Página12 En Bolivia

Desde Santa Cruz de la Sierra

Un día antes de que la Corte Suprema de Estados Unidos diera a conocer su fallo en la causa sobre los fondos buitre, la Argentina consiguió el respaldo del G-77+China, que expresó su repudio a la actitud “altamente especulativa” de esos capitales internacionales y advirtió sobre el “peligro” que representan para futuros procesos de reestructuración de deuda soberana, tanto para los países en desarrollo como para los desarrollados. Al participar de la cumbre en Santa Cruz de la Sierra, la presidenta Cristina Fernández expuso sus críticas al “anarcocapitalismo” y llamó a los casi treinta jefes de Estado y más de cien representantes de países de todo el mundo a abordar “un nuevo sistema de normativas globales”. “Es muy importante que este grupo se pronuncie contra estas prácticas financieras pero, fundamentalmente, contra un modelo que ya se ha tornado sistémico en el mundo en cuanto a expoliación”, afirmó la Presidenta. Además, en el documento firmado por los miembros del G-77+China se expresó el respaldo a la posición argentina en el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas (ver aparte).

Luego de la inauguración oficial del sábado por la noche, la cumbre arrancó ayer cerca de las 9 de la mañana con la foto protocolar de los representantes de los 133 países integrantes de este grupo de naciones en desarrollo. Cristina Fernández arribó al centro de convenciones Fexpocruz poco antes del mediodía, por lo que a la imagen habitual del saludo asistió el canciller Héctor Timerman. Antes de partir de regreso a la Argentina, la Presidenta mantuvo una reunión bilateral con su par cubano, Raúl Castro, y saludó al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y al diplomático chileno Juan Somavía.

Durante las deliberaciones, el anfitrión y presidente de Bolivia, Evo Morales, le dio la palabra a cada uno de los oradores, entre los que se encontraron los presidentes latinoamericanos de Cuba, Venezuela, Uruguay, El Salvador, Paraguay, Perú y Argentina; el vicepresidente de la Asamblea Popular China, Chen Zhu, y diplomáticos de casi todos los países de Africa, entre otros.

Luego de una breve referencia a la “fragilidad absoluta del orden mundial basado en poderes hegemónicos”, Cristina Fernández centró su discurso en la cuestión de la deuda externa, la crisis financiera internacional y lo que denominó “anarcocapitalismo”. “Porque en aquel capitalismo podíamos encontrar la categoría de la explotación, de la plusvalía, pero en este anarcocapitalismo que vive el mundo dominado por los capitales financieros, no ya por los capitales que producen bienes y servicios, tenemos una nueva categoría que no es la de la explotación, sino que es la de la exclusión”, sostuvo CFK, quien detalló la evolución de la deuda en los últimos años.

“Desde 2003 tuvimos que hacernos cargo de las deudas que generaron otros gobiernos. Debimos resolver el default más grande de la historia. Realizamos un canje de deuda en el que acordamos con el 76 por ciento de los acreedores; luego, en una segunda etapa, cerramos con el 93 por ciento. Acabamos de firmar un acuerdo con el Club de París. Sólo queda un 1 por ciento, que son los representados por los fondos buitre”, repasó la mandataria.

En ese contexto, la Presidenta aseguró que “este pequeño grupo de fondos buitre pone en peligro no sólo a la Argentina” sino al conjunto del “sistema económico internacional”. “¿Qué país va a reestructurar sus deudas, qué país va a tener confianza en que se haga cargo de sus deudas si después, a partir de maniobras de pequeños grupos con intereses políticos en entramados políticos de financiamientos de campañas..?”, preguntó la mandataria, dejando la idea abierta.

En línea con la postura argentina sobre la importancia para todos los países con altos niveles de deuda externa, el G-77+China expresó en su declaración que la gestión de la deuda soberana ha sido “una cuestión crucial” para los Estados en desarrollo. “En los últimos tiempos, ha surgido una nueva preocupación relacionada con las actividades de los fondos buitre. Algunos ejemplos recientes de las acciones de los fondos buitre en los tribunales internacionales han puesto de manifiesto su carácter altamente especulativo. Reiteramos la importancia de no permitir que los fondos buitre paralicen las actividades de reestructuración de la deuda de los países en desarrollo ni priven a los Estados de su derecho a proteger a su pueblo conforme al derecho internacional”, concluye la declaración.

La Presidenta también hizo referencia a la necesidad de modificar las reglas de funcionamiento global. “No puede ser posible que la suerte de nuestras economías quede en manos de calificadoras de riesgo. Estos organismos toman decisiones y generan crisis que ponen en riesgo el trabajo y la producción”, fundamentó CFK, quien recordó la crisis financiera de 2008, con la caída del banco Lehman Brothers. “La generaron organizaciones especulativas que provocaron desempleo en los países centrales, y ahora sus gobiernos quieren trasladarlas a nuestras naciones emergentes”, completó.

Con un tono menos crítico que algunos de sus pares latinoamericanos, ratificó la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de terminar con el “unilateralismo”. “No puede ser, en principio, que la seguridad del mundo dependa sólo de un puñado. Y más, si cuando ese puñado tampoco está de acuerdo con lo que se va a hacer, tampoco se puede actuar unilateralmente. Rechazamos la unilateralidad en la toma de decisiones, porque es la forma más rápida de equivocarse”, explicó CFK, deslizando un cuestionamiento a los Estados Unidos.

La mandataria argentina rechazó el “fundamentalismo” que “pivotea sobre las necesidades de los pueblos sometidos”, que carecen de educación, salud y vivienda y provoca posiciones extremas. “Si no se entiende esta lógica, cada vez estaremos peor y ya no podremos vivir ni mejor ni bien”, dijo la Presidenta, en alusión al lema de la cumbre: “Hacia un nuevo orden mundial para vivir bien”. Y para cerrar, advirtió que, si esas modificaciones no llegan a tiempo, se llegará a convocar una nueva reunión que diga “hacia un nuevo orden mundial para poder seguir viviendo”.