El rol de los capellanes de la Iglesia Católica Apostólica Romana durante el terrorismo de Estado volvió a filtrarse en la correspondencia de Jorge Bergoglio. A fines de noviembre fueron organismos de derechos humanos de Bahía Blanca los que le pidieron ayuda (hasta el momento sin suerte) para dar con el paradero del prófugo Aldo Omar Vara, ex capellán del Batallón de Comunicaciones 181 imputado por delitos de lesa humanidad. Días atrás fue H.I.J.O.S. Capital la agrupación que repudió un mensaje navideño difundido desde el penal de Marcos Paz por Christian Von Wernich, el ex capellán de la Policía Bonaerense condenado a prisión perpetua por su actuación en centros clandestinos del Circuito Camps. El organismo recordó que el ex hombre de confianza de Miguel Etchecolatz “sigue siendo parte de esa institución que nunca pidió perdón ni apartó a sus verdugos” y le planteó al ex cardenal porteño (actual papa Francisco) “¿hasta cuándo van a permitirle a este genocida seguir hablando en nombre de la Iglesia?”.

“Prisionero en el nombre de Cristo”, se presenta el “Padre (con mayúsculas) Christian Von Wernich”, condenado en 2007 por el Tribunal Oral Federal de La Plata por su participación en 31 privaciones ilegales de la libertad, 31 casos de torturas y siete homicidios calificados. Su mensaje navideño, desde el Módulo IV Pabellón V del Complejo Penitenciario Federal II, lo difundió el blogger Horacio Palma, inefable “escribidor contumaz de cosas sin importancia”, según sus propias palabras, quien parece haber tomado la posta de la pelea que abandonaron voceros históricos de los genocidas como los diarios La Nación o La Nueva Provincia, de Bahía Blanca (rebautizado La Nueva).

“Los exhorto a que bendigan conmigo al Señor”, ruega Von Wernich a sus seguidores. “Que lo alaben y glorifiquen y así unir la Fe de ustedes a la mía y vivir la Esperanza que siempre está en nuestros corazones”, agrega, y cita una epístola del apóstol San Pablo a los Corintios: “Dios escogió lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a los fuertes, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”. En el segundo y último párrafo el ex capellán reparte “bendiciones grandes para todos ustedes desde el Niño Dios y junto a María Madre”, desea “a todos una feliz Navidad, que el Espíritu Santo los acompañe en el año que empieza y que Dios Nuestro Señor nos ayude a terminar en nuestra Patria con los estériles enfrentamientos que nos impiden trabajar por el bien común”.

Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, regional Capital, no tardó en repudiar el mensaje navideño del cura todavía en funciones. “El genocida Von Wernich está condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. El fallo está firme. Sin embargo, sigue siendo parte de la Iglesia Católica”, criticaron desde las redes sociales. “Sigue siendo parte de esa institución que nunca pidió perdón ni apartó a sus verdugos”, recordaron. “¿Qué bien común hay que sea más importante que la vida? Ninguno. Por eso, este genocida clerical no puede hablar de la vida: porque se dedicó a la muerte”, plantean. Y cierran con el pedido al Papa de Roma: “¿Hasta cuándo Bergoglio y todos los demás van a permitirle a este genocida seguir hablando en nombre de la Iglesia?”.

A pesar de la abundancia de testimonios sobre la presencia de curas en sesiones de torturas, Von Wernich es el único capellán condenado por delitos de lesa humanidad. Están procesados Miguel Regueiro, del Batallón de Ingenieros de San Nicolás, y Eugenio Zitelli, de la policía de Rosario. El mes pasado fue absuelto José Myjalchik, denunciado por sobrevivientes por intervenir en interrogatorios en Tucumán. Sigue prófugo Aldo Omar Vara y todavía no fueron citados a indagatoria los capellanes de la ESMA Alberto Angel Zanchetta y Luis Antonio Manceñido.