El diputado Ricardo Alfonsín se lanzó como candidato a presidir el Comité bonaerense de la UCR, que deberá renovar sus autoridades el 7 de septiembre. Alejado del escenario nacional –protagonizado ahora por Julio Cobos y Ernesto Sanz–, Alfonsín decidió recluirse en la provincia de Buenos Aires, donde lidera la línea interna más importante, el Morena. En un escenario de mucha dispersión, el único adversario que se le presenta por ahora es Daniel Salvador, que cuenta con el apoyo de Leopoldo Moreau y también de Sanz, titular del Comité Nacional. Si bien hay tiempo hasta el cierre de listas del 7 de agosto para lograr una lista de unidad, desde el alfonsinismo aseguran que el lugar para el ex candidato presidencial “no se negocia”.

La disputa por el control de la estructura bonaerense de la UCR se despertó ayer tras el plenario realizado por el Morena en el gimnasio cubierto del Centro Asturiano, en Vicente López. Allí se proclamó la candidatura de Alfonsín, con el apoyo de algunos aliados, y se hizo un llamado a la “unidad partidaria” y al “fortalecimiento” del radicalismo dentro del Frente Amplio Unen, de cara a 2015. “Para darle más fuerza a Unen necesitamos que la UCR Buenos Aires se consolide desde la unidad, el trabajo cotidiano y el territorio”, aseguró el diputado radical al dar su discurso, en el que no ahorró críticas para las otras fuerzas políticas: “Nos convoca el desafío de fortalecer a Unen como alternativa al falso dilema de patria clientelar o patria contratista”, remató.

Después de una conflictiva elección de autoridades en 2013, que terminó finalmente con una lista de unidad, pero sólo después de la judicialización y postergación de la interna, el panorama asoma ahora diferente. El espacio opositor Nuevos Aires, que reunía a dirigentes alineados con Moreau y con otros referentes provinciales, quedó disgregado. Algunos de sus integrantes saltaron al massismo, como el intendente de Junín, Mario Meoni, o el diputado provincial Ricardo Jano. También se fue al Frente Renovador el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien en la última elección había jugado con Alfonsín. Una de las incógnitas que se presentan para esta interna es el lugar que jugarán los dirigentes del possismo que no fueron expulsados de la UCR. Desde la oposición a Alfonsín reclaman que ninguno de ellos ocupe cargos en la estructura partidaria, mientras que en el alfonsinismo deslizan que jugarán a favor suyo.

La interna provincial también estará atravesada por la disputa presidencial entre Cobos y Sanz. El ex vicepresidente acompaña al sector de Alfonsín, con quien mantiene una buena relación. En el entorno de Sanz, en cambio, sostienen que para lograr una lista de unidad el presidente debe ser Salvador, quien ocupó el cargo en el período 2009-2010.

Actualmente el comité está presidido por el legislador Alejandro Armendáriz, que participó del cónclave del Morena. Antes fue el turno del diputado nacional Miguel Bazze, mano derecha de Alfonsín y actual precandidato a gobernador por ese espacio. En el alfonsinismo esperan darle mayor visibilidad al partido radical, colocando a una figura de peso como máxima autoridad en el distrito. “El radicalismo de la provincia de Buenos Aires tiene mucho que decir y mucho que aportar para garantizar el éxito de esta convocatoria, por lo que se necesita desde la conducción partidaria un fuerte liderazgo político que garantice el armado de esa construcción frentista”, sostiene el documento firmado por el Morena, en un claro guiño a los otros referentes del FAU como el socialismo, el GEN y la Coalición Cívica.

En 2010, la victoria del alfonsinismo frente al sector de Moreau y Storani terminó por catapultar al hijo del ex presidente al terreno nacional, del que quedó relegado tras el 11,1 por ciento en las presidenciales de 2011 y el 11,8 de las legislativas de 2013.