A diez días del cierre de las listas para las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los principales partidos que integran el trotskista Frente de Izquierda (FIT) no llegaron a un acuerdo y ya anunciaron sus fórmulas de precandidatos. La posibilidad de que se produzca un acuerdo de última hora quedó casi descartada, y nada parece haber sobre la mesa de negociación para que el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) eviten competir en las PASO. Desde el PTS dicen que insistirán hasta el mismo 20 de junio en una fórmula unitaria que incluya a ambos partidos y así sortear la confrontación al interior de la alianza. Pero para el PO la puerta está cerrada con llave y se disponen a ir “sí o sí” a las PASO, tal como quedó expresado en el acto del viernes en Ferro, donde su histórico dirigente Jorge Altamira volvió a lanzar su precandidatura a presidente.

“Sólo el FIT expresa las aspiraciones de las grandes masas populares, no permitiremos que Scioli y Macri monopolicen la campaña. Los candidatos del oficialismo y de la oposición representan los mismos intereses capitalistas, el Frente es una alternativa política de los trabajadores”, dijo Altamira en el microestadio que, según comentaron sus seguidores, “les quedó chico”. También apoyaron el lanzamiento con su presencia Pueblo en Marcha (Frente Popular Darío Santillán) y Pueblo Unido, de Carlos “Perro” Santillán, entre otras agrupaciones.

En tanto, hoy asumirá como diputada nacional Myriam Bregman (PTS) en la banca donde ya presentó su renuncia Néstor Pitrola (PO), según la tradicional rotación de las fuerzas del FIT en los cargos que fueron ganando desde su nacimiento, en 2011. Organismos de derechos humanos que vienen acompañando a esta abogada asistirán a su asunción, pero ni ese hecho, como tampoco las firmas de intelectuales y docentes que se pronunciaron en favor de la fórmula unitaria –en la cual Altamira estaría acompañado por el diputado nacional por Mendoza, Nicolás del Caño– parecen ser suficientes para impedir que ambos partidos se midan en las urnas para definir la conformación de las candidaturas definitivas que competirán en la elección general del 25 de octubre.

Más allá de las acusaciones y chicanas que cruzaron en estos días ambos partidos –sobre todo en las redes sociales, pero también en los discursos del acto de Ferro–, el punto nodal de disidencia llegó al momento de establecer quiénes ocuparían los primeros lugares en las listas con más posibilidades de obtener nuevas bancas en el Congreso, sobre todo porque el crecimiento del PTS le daría chances de aumentar sus representantes en el Parlamento. El sistema de rotación consiste en que los partidos que integran el FIT ocupan la banca en forma alternada durante el lapso del mandato. Sin embargo, también acordaron en algunos casos no rotar en aquellos distritos electorales donde cada uno obtuvo mayor peso, mientras el otro partido pudiera colocar a sus candidatos para esta campaña. El equilibro quedaba intacto porque la rotación sólo se suspendía si el postulante del otro partido ganaba el cargo.

Esta modalidad era una de las posibilidades que mencionó el PTS para saldar las diferencias con miras a las PASO, pero desde el PO los acusaron de pretender “usurpar” las bancas. “Esta modificación no sólo ya se aplicó en Mendoza, sino que fue a propuesta del PO, que ahora la rechaza con tanto énfasis, pero en pos de la unidad retiramos también esa propuesta de la mesa”, dijeron quienes insisten en que Altamira sea acompañado por Del Caño. Consultado al respecto por Página/12, Gabriel Solano (PO), precandidato a diputado nacional, dijo que este último gesto de sus socios “es poco serio”. Y agregó: “No queremos una competencia a ver quién es más frentista, lo más sano es ir a las PASO, es una decisión ya tomada”.

Ante el nuevo lanzamiento de Altamira, quien ya había hecho una conferencia de prensa en el Bauen, el diputado provincial Christian Castillo (PTS) reiteró que insistirán hasta el último minuto con “una fórmula unitaria que exprese una síntesis entre las distintas y ricas experiencias que hay en el FIT, para poder enfrentar de la mejor forma a los candidatos de los partidos del ajuste”. Desde la casona de Riobamba, siguen sosteniendo que Del Caño representa un fenómeno digno de ser trasladado a nivel nacional, dado que viene de salir segundo para intendente de Mendoza, con el 17 por ciento de los votos. “No nos va a ir mal en las PASO, pero entendemos que Nico aporta al FIT para una mejor elección nacional tan polarizada. Altamira expresa la trayectoria de años de lucha en el socialismo y Del Caño genera empatía en el electorado que reclama un recambio generacional. Con ambos sumamos al votante clásico de izquierda y a los nuevos sectores”, argumentan.

El PTS no les teme a las primarias porque considera que no le faltarán votos, aunque quizá no sean los suficientes para resultar ganadores. La ley que implementó las PASO no permite que el precandidato derrotado sea integrado luego a la fórmula, por lo tanto si gana Altamira quedará su candidato a vice, Juan Carlos Giordano, de la tercera pata del FIT, que es Izquierda Socialista. “Si salimos 60 por ciento PO y 40 por ciento PTS, ese porcentaje no tendrá representación en la elección general”, razonan. Solano, del PO, rechazó el planteo. “Giordano es un buen candidato, no vamos a entrar en el pantanoso terreno de la calificación de perfiles personales, acá hay un programa, y que lo voten más por ser joven (por Del Caño) es un argumento pueril”. Por su parte, Castillo aclaró que “si llegado el plazo siguen con esa tesitura equivocada, la Convención Electoral del PTS ya votó la fórmula presidencial Nicolás del Caño y Myriam Bregman, y en la provincia de Buenos Aires vamos con la fórmula de Christian Castillo y Javier ‘Poke’ Hermosilla, referente del sindicalismo combativo”.

Aunque visto desde afuera suene poco creíble, sobre todo por el nivel de virulencia de ciertas acusaciones, dirigentes de ambos partidos coinciden en un mismo vaticinio: de las PASO el FIT sale fortalecido. Continuará.