SOCIEDAD › UNA VIOLACIóN Y MUERTE CON SOSPECHAS DE PARTICIPACIóN POLICIAL

Un acusado y muchas dudas

Un tribunal juzga por el femicidio de Laura Iglesias, en Miramar, en 2013, a un único imputado. Tiene antecedentes por abusos y hay pruebas que lo incriminan. Pero la familia de la víctima cree que el crimen está relacionado con el trabajo que hacía con presos.

 Por Carlos Rodríguez

Hoy se realizará en Mar del Plata la tercera y última jornada de testimonios en el juicio por el femicidio de Laura Isabel Iglesias, de 53 años, que en sus dos audiencias iniciales del lunes y de ayer dejó en claro que el único imputado, Esteban Cuello, de 22, va camino a una condena que a esta altura es inevitable. Su defensor oficial, Eduardo Carmona, al presentar los lineamientos de su intervención, dijo que sólo cuestionará la participación de Cuello en el hurto del celular de la víctima –el delito menos gravoso que le imputan– y que planteará la “inconstitucionalidad” de algunos términos de la reclusión perpetua que solicitarán la fiscalía y la parte querellante. Por el hecho, ocurrido el 29 de mayo de 2013, Cuello llegó a juicio acusado de robar del estéreo del auto de la víctima, de violación seguida de muerte y de llevarse el celular. La familia de Laura Iglesias, aunque llegue la sentencia a la que aspiran, sigue bregando por el “total esclarecimiento”, porque cree que Cuello no actuó solo y que hubo alguna participación policial.

Ayer, en la segunda audiencia en la sede del Tribunal en lo Criminal Nº 3 de Mar del Plata, el testimonio de los peritos no dejó lugar a dudas sobre la participación de Cuello en el hecho. Antes declararon el oficial principal Hugo García y el comisario Walter Castro, quienes relataron la ubicación y el estado en que encontraron a la víctima, en el Parque Bristol de Miramar. Luego testimoniaron ante los jueces Fabián Riquert, Eduardo Alemano y Juan Sueyro, los peritos médicos Martín Ferreyro, Adolfo Peñeñory, y el licenciado Hernán Gacio. De manera concisa y rotunda, los especialistas ratificaron ante los miembros del tribunal la existencia de muestras irrefutables del ADN de Cuello en toda la escena del crimen.

Laura Isabel Iglesias tenía 53 años, tres hijas, una nieta y trabajaba en el Patronato de Liberados en Miramar. El 29 de mayo de 2013 apareció violada y asesinada en un lugar descampado donde, el día anterior, había dejado su coche, empantanado en una calle de tierra. Era cerca de su casa y enfrente del lugar donde vivía Cuello, con antecedentes de abuso sexual. “Laura apareció en un descampado vestida y boca abajo, estrangulada con un cordón de su zapatilla y atada con el mismo cordón a un arbusto”, dijo en su momento a Página/12 su hermano, Manuel Iglesias.

Uno de los policías que estaban en el lugar cuando encontraron el cuerpo luego de que se denunciara su desaparición, dijo de inmediato: “Por acá vive Esteban Cuello”, quien fue detenido enseguida. Tanto Manuel como Alicia Iglesias, también hermana de la víctima, creen que Cuello “no estuvo solo”. Llamó la atención que en una semana estuvieran los resultados del ADN, dato que daba casi por cerrado el caso, sin investigar la posible intervención de otras personas y algún tipo de vinculación con el hecho del personal policial de la zona. Una compañera de trabajo de Laura fue a ver a Cuello a la cárcel y él admitió que la había violado, pero aseguró que no la había matado. El único imputado nunca prestó declaración indagatoria en la etapa de instrucción y confirmó que no lo hará tampoco durante el juicio oral. La víctima tenía lesiones que demostraban que se defendió del ataque, mientras que no se encontraron rastros concordantes en el imputado.

En el juicio, los peritos confirmaron la presencia del ADN de Cuello en el auto, en el cuerpo y en la ropa de la víctima, en el lazo con el que fue estrangulada y señales en su propio cuerpo del contacto que mantuvo con la mujer violada y asesinada. Ante una pregunta de la fiscal Ana María Caro sobre si era posible que la forma en que estrangularon a Laura Iglesias, con el cordón de su zapatilla, pueda haber sido ejecutada por una sola personal, el perito Peñeñory consideró que “es posible”.

Alejandro Bois, abogado de la familia Iglesias, anticipó que más allá del resultado de este juicio, “en el debate quedaron claras las presiones que sufren las trabajadoras del Patronato de Liberados, motivo por el cual esperamos que en una futura causa se pueda extender la investigación sobre la posible participación de otras personas”. Hoy, desde las diez de la mañana, está previsto que declaren los ocho testigos que restan y ante el anuncio de Cuello de que no quiere declarar, los jueces van a determinar el día en que se realizarán los alegatos de las partes y cuando se conocerá el veredicto. La fiscal Ana María Caro adelantó que acusará a Cuello por todos los delitos que se le imputan, lo que confirma que pedirá la prisión o reclusión perpetua del imputado.

Cuello se hizo presente en el juicio en la primera audiencia y ese mismo día solicitó, a través de su abogado defensor, no estar presente en la sala de audiencias durante la declaración de los testigos, solicitud que fue concedida por los jueces.

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Laura Iglesias trabajaba en el Patronato de Liberados de Miramar.
 
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