EL PAíS › FERNANDEZ AL CRUCE DE LOS “DESESTABILIZADORES”
“El Presidente no se va a ir”
El secretario general de la Presidencia dijo que “no es momento” de pedir elecciones anticipadas. “Hay muchos conflictos”, señaló.
Aníbal Fernández se sumó al lote de funcionarios que blanquearon la preocupación del Gobierno por maniobras internas y externas al justicialismo para desplazar a Eduardo Duhalde de la Casa Rosada. “Me parece que hay un montón de gente que tiene su objetivo, que no es exactamente el bien común de los argentinos, sino el personal”, reconoció ayer el secretario general de la Presidencia. Y agregó: “Lo que no saben es que el Presidente no se va a ir y va a tomar todas las decisiones que tengan que tomar para encauzar el país”.
Fernández confirmó así lo adelantado por Página/12 en su edición de ayer, en la que se ilustra el temor de Duhalde a sufrir un vacío de poder, en especial por la posibilidad de un desaire de la propia dirigencia justicialista. El secretario general de la Presidencia no dio nombres. Pero sí pistas: “Son algunos que piensan que la situación está propicia para conseguir elecciones anticipadas porque los beneficiaría, y también son algunos otros piensan que su relación sectorial se ve perjudicada y tratan de recuperar el statu quo anterior”.
En el PJ hay dos gobernadores que piden a viva voz elecciones anticipadas. Uno es Néstor Kirchner, quien mantuvo duros cruces con Duhalde a lo largo de la semana. El santacruceño no estuvo del lado del Gobierno en la pulseada con las petroleras. El otro mandatario es José Manuel de la Sota. El cordobés es uno de los que cuestiona el rumbo económico y pide una vuelta a la convertibilidad.
Fernández dijo que si bien “no es ilegítimo” que ambos mandatarios propicien la convocatoria a elecciones anticipadas, “no es oportuno” su pedido, ya que “el país está sumido en una depresión de 45 meses, con un montón de conflictos”.
Además de Kirchner y De la Sota, el llamado a “comicios ya” fue reclamado por Carlos Menem. Pero también por referentes ajenos al justicialismo, como el ex ministro radical Ricardo López Murphy y la titular de Alternativa para una República de Iguales, Elisa Carrió.
A diferencia de varios funcionarios de la Casa Rosada, Fernández prefirió ser cáustico y no directo a la hora de hablar del ex presidente. De hecho, al ser consultado ayer por radio si percibía al menemismo con un “grupo conspirador”, respondió: “Yo nunca participé de una reunión en que se hayan hecho ese tipo de apreciaciones”.
Las sospechas en la Casa Rosada se extienden al club de dolarizadores -grupo CEMA como punta de lanza– y empresas privatizadas que han hecho fortunas durante la década del 90.
Duhalde ya manifestó a propios y extraños su sospecha de que lo quieren “voltear”. Lo hizo en la intimidad de la Residencia de Olivos, ante un grupo de colaboradores. Hasta ahora sólo dos funcionarios de su cartera se habían animado a hacer pública la inquietud.
Uno de ellos fue José Pampuro, secretario privado y mano derecha del Presidente. “Estamos preocupados porque algunos prefieren un golpe institucional, como si no fueran responsables de esta realidad”, expresó el fin de semana a Página/12, cuidándose de no dar nombres para no profundizar las tensiones.
El otro que habló de movimientos conspirativos fue Juan José Alvarez. “Sí, hay irresponsables que trabajan para voltearlo a Duhalde”, dijo el secretario de Seguridad. Pero, en concordancia con lo dicho ayer por Fernández, agregó: “A gente de buena fe que dice que Duhalde se cae le digo que no se cae”, concluyó.