La jueza María Servini de Cubría lo había convocado para el 17 de junio pero a pedido de sus abogados decidió postergar la indagatoria, que se realizará el jueves 3 de julio. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) había protestado por la suspensión de la medida. El ex presidente será interrogado bajo la acusación de “homicidio culposo”.
La magistrada mantuvo las citaciones a otros ex funcionarios del gobierno de la Alianza para que declaren como testigos en esta causa, solicitadas por los defensores de De la Rúa, que pretenden enmarcar la actitud del ex presidente en su “contexto político”. Según pretenden Zenón Ceballos y Miguel Almeira, a esos testigos se les deberá preguntar acerca de un presunto plan de los manifestantes para “tomar la Casa de Gobierno”. De todos modos, Servini de Cubría intercaló las audiencias, afectando en parte esta estrategia defensista. Para mañana está citado el ex jefe de Gabinete Chrystian Colombo, el viernes será el turno del almirante Carlos Carbone, ex jefe de la Casa Militar, el 8 de julio deberá comparecer el ex titular de la SIDE Carlos Becerra, y el ex secretario del Consejo de Seguridad Luis Uriondo fue citado para el 10 de julio. Por último, el 14 de julio será la declaración testimonial del secretario de Interior de la comuna porteña Facundo Suárez Lastra.
Hace más de un año la jueza recibió la orden de la Cámara Federal de tomarle declaración indagatoria a De la Rúa, tal como habían planteado los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers en varias oportunidades. Pero Servini accedió a los sucesivos pedidos de la defensa, y así De la Rúa evitó hasta ahora dar explicaciones sobre las decisiones que tomó durante el último día que ocupó la Presidencia de la Nación, cuando ordenó reprimir la rebelión popular que el 20 de diciembre de 2001 salió a la calle a pedir su renuncia y la del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo.