Con su regreso al oficialismo, José Eseverri, intendente de Olavarría y fundador del Frente Renovador, le dio ayer el golpe del gracia a la fuerza que aún conduce el diputado nacional Sergio Massa. Esta deserción, la más reciente de una serie que comenzó a fines del año pasado y se aceleró de forma exponencial en la última semana, es doblemente dañina para el proyecto presidencial de Massa. Primero, porque Eseverri era parte del armado massista desde el día cero y formó parte, durante todo este tiempo, del círculo político más cercano al tigrense. Segundo, porque su pase al Frente para la Victoria, foto incluida, se dio a conocer pocas horas después de que el FR intentara frenar la fuga de dirigentes con un documento, confeccionado el lunes por la noche, en el que todos los dirigentes del espacio se “juramentaban ir hasta el final” y se comprometían a no alejarse de esa fuerza. Cuando firmó ese papel, Eseverri ya sabía que un rato más tarde anunciaría su vuelta al redil.

El operativo de retorno del olavarriense estuvo a manos del secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” De Pedro, que en las últimas semanas se consolidó como el principal armador del oficialismo en territorio bonaerense. El acuerdo se cerró el lunes por la tarde, en una primera reunión, pero Eseverri pidió veinticuatro horas antes de anunciarlo, para plantear el asunto en la cumbre massista que se realizó esa misma noche, donde “los asistentes a la cumbre se juramentaron ir hasta el final y que nadie más abandonará el Frente Renovador”.

Sin embargo, ayer por la tarde, Eseverri volvió a visitar a De Pedro, y con una foto sellaron su regreso al FpV. El acuerdo, como en los casos de Martín Insaurralde y Darío Giustozzi, incluye el visto bueno para que el dirigente busque la reelección al frente de su municipio. “Me siento representado por este proyecto”, señaló el jefe comunal de Olavarría, confirmando el nuevo pacto. Así, se convirtió en el octavo jefe comunal que abandonó el armado massista a pocos días del cierre de alianzas previo a las PASO, tal como había anticipado Página/12 la semana pasada, cuando Eseverri recibió en su municipio al ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, precandidato presidencial del oficialismo.

Ayer por la mañana, antes de que se hiciera pública la noticia del alejamiento de Eseverri, el intendente de San Miguel, Joaquín De la Torre, uno de los que todavía permanecen fieles a Massa, había asegurado que no habría más deserciones en el FR a pesar de que “los caranchos andan rondando”. Habrá más malas noticias para Massa y para De la Torre en los próximos días: los jefes comunales de San Martín (Gabriel Katopodis) y Hurlingham (Luis Acuña) también preparan su regreso al Frente para la Victoria y sólo están esperando el momento de anunciarlo.

En Casa Rosada destacan no solamente el rápido declive electoral del massismo, sino que el destino elegido por muchos de los que abandonan el FR sea el peronismo y no la entente entre PRO y UCR, que polariza con el oficialismo en los comicios nacionales. “A fines del año pasado, los que se iban del massismo recalaban con Macri, como Posse y Cariglino, o buscaban la foto con él. Ahora el teléfono que no para de sonar es el de Wado. Y estos tipos, que manejan territorio, saben leer bien hacia dónde se mueve la brújula”, analizó un armador oficialista consultado por este diario. La incógnita, a futuro, es cuál será el próximo paso de Massa. “Si quiere volver al Frente para la Victoria habría que ver las condiciones –agrega este veterano del justicialismo–. La verdad es que sería un excelente candidato a la intendencia de Tigre.”