El Parlamento del Mercosur (Parlasur) aprobó ayer una declaración contra los fondos buitre y en respaldo de la Argentina, en la disputa por el pago de la deuda a los bonistas reestructurados en Estados Unidos. El Parlamento manifestó su rechazo al “comportamiento de agentes especulativos que ponen en riesgo los acuerdos alcanzados entre deudores y acreedores, afectando la estabilidad financiera global”. Así, el Parlasur se sumó a distintos foros internacionales que apoyaron a la Argentina en el litigio con los fondos buitre, entre los que se cuentan la OEA, la Celac, el Mercosur, el Unasur, el Foro G-77+China y hasta cierto punto el FMI.

El Parlasur –un organismo constituido en 2006 con representantes legislativos de todos los países miembros del Mercosur– emitió ayer una declaración titulada “República Argentina contra Holdouts o Fondos Buitres”. Fue aprobada en Montevideo. El texto lo firman el presidente del Parlasur, Rubén Martínez Huelmo, y el secretario parlamentario, Edgar Lugo.

El documento advierte que el fallo judicial tiene por objeto a “un grupo minoritario de tenedores de títulos de deuda soberana de la República Argentina pendiente de reestructuración (holdouts)” y destaca “los esfuerzos que viene realizando la República Argentina para honrar los compromisos adquiridos desde la reestructuración de su deuda soberana en los años 2005 y 2010, a la que se acogieron más del noventa y dos por ciento de sus acreedores”.

El Parlamento regional advierte que la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de no revisar el fallo de Thomas Griesa, y ni siquiera de pedir opinión al gobierno de Barack Obama, puso a la Argentina en una situación que la obliga “a cancelar la totalidad de lo demandado por los fondos buitre al mismo tiempo que paga a los tenedores de bonos que ingresaron en el canje de la deuda externa”.

A raíz de esto, señala la declaración, “la interpretación por parte de los tribunales norteamericanos de la cláusula pari passu permite a un solo acreedor frustrar la implementación de un plan de reestructuración exitoso que cuenta con el apoyo de más del 92 por ciento de los bonistas que voluntariamente ingresaron al canje”. El Parlasur consideró que “esa decisión de la Justicia norteamericana pone en riesgo no sólo la resolución cooperativa de crisis de deuda soberana de los estados, sino que condiciona severamente la estabilidad y el desarrollo social y económico de la República Argentina”.

“Al no considerar el proceso de reestructuración de la deuda, negociada en 2005 y 2010 por el gobierno argentino, con más del 92 por ciento de los acreedores, la decisión del juez Thomas Griesa y de la Corte Suprema de los Estados Unidos produjeron una decisión simplemente inaplicable”, concluye la declaración del Parlasur, que advierte sobre “los fondos especulativos que promovieron la crisis sistémica en la economía mundial en 2008, a partir de la crisis del ‘subprime’ en los Estados Unidos y ahora quieren poner a la Argentina de rodillas, con la anuencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos, para sacar hasta la última gota de sangre de su economía y del esfuerzo nacional para la producción de bienes y servicios necesarios para la vida de los argentinos”.

El Parlasur recordó que ya hubo declaraciones “contra las prácticas de los fondos especulativos de organismos internacionales, de lo que resulta un absoluto respaldo a la hermana República Argentina” por parte de Unasur, OEA, Aladi, Celac, ALBA, Banco del Sur, Parlamento Andino y el G-77+China, entre otros foros internacionales. Hasta medios conservadores como The New York Times y organismos como el FMI mostraron su descontento con el escenario, que podría perjudicar a Nueva York como plaza financiera.

A esto se sumó la declaración del Parlasur, que manifestó “su solidaridad con el pueblo y gobierno de la República Argentina y su respaldo al logro de una solución que no comprometa el amplio proceso de reestructuración de su deuda soberana, rechazando el comportamiento de agentes especulativos que ponen en riesgo los acuerdos alcanzados entre deudores y acreedores, afectando la estabilidad financiera global”.