EL PAíS
Segundo round entre el PJ y la UCR por Moliné
Los senadores oficialistas quieren empezar hoy el juicio al supremo. Los radicales insisten en la impugnación de Baglini. Todos aseguran que de todos modos empezará el enjuiciamiento.
Por Felipe Yapur
El Senado intentará hoy abrir formalmente el juicio político contra el juez de la Corte Suprema Eduardo Moliné O’Connor. Sin embargo, los radicales prometen un acalorado debate previo ante la imposibilidad de que se habilite la excusación presentada por el mendocino Raúl Baglini y que fuera rechazada por la Comisión de Asuntos Constitucionales que preside Cristina Kirchner. “Evitaremos cualquier intento de arrojar un manto de sospecha sobre el proceso”, aseguraron en el bloque oficialista. En tanto, los radicales –decididos a dar batalla por uno de “nuestros hombres”– juran y perjuran que su insistencia no es una defensa velada del supremo y se defienden diciendo que “no complicamos el proceso, sólo se dilató una semana”.
La lectura de la acusación y el informe in voce que deben hacer los representantes de la Comisión de Juicio Político de Diputados –paso previo para el comienzo formal del juicio– no se pudo realizar la semana pasada luego de que la UCR decidiera no sentarse en las bancas. Argumentaron que no estaban de acuerdo con el rechazo a la excusación que había solicitado Baglini por tener un litigio en la Corte, situación que consideraban una clara muestra de “intolerancia democrática”.
A partir de allí se tejieron diversas teorías sobre cuál era la verdadera razón del faltazo radical. Algunos justicialistas creyeron ver cierta connivencia con el cortesano. Sin embargo, uno de los senadores del oficialismo con mayor predicamento en el bloque evitó ahondar sobre la intencionalidad de Baglini, pero advirtió que “abre las puertas para que la estrategia de la defensa de cuestionar a los legisladores que son abogados se concrete y terminen por vaciar el tribunal”. Incluso sostuvo que se está permitiendo la posibilidad de que la defensa recurra a tribunales internacionales y así “embarrar aún más la cancha”.
La advertencia del embarre a la que hizo mención este senador también incluye al diputado justicialista Ricardo Falú. “Me parece que sus argumentos sobre la suspensión de la sesión pasada fueron poco afortunados”, indicó el legislador que proviene de una provincia patagónica. Tras la caída del debate anterior, Falú deslizó sospechas sobre un posible “pacto de Olivos” entre menemistas y radicales para favorecer a Moliné.
Justamente estas declaraciones son aprovechadas ahora por los senadores radicales para aglutinar el bloque detrás de la posición de Baglini. La semana pasada algunos legisladores radicales habían expresado sus reparos por la decisión de no bajar al recinto ya que consideraban que los dejaban más cerca de la defensa del magistrado que de la posición de jueces que les otorga el juicio político. Ahora esas diferencias desaparecieron y es posible escuchar a los radicales acusar a Falú de “atrevido” y de “irrespetuoso” para con el cuerpo. Esta acusación la hicieron extensible a la frepasista Nilda Garré e incluso al radical Carlos Iparraguirre, a los que definen como “cómplices” de los “improperios” del diputado del PJ.
De todas formas, el titular del bloque de senadores de la UCR, Carlos Maestro, aseguró que hoy estarán sentados al menos 12 miembros de la bancada. Aunque advirtió que primero harán escuchar sus quejas por la decisión de la comisión que preside Cristina Kirchner de no aceptar la excusación de Baglini. “Es nuestra obligación defender a nuestro hombre”, indicaron, pero aclararon que están dispuestos a acatar la votación que derivará de este debate.
Una vez superado el tema Baglini, los radicales no piensan dejar pasar el desagrado que les produjeron las declaraciones de Falú ya que tienen planeado retirarse del recinto cuando los diputados tengan que hablar. Eso sí, retornarán cuando se deba aprobar la acusación para luego correrle vista al acusado y que comience a correr el plazo de 15 días hábiles de ladefensa. “Nuestro retiro no afectará el proceso, porque ese informe lo leeremos cuando nos llegue la versión taquigráfica”, indicó un senador radical mientras buscaba exagerar su enojo con los “insolentes” colegas pejotistas.