Los trabajadores del Hospital Interzonal Evita, que funciona en la localidad bonaerense de Lanús, decidieron rechazar la atención al genocida Roberto Cabrera, que ingresó el domingo a la noche a la Unidad Coronaria de la institución “con un cuadro leve y a la espera de la colocación de un marcapasos”, informó la organización Justicia Ya. “La responsabilidad del Estado sobre la custodia y atención médica de los genocidas de la última dictadura no puede ser delegada en la responsabilidad individual de los trabajadores”, apuntaron los trabajadores a través de un comunicado en el que advirtieron: “No nos negaremos, por razones éticas y humanitarias a atender a un represor, siempre que el hospital sea la última alternativa”. En ese sentido, puntualizaron que el “Estado tiene a su disposición todas las herramientas técnicas para otorgar la atención médica que estos asesinos requieran en las dependencias del hospital del penal de Ezeiza”. Cabrera se desempeñó en la Brigada de Investigaciones de Lanús entre el ’76 y el ’78. Fue condenado a 18 años de prisión por 19 casos de secuestro y torturas cometidas en el centro clandestino de detención Puesto Vasco.