Como conductor, no emitió Alejandro Sabella las mejores señales de cara a lo que se viene en el Mundial. Se mostró inseguro al momento de definir la formación del equipo y el planteo del partido. Tanto que recién a primera hora de la tarde de ayer les confirmó a los jugadores quiénes jugaban y quiénes no. Y luego de un primer tiempo desencantador, asumió su error, hizo saltar por el aire el esquema que le había costado decidir y sin escalas intermedias pasó del 5-3-2 al 4-3-3 con el resultado conocido. Habrá que ver de qué manera las estrellas del seleccionado procesan estas vacilaciones del técnico. Y si, a partir de estas indecisiones, Sabella no ha dejado en el camino algunos pedazos de su credibilidad ante el grupo. Más que los resultados, el funcionamiento de la Selección en los próximos partidos dará la pauta de cómo quedó parado el entrenador tras las idas y las vueltas de las últimas 72 horas.