EL PAíS › LOS DESAPARECIDOS DE CORDOBA
Otro cuerpo con nombre
Por Camilo Ratti
Desde Córdoba
De a uno, lentamente, los cuerpos desenterrados del Cementerio San Vicente van recobrando sus nombres. Hoy a las 8, en el Museo de Antropología de esta ciudad, Hilda, Daniel y Carlos Olmedo recibirán los restos de su hermano Gustavo Gabriel, acribillado a balazos junto a sus amigos José Luis Nicola y Vilma Ethel Ortiz en marzo de 1976 por grupos de tareas del Tercer Cuerpo de Ejército. Es el cuarto desaparecido que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identifica en lo que va del año en la fosa común que fuera objeto de exhumaciones en diciembre pasado. Los otros tres habían sido los de Mario Osatinsky, Liliana Sofía Barrios y Horacio Miguel Pietragalla.
“Gustavo vive en sus ideas, en su compromiso social; estoy orgulloso de él, que es un mártir de esta democracia que tanto nos costó recuperar”, dijo ayer entre lágrimas Carlos Olmedo, tras recibir de la jueza federal Cristina Garzón de Lascano la confirmación de que los restos de su hermano fueron encontrados en la fosa común. En la resolución judicial se establece que Gustavo Gabriel Olmedo ingresó en la morgue judicial el 26 de marzo de 1976, luego de ser asesinado con tres disparos en la cabeza y el tórax por efectivos del Tercer Cuerpo de Ejército, que por entonces comandaba Luciano Benjamín Menéndez.
Después de haber salvado su vida días antes, cuando el 5 de marzo fuerzas de seguridad dinamitaron su domicilio, en pleno centro cordobés, un grupo de tareas encontró y mató a Olmedo en una casa del barrio San Vicente, junto a sus amigos José Luis Nicola y Vilma Ethel Ortiz, también acribillados ese día. Los cuerpos de Nicola y Ortiz pudieron ser identificados por familiares y retirados de la morgue a tiempo, pero la suerte de Olmedo no fue la misma: el 27 de abril de 1976 fue enterrado junto a otras decenas de cuerpos, en un procedimiento clandestino, en la fosa común del sector C del Cementerio San Vicente.
Para llegar a la identificación de Olmedo se tuvieron en cuenta datos de la causa y registros del propio equipo de antropólogos, además de las pruebas de ADN que realizó el perito oficial Carlos Vullo, director del Laboratorio de Inmunogenética y Diagnóstico Molecular.