La junta médica que analiza la muerte de Alberto Nisman empezó a redactar ayer las respuestas a las 24 preguntas que les formuló la fiscal Viviana Fein. Como adelantó Página/12, en las primeras respuestas la agrupación es clara: los diez médicos del Cuerpo Médico Forense, los dos de la Policía Federal y Mariano Castex, que representa al informático Diego Lagomarsino, coinciden en una posición, mientras que la disidencia sólo la firman los dos forenses que responden a Sandra Arroyo Salgado.

La postura mayoritaria tiene que ver con la data de la muerte y el mecanismo del deceso. Lo que surge es que Alberto Nisman murió el domingo 18 de enero –no el 17 como dice la querella– y que el mecanismo, de hecho, es compatible con un suicidio. En forma paralela, también la junta de criminalistas empezó a redactar las respuestas y el agrupamiento parece ser el mismo: cinco criminalistas, cuatro de la Policía Federal y Luis Olavarría, que representa a Lagomarsino, están de acuerdo en que Nisman estaba parado frente al espejo del baño y que todo indica que se quitó la vida. El perito de Arroyo Salgado, Daniel Salcedo, sostiene en cambio que fue llevado al baño, lo obligaron a arrodillarse y lo ejecutaron. Quienes han presenciado ambas juntas afirman que hubiera sido muy buena la existencia de una transcripción porque los debates son muy intensos, educativos y las posturas muy claras. Se está esperando que la jueza Fabiana Palmaghini oficialice las conclusiones de la pericia informática. La magistrada mantiene el secreto, aunque todo indica que la computadora de Nisman fue abierta en Le Parc aquel domingo 18 a la mañana, lo que prueba por otra vía que el fiscal murió a lo largo de esa jornada como estableció la autopsia.