EL PAíS › REUNION DEL PRESIDENTE CON IBARRA TRAS LAS ELECCIONES

Armar el espacio progresista

También estuvo en el encuentro Alberto Fernández. Kirchner solicitó a Ibarra que agrupe un polo de centroizquierda que le sirva de apoyo. El papel de Binner, Sabbatella y Arriaga.

Por Santiago Rodríguez y Diego Schurman

Aníbal Ibarra se reunió ayer con Néstor Kirchner en la Casa Rosada. “No hablamos de cargos”, se atajó en nombre del santacruceño el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y lo mismo dijo el jefe de Gobierno porteño. Pero sí hablaron de política y de la posibilidad de que Ibarra haga algo que no le resultará sencillo hacer: articular en el plano nacional un espacio progresista para acompañar la gestión del Presidente, similar al que tejió en la ciudad para pelear su reelección. Entre bromas y anécdotas sobre el día de los comicios, también charlaron de avanzar de manera conjunta con distintas obras en la Capital Federal, una vidriera que no es despreciable para ningún mandatario.
Kirchner e Ibarra habían arreglado verse durante esta semana el último domingo. Ese día el Presidente llamó por teléfono desde Santa Cruz al jefe de Gobierno, minutos después de que Mauricio Macri admitiera su derrota. Entonces, Kir- chner felicitó a Ibarra y le transmitió su alegría por el triunfo. Más distendidos y café de por medio, ayer le comentó que en el tiempo que transcurrió entre el cierre de los comicios y la confirmación de su victoria, se había “vuelto loco” porque los encuestadores lo llamaban para anticiparle que había ganado por seis o siete puntos y la televisión difundía bocas de urna que le daban una ventaja de apenas dos.
En su encuentro de casi una hora también participó Fernández. Su presencia en la reunión no hace otra cosa que confirmar su papel de mentor del absoluto apoyo que Kirchner le brindó a Ibarra. Por eso, Fernández cosechó elogios de los protagonistas centrales del encuentro.
Al día siguiente de su triunfo, Ibarra adelantó a Página/12 su idea de “trabajar desde la ciudad para fortalecer un espacio transversal” a nivel nacional. También el mismo domingo de la elección porteña, Fernández señaló a este diario que “tenemos que ser capaces de convocar a los argentinos honestos, sean o no peronistas” y se proclamó creyente de “la transversalidad”. En su paso por la Casa Rosada, Ibarra conversó precisamente con Kirchner sobre la posibilidad de avanzar en ese sentido.
El santacruceño está interesado en que Ibarra reúna al “conjunto de fuerzas progresistas que están al margen del peronismo”. En el Gobierno estiman que también la derecha se aglutinará para darle batalla a Kirchner y que el armado político que pueda hacer Ibarra será de utilidad para ofrecerle resistencia. El negocio para Ibarra es convertirse en referente nacional de las expresiones de centroizquierda no alineadas con el PJ.
En la charla entre ambos se mencionaron nombres como el del intendente de Rosario, el socialista Hermes Binner, y el de Morón, Martín Sabbatella. Con casi el 40 por ciento de los votos, Binner fue el candidato a gobernador más votado hace dos semanas en Santa Fe y si no ganó fue sólo porque en ese provincia se aplica la Ley de Lemas. Sabbatella, quien llegó a la intendencia de Morón de la mano del Frepaso, retuvo su cargo el último domingo con más del 50 por ciento de los votos al frente de un partido local que armó tras la debacle de la Alianza.
Ibarra incluye además entre los dirigentes a incorporar al espacio transversal que se propone impulsar al intendente de Cipolletti, Julio Arriaga, quien hizo una decorosa elección como candidato a gobernador de Río Negro. Y como pretende replicar lo que hizo en la ciudad, también cuenta al ARI de Elisa Carrió y a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), aunque los ibarristas admiten que no será fácil sumarlos.
En ambos casos las dudas son fundadas: la chaqueña no salió hasta ahora a pelearse contra Kirchner, pero tampoco termina de respaldarlo, y la central sindical conducida por Víctor De Gennaro viene realizando una suerte de “apoyo crítico” al Gobierno. “El nivel de acuerdo político en el marco de este esquema que planteamos seguramente va a ser menor al que tenemos en la ciudad”, anticipan en el entorno de Ibarra.
Kirchner e Ibarra también charlaron de seguir desarrollando la agenda conjunta de gestión sobre la que vinieron trabajando en las últimas semanas. El carácter de vidriera nacional que tiene la ciudad lleva a quehacer obras les convenga a los dos. La idea es impulsar la construcción de la autopista ribereña, la extensión del Subte A y el traspaso del edificio del Correo a la ciudad para convertirlo en un centro cultural. Kirchner también manifestó que puede dar una mano en la búsqueda de financiamiento internacional para construir una nueva línea de subterráneos.
La conversación sobre la eventual incorporación de kirchneristas a la administración de Ibarra quedó para más adelante. En el gobierno porteño, sin embargo, anticiparon que la Secretaría de Obras Públicas sería ocupada por un hombre del Presidente.

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Kirchner e Ibarra se abrazan, felices por el triunfo común del domingo pasado en la Capital.
 
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