Jueves, 2 de abril de 2015 | Hoy
EL PAíS › LA SI CITó A STIUSO PARA QUE ACLARE SI SE ANALIZARON LAS LLAMADAS AL EXTERIOR VINCULADAS CON EL CASO AMIA
El titular de la SI, Oscar Parrilli, reveló que no se pudo verificar que la revisión de las comunicaciones, solicitada en 2005, se haya hecho. Hay sospechas de que puede tratarse de una inacción acordada entre Alberto Nisman y el ex hombre fuerte de la SIDE.
Por Raúl Kollmann
Las nuevas autoridades de la Secretaría de Inteligencia (SI) citaron al ex espía Antonio “Jaime” Stiuso para que explique una especie de inacción concertada con el fiscal Alberto Nisman respecto de escuchas telefónicas cruciales en la investigación AMIA. Stiuso deberá presentarse en la ex SIDE el lunes próximo. El planteo original proviene de los fiscales que asumieron ahora el expediente en la Unidad Fiscal de Investigación-AMIA, tras la muerte de Nisman, y surge de lo que a priori parece llamativo: no se hizo un entrecruzamiento de las llamadas internacionales hechas desde Argentina entre 1991 y 1996. La lógica es que en esas comunicaciones tiene que haber algunas referidas al atentado de 1994, pero no está claro si el análisis se hizo o no y lo cierto es que motivó 15 notas entre Nisman y Stiuso, de 2005 a 2013. Además, la nueva cúpula de la SI descubrió que no hay en esa central de Inteligencia ningún equipo trabajando en la investigación del ataque a la mutual judía, también una grave muestra de inacción. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenó contratar expertos internacionales para hacer el trabajo de entrecruzamiento, en caso de que no se haya hecho.
A los nuevos fiscales que integran la UFI-AMIA –Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Saladini, con la coordinación de Juan Murray– una secretaria les entregó para firmar un oficio dirigido a la SI preguntando por los resultados del entrecruzamiento de llamadas al exterior de la época del atentado. El pedido original data de 2005, pero pese a que todo el tiempo Stiuso contestaba los oficios diciendo que casi ya estaba listo, en diez años nunca se terminó. O eso parece.
En la SI, a cargo de Oscar Parrilli y de Juan Martín Mena, explicaron ayer que consultaron a todas las áreas y ninguna trabajó en el análisis de las llamadas internacionales de la época del atentado y no hay noticias de que ese estudio se estuviera haciendo. Es lo que le quieren preguntar justamente a Stiuso. Ayer lo notificaron de la citación en todos los domicilios, incluyendo el de su abogado, pero los trascendidos de los últimos tiempos indican que Jaime, como lo llaman en la SI, se encuentra en el exterior.
Entre 1991 y 1996, o sea en la época de los dos atentados, contra la Embajada de Israel y la AMIA, existían en la Argentina pocos celulares. Casi todas las llamadas internacionales se hacían desde teléfonos fijos o desde locutorios. En una investigación como la de los atentados indefectiblemente se transitaban dos andariveles:
- Ver las llamadas entre personas sospechosas. Sin dudas se revisaron todas las comunicaciones de Mohsen Rabbani, de los miembros de la Embajada de Irán, de dos supuestos organizadores –Salman El Reda y otra persona que usó el nombre de André Márquez–, del vendedor de autos truchos Carlos Telleldín y de una gran cantidad de individuos que pudieron tener alguna relación con el ataque.
- La otra vertiente apuntaba a analizar la totalidad de las llamadas internacionales y ver qué anomalías, qué movimientos extraños se encontraban en la época de los atentados. Por ejemplo, si surgían muchas llamadas con un teléfono extraño en Brasil, Chile, Líbano, Siria, Pakistán o el país que fuera. Para hacer este último análisis, se les pidió a las telefónicas que entregaran CD con la totalidad de las llamadas internacionales de esos años. Este último trabajo es sobre el que no hay noticias.
En la SI se preguntaron de inmediato dónde está el informe que, supuestamente, se empezó a trabajar antes de 2005 y que en 2007 estaba casi terminado.
Las hipótesis son varias:
- Que el estudio se haya hecho y esté guardado en algún lado que nadie en la SI conoce. Stiuso tenía un equipo de cuatro comisarios que trabajaban con él, y tal vez lo hizo ese grupo. Parece raro y no se entiende por qué no se trabajó en forma oficial dentro de la ex SIDE.
- La segunda hipótesis es que el estudio no se haya hecho, lo que evidenciaría una inacción muy grave respecto de la investigación del atentado. Para colmo, hay una serie de oficios entre Nisman y Stiuso en los que se autojustificaron porque el trabajo no estaba listo. “En 2006, Stiuso contestó que continuaban trabajando y que la demora se debía a problemas técnicos –reveló Parrilli–. En 2007, Stiuso señaló que continuaban con las tareas y que se había avanzado para que la información fuera apta para su procesamiento. Cerca de fin de ese año, Stiuso escribió que el trabajo estaba próximo a su conclusión. Se ve que había una especie de acuerdo para dar largas, porque las cartas se repitieron todos los años, a veces una vez por año, otras veces en dos oportunidades por año, hasta la firma del Memorándum, en 2013. En esa ocasión, Nisman justificó a ambos en un escrito inusualmente largo, de tres fojas. Se justificó a sí mismo y al espía, diciendo que habían trabajado mucho, pero que no se terminó.”
- La tercera hipótesis –que sería de inusual gravedad– es que hicieron el entrecruzamiento, pero que los resultados orientaban hacia otra pista, no la iraní. Y, por lo tanto, resolvieron no seguir o decidieron no incorporar el informe a la causa.
El juez Rodolfo Canicoba Corral fue durísimo con Nisman, en vida del fiscal: le dijo que debía profundizar la pista iraní, investigar la pista siria y, sobre todo, la conexión local, y le advirtió que respecto de la responsabilidad de Irán sus pruebas se basaban sólo en informes de Inteligencia. Por lo tanto, le insistió en que consiguiera evidencia judicial. Muy en sintonía con la CIA y el Mossad, el fiscal se pegó siempre a la pista iraní y no aceptó ninguna otra vertiente posible.
“Cuando recibimos el pedido de los fiscales del caso AMIA, preguntamos a las direcciones de la Secretaría (de Inteligencia) para saber qué se hizo –explicaron ayer Parrilli y Mena–. Y la respuesta es que no se hizo nada. La Dirección de Terrorismo, la de Contrainteligencia, no encontraron documentos ni acciones realizadas. Se trata de funcionarios de carrera que están en la Secretaría desde hace años. Realizamos una investigación en las computadoras del ex agente Stiuso y no encontramos ningún informe o dato.”
Parrilli anunció que “resolvimos decirles todo esto a los familiares víctimas del atentado. Estamos buscando los CD con esa información de las llamadas telefónicas. La Presidenta nos indicó que, cuando los encontremos, contratemos los mejores especialistas para que hagan los entrecruzamientos necesarios”. A su lado, Mena agregó: “Hubo una tarea dilatoria, que estamos dispuestos a revertir de inmediato”.
Según señalaron ayer los funcionarios de la SI, en algunos de los brevísimos escritos que cada año Nisman le dirigía a Stiuso, el fiscal, además de pedirle por el informe, le preguntaba al espía qué ocurría “con las líneas de profundización de la investigación”. El texto produjo asombro porque dejaba entrever que era Stiuso quien marcaba el rumbo y no Nisman. Es decir que el manejo estaba en manos de un hombre de los servicios –muy vinculado con los extranjeros– y no de quien tenía delegada la instrucción.
En esta “profundización de la investigación” aparecen Alberto Kanoore Edul, un ciudadano argentino de origen sirio-libanés; Salman El Reda, que se creía que era un colombiano convertido al Islam y vinculado con Rabbani, y una persona no identificada que usó un celular desde Brasil a nombre de un tal André Márquez. Lo llamativo es que ningún equipo específico dentro de la SI estaba abocado a buscar pistas distintas, tal como lo pidiera Canicoba Corral.
En la SI hay una fuerte idea –en base al testimonio de los funcionarios de carrera– de que parte de los informes e investigaciones que se dijeron que se hacían, en verdad no se hacían y que los contenidos y conclusiones surgían directamente de informes de servicios de Inteligencia extranjeros. Sin embargo, la espera se prolongará hasta el lunes: ese día, supuestamente, Stiuso se hará presente en el edificio de la calle 25 de Mayo y dará explicaciones. Entre otras cosas habrá que ver qué dice sobre un entrecruzamiento clave que le pidieron durante diez años en los que siempre dijo que estaba casi terminado y que nunca entregó. Y habrá que ver también qué dice de su contraparte, un fiscal que, por lo que está documentado, acompañó las dilaciones.
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