El intendente de La Matanza y presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, ratificó ayer su precandidatura a gobernador bonaerense y aseguró que cuenta con el “aval” de la presidenta Cristina Fernández para postularse. De esta manera quedarían consolidados tres nombres para las primarias provinciales del Frente para la Victoria, mientras todavía sigue en suspenso la situación el secretario de Seguridad, Sergio Berni, uno de los 12 dirigentes kirchneristas que se habían subido a esa competencia. Los otros dos aspirantes al sillón que ocupa Daniel Scioli, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, siguieron calentando ayer la interna, que se disparó por un cruce verbal el lunes. “A la gente de Julián le encanta hacer operaciones todos los días”, cuestionó Fernández. “Yo no voy a hacer absolutamente nada”, respondió Domínguez, evitando la polémica.

Luego del pedido público de la Presidenta para que los precandidatos poco competitivos tengan un “baño de humildad”, el escenario electoral del FpV bonaerense había decantado en cuatro figuras. En el camino quedaron nombres como el de los intendentes Juan Patricio Mussi, Martín Insaurralde o funcionarios como el viceministro de Desarrollo Social, Carlos Castagneto, y el titular de la Anses, Diego Bossio. Algunos como Bossio y Castagneto dejaron entrever que podrían tener algún rol electoral, ya sea como vices o en las listas legislativas.

En ese contexto, comenzaron a circular versiones sobre las postulaciones de Espinoza y Berni. “Estuve con la Presidenta y me dio el aval para que me presente como precandidato a gobernador”, relató Espinoza mediante un comunicado en el que ratificó el liderazgo de la Presidenta luego de las elecciones. “Cristina va a seguir conduciendo este proyecto de país después del 10 de diciembre, ya que fue Néstor junto a ella los que lograron este crecimiento con inclusión social, recuperando así las banderas históricas del peronismo”, agregó.

El jefe comunal planteó que “con mucha humildad y respeto” buscará “representar la voluntad de millones que creen que lo mejor es cuidar” lo logrado por las gestiones del kirchnerismo y “resolver las cuestiones centrales de las problemáticas que tiene la provincia en esta etapa del desarrollo”.

En paralelo, Domínguez y Fernández siguieron la polémica sobre las declaraciones del ex ministro de Agricultura. “El, para responder es un Fórmula Uno y yo soy un Ford Falcon. Pero el Falcon va por tierra, en ruta y no te deja nunca”, había afirmado Domínguez. El jefe de Gabinete cuestionó su comparación y le retrucó que le hacía acordar a “los Falcon verde”. Si bien Domínguez no respondió, la Abuela de Plaza de Mayo Chicha Mariani consideró esas palabras como una “banalización de los dolorosos símbolos del terrorismo de Estado”.

“Todos los días inventan algo nuevo. El otro día lo llamé y se lo dije a Julián. Es una sinvergüenzada. Hagan política, muchachos”, replicó Aníbal Fernández, quien además dijo que estaba “preocupado” por el “manoseo al que sometieron a esta señora”, en referencia a Mariani.

Domínguez evitó seguir profundizando la discusión: “Si hay algo personal levanto el teléfono y lo hablo o lo hablo mirándolo a los ojos, como las personas resuelven las cosas y espero lo mismo”. El presidente de la Cámara de Diputados consideró que “la gente no puede vivir la angustia del debate entre nosotros como si fuera la agenda central de nuestro gobierno”.