EL PAíS › KIRCHNER LLEGO A EE.UU. EN BUSCA DE
RESPALDO PARA CERRAR UN ACUERDO CON EL FMI
Que George Bush ayude a conseguir un respiro
El presidente norteamericano conocerá a un, para él, misterioso Kirchner. El patagónico expondrá su idea de convertir a la Argentina en un país normal, con instituciones saneadas, sin corrupción ni terrorismo. La idea es conseguir apoyo del norteamericano para cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario que no asfixie la módica recuperación de la economía criolla.
Por Fernando Cibeira
Pasadas las 14, en el mítico Salón Oval, George Bush podrá comenzar a develar la intriga que Néstor Kirchner le representa a la Casa Blanca: básicamente, si apunta como el nuevo Hugo Chávez o si se acerca más a la ortodoxia de Lula. Kirchner presentará su módica propuesta de convertir a la Argentina en un país normal, con instituciones saneadas, sin corrupción y sin terrorismo. Para ello, dirá, necesita apoyo político para obtener un acuerdo digno con el FMI, que sirva para regar el brotecito de recuperación económica que supimos conseguir. Un respaldo que, se presume, ya está implícito en la supersónica invitación que le envió Bush para que lo visite. Lo seguro es que Kirchner y Bush iniciarán hoy un nuevo capítulo de las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina en esta etapa de relaciones “maduras”, sin carne de por medio.
“Lo mismo que fuimos a buscar a Europa”, resumía anoche un funcionario a bordo del Tango 01. Lo que quería decir era que el objetivo primordial de la visita a Estados Unidos era el de hacerse conocer, plantear algunos temas cara a cara. “Por lo que pude conversar con alguna gente de allá en los días previos, Kirchner es un interrogante para ellos porque lo ven muy lanzado en lo político pero al mismo tiempo conservador en lo económico”, evaluaba el funcionario.
También decía que si el poder político y el establishment norteamericano confirman esa presunción, se quedarán mucho más tranquilos. Porque el estilo “lanzado” en lo político visto desde afuera no es tan inusual como lo toma alguna gente de adentro. Cuando el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, pasó el mes pasado por Buenos Aires se preocupó por quitarle toda preocupación a la ofensiva del Gobierno por renovar la Corte Suprema, siempre y cuando la última palabra quedara en manos del Congreso. Kirchner cumplió con su promesa de establecer un mecanismo de evaluación para designar a los nuevos ocupantes del Tribunal, un punto que podrá mostrar como un logro para el saneamiento institucional posdiciembre 2001.
Aunque el Gobierno se haya preocupado por darle contenido político a la visita, está claro que la ayuda principal que Bush puede darle hoy a Kirchner pasa por lo económico. En los días previos, cerca del Presidente habían hablado de un acuerdo digno, que imaginaba un aval norteamericano a las condiciones con las que la Argentina quiere llegar a un acuerdo con el Fondo. Hasta ahora, durante la gira europea el Presidente cosechó el apoyo de los principales líderes del Viejo Continente, racha que espera seguir hoy con el Hombre Más Poderoso.
Con lo del contenido político, en cierta manera, en el entorno de Kirchner se esperaba bajar las expectativas de un apoyo concreto de Bush, pero la intención del Gobierno es ésa.
Es obvio que las preocupaciones de Bush pasan por otro lado. Una de sus prioridades es la lucha contra el terrorismo y espera conocer la opinión de Kirchner al respecto, cuestión que le permitirá calibrar qué tan diferente resulta este nuevo presidente argentino a quien fueron a saludar Chávez y Fidel Castro. En ese punto, el argentino podrá decir que cumplió sus deberes al levantar todos los secretos de inteligencia y de las fuerzas de seguridad que tengan que ver con el atentado a la AMIA. En cuanto a la adhesión al ALCA que Estados Unidos impulsa con tanto entusiasmo, el presidente argentino no se mostrará esquivo, para aclarará que todos sus pasos se harán desde el Mercosur.
Ayer quedó confirmado el encuentro en Nueva York con el influyente Council of the Americas, entidad que agrupa a empresarios y fondos de inversión con intereses en el Cono Sur. El Presidente no espera cruces como sucedió con los empresarios españoles. “Los norteamericanos quedaron afuera de nuestras privatizaciones”, sostienen cerca suyo. Kirchner llegó anoche a Washington luego de doce horas de vuelo, con una tormenta de lluvia y viento, lo que complicó la bajada de escalerilla con paraguas que amenazaban remontar como barriletes. A buen resguardo, lo esperaban el canciller Rafael Bielsa y el flamante embajador en Estados Unidos, José Octavio Bordón. La comitiva que viajó en el avión estaba compuesta por la senadora Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, el jefe de la SIDE, Sergio Acevedo, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y el vocero presidencial Miguel Núñez.
Hoy por la mañana, Kirchner tendrá tiempo libre para preparar la reunión con Bush. Si queda tiempo está pautado que haga una breve recorrida por la ciudad para conocer sus monumentos. Con todo, anoche, entre la lluvia, ya pudo ver el monumento a Washington y los edificios oficiales de la calle 17.