A pocos días de que se cumplan cinco años del asesinato de Silvia Suppo, militante social y ex presa política, fueron condenados a prisión perpetua Rodolfo Cóceres y Rodrigo Sosa por ese crimen. Suppo fue asesinada de una decena de puñaladas en pleno día, el 29 de marzo de 2010 en Rafaela, mientras atendía su negocio de artesanías y cueros. Tenía 51 años y su testimonio era importante para el juicio que, cinco meses más tarde, condenaría a los grupos de tareas santafesinos, entre los cuales estaba el ex juez federal Víctor Brusa.

“No termina acá la batalla judicial, hay que avanzar en la mecánica, el móvil, en la estructura que hizo posible el asesinato y en el rol de la policía. Nosotros habíamos pedido esa pena, pero faltó mayor énfasis en el accionar policial durante la instrucción” del caso, dijo Martina Destéfanis, hija de la víctima y parte de la querella. Suppo había sido secuestrada en 1977 y torturada en la comisaría 4a de Santa Fe, violada en el centro clandestino de la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), conocido como La Casita. Durante su secuestro la mujer fue obligada a abortar.

Los jueces María Vella, José María Escobar Cello y Luciano Lauría condenaron a los acusados del asesinato como “coautores de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y para procurar impunidad”. La querella, encabezada por los abogados Lucila Puyol y Guillermo Munné, planteó desde el principio que el robo no fue la causa del crimen, sino que estuvo motivado por la historia de militancia de Suppo.