EL PAíS › KIRCHNER CON LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS
El festival por la nulidad
Varios miles de personas asistieron ayer al festival para festejar la declaración de nulidad de las leyes de impunidad. Al mismo tiempo, el presidente Néstor Kirchner recibió a organismos de derechos humanos y les entregó una copia del decreto.
Por Luis Bruschtein
“Apoyamos y apoyaremos las leyes que sirvan para desterrar la impunidad –leyó la locutora Liliana Dawnes desde el escenario recostado contra la Casa Rosada–, pero esto no significa que los organismos de derechos humanos apoyan la gestión de ningún gobierno o partido político, y menos en esta coyuntura electoral.” El texto forma parte del documento que se leyó anoche en el Festival Juntos por la Justicia y lleva la firma de los organismos de derechos humanos cuyos representantes fueron recibidos en ese momento por el presidente Néstor Kirchner.
Varios miles de personas se reunieron ayer en la Plaza de Mayo para participar en el festival convocado por los organismos de derechos humanos para festejar la declaración de nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Con pocos días de organización y de convocatoria, la gente fue llegando desde temprano y se sentó sobre el césped a tomar mate y el sol de la tarde.
El escenario, recostado sobre la Casa Rosada, tenía un gran cartel que decía “Las leyes son nulas e inconstitucionales, Juicio y Castigo a los Genocidas. Por una Argentina sin impunidad”. Algunos llegaron en bicicleta, otros traían el maletín de oficinista, algunos vecinos de los barrios cercanos, y entre ellos deambulaban varios Piñón Fijo vendiendo globos para los chicos, malabaristas callejeros y vendedores de golosinas. Sobre un costado del escenario había una jaula con tres militares de papel maché dentro. Frente al escenario, sobre la calle Balcarce, protegido por un vallado en el borde de la plaza había una especie de platea con sillas donde se ubicaron las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, las Abuelas y miembros de los organismos de derechos humanos que participaron en la convocatoria del festival, que también contó con el respaldo de las secretarías de Derechos Humanos de la Ciudad y de la Nación,
Cuando el uruguayo Daniel Viglietti se puso a cantar, varios de los numerosos setentistas le hicieron coro mientras recordaban los recitales semiclandestinos del cantante en los años 70. “Es increíble –comentaba uno de ellos–, quién se hubiera imaginado que alguna vez se podría hacer un acto con ese cartel pegado en la pared de la Casa Rosada.” En ese momento, los representantes de los organismos de derechos humanos, Madres-Línea Fundadora, Abuelas, APDH, CELS, Comisión Provincial por la Memoria, Familiares y Serpaj, ingresaban a la Casa de Gobierno acompañados por el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde, para entrevistar al presidente Kirchner. En la Plaza resonaba la letra de una vieja canción de Viglietti: “No digo nombre ni señas, sólo digo compañeros”. Entre el público no había carteles de partidos ni organizaciones, sólo una bandera argentina con la estrella federal que decía “Libertad a los compañeros Montoneros, Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía”.
“Estamos hoy aquí exigiendo al Poder Judicial que permita terminar con la impunidad en Argentina, declarando lo que los poderes Ejecutivo y Legislativo han hecho realidad: que las leyes de Punto Final y Obediencia Debida son inconstitucionales”, señala el documento de los organismos de derechos humanos con relación al dictamen que debe emitir la Corte Suprema sobre las leyes. Algunos de las agrupaciones, como HIJOS y Ex Detenidos Desaparecidos, que impulsaron el debate parlamentario de las leyes, objetaron sin embargo el acto de ayer por el hecho de que se hiciera en el contexto de una campaña electoral, lo que podía “partidizarlo”. Otros, como el MEDH, criticaron la poca anticipación con que se había hecho la invitación para la entrevista con Kirchner.
La delegación, encabezada por Estela Carlotto y Adolfo Pérez Esquivel, se reunió durante una hora con el Presidente, quien les entregó una copia del decreto que declara la nulidad de las leyes y les manifestó su total decisión de llegar a una solución a través de la Justicia con respecto a las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. El Presidente también les expresó que no solamente seguiría impulsando la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de impunidad, sino que promoverá una renovación del sistema judicial. “Hay una voluntad de búsqueda de la verdad y la justicia –expresó Pérez Esquivel al comentar la reunión–, eso es lo que vinimos a apoyar porque es lo que siempre hemos reclamado.”
De todos modos, entre los militantes de los organismos todavía quedaba el sabor amargo por la libertad de los represores decretada por el juez Rodolfo Canicoba Corral cuando el gobierno español levantó el pedido de extradición. Varios jóvenes estudiantes de periodismo recorrían la concentración grabador en mano. “¿A usted le parece que la nulidad de las leyes declarada por el Congreso fue una cortina de humo para evitar las extradiciones?”, preguntaba uno de ellos. “Mirá, conseguir verdad y justicia es una lucha –le respondió una de las Madres– y los adversarios no son paralíticos, tienen poder y devuelven los golpes, pero nosotras vamos a seguir luchando, si los liberaron, vamos a pedir que los encarcelen cuando empiecen los juicios y si los encarcelan vamos a seguir luchando para que los condenen, nosotras festejamos lo que conseguimos, pero vamos por más.”
A Viglietti, que anunció que seguiría viaje a Chile para participar en el homenaje a Salvador Allende el 11 de septiembre, lo siguió el grupo de percusión La Chilinga y luego Adriana Varela y Teresa Parodi. “Estamos aquí gracias a los que nunca se rindieron y nunca se van a rendir, gracias a los que van a seguir luchando”, exclamó la cantante al finalizar su actuación. El grupo de teatro Catalinas Sur cerró el festival con algunas canciones del Fulgor Argentino.
Varias Madres comentaban con preocupación que habían internado en el Argerich a la madre de Maximiliano Kosteki, uno de los piqueteros asesinados en el Puente Pueyrredón. En otro grupo se pasaban el aviso para el velatorio que se realizaba ayer a la noche en la sede de ATE-Capital de Horacio Pietragalla, militante desaparecido durante la dictadura cuyos restos fueron identificados recientemente. En otro sector se hablaba que estaba en Buenos Aires un grupo de indígenas tobas que fueron duramente reprimidos en la provincia de Formosa. La agenda de los derechos humanos nunca se termina, es una contienda permanente.