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Página/12 En Italia

Desde Milán

Los argentinos que ayer fueron a la Expo 2015 para ver a Cristina Fernández de Kirchner no se quedaron con las ganas. La Presidenta visitó la exposición internacional en Milán para inaugurar formalmente el pabellón de la Argentina y se movió al ritmo de El Choque Urbano, se fotografió con muchos de quienes se lo pidieron y hasta posó con Foody, la mascota de la muestra. “La verdad es que Argentina te alimenta, pero no solamente somos eso, sino que también somos ciencia y tecnología”, remarcó CFK en línea con el mensaje que se busca transmitir en el stand argentino. Fue lo último que hizo en su visita a Italia, en la que, como ella misma repasó, se reunió con el papa Francisco, Lula da Silva y el presidente italiano, Silvio Mattarella; recibió un premio en reconocimiento a la lucha contra el hambre en la Argentina; y habló con científicos y exiliados argentinos.

La Expo 2015 fue inaugurada el pasado 1º de mayo y estará abierta hasta el próximo 31 de octubre. Fue armada en un predio en las afueras de Milán y se estima que por ella pasarán entre 20 y 22 millones de personas. La Argentina armó un pabellón de 1907 metros cuadrados, ubicado junto al de Colombia y enfrente del que instaló España. Por el stand argentino pasan entre 7 y 8 mil personas por día.

Allí llegó la Presidenta ayer a las 17.30. Venía de Roma. El público argentino que se había acercado a verla la esperaba en la puerta porque el pabellón había sido cerrado más temprano a la espera de que cortara las cintas celestes y blancas para inaugurarlo formalmente. Estaba vestida con un conjunto color crema y no bien se bajó del auto que la trajo desde el aeropuerto se desvió de su trayecto para saludar a la gente. “¡Me viste saludar a Cristina! ¡Me viste saludar a Cristina!”, le decía exultante una mujer a su marido. Ahí fueron las primeras fotos.

Unos metros hacia dentro la esperaban el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco, bajo cuya responsabilidad está el stand, y el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, con quienes un instante después Cristina Kirchner cortó –en verdad, desató el moño– las cintas. De la ceremonia participó también el canciller Héctor Timerman.

La idea que el Gobierno se propuso transmitir en el pabellón de esta exposición universal es que “Argentina te alimenta”. La consigna remite, obviamente, a la condición de productor de alimentos que tiene el país, pero busca ir más allá. Los contenidos que están representados en el pabellón son que Argentina alimenta a su pueblo y al mundo, alimenta el conocimiento y también alimenta el debate. La Presidenta lo vio en el recorrido que hizo por el stand, cuyo diseño representa una serie de silos unidos entre sí que parecen un sistema de engranajes para dar también el mensaje de que el país en más que un simple reservorio de alimentos.

En el primer piso, las paredes de los silos son pantalla en las que –a medida que se avanza, como la Presidenta hizo ayer– se proyectan imágenes de la historia de la Argentina y de lo que se hace en el país. En la planta baja está lo que hace furor en la feria: el restaurante al que los visitantes van en busca de asado argentino y donde –cuentan los que han estado varios días– los choripanes causan sensación. “Deben estar preparándose para asar chorizos o algo de los casi 50.000 kilos de carne que vamos a vender en este restaurante del pabellón argentino, batiendo records. La verdad es que si había alguna duda de que Argentina alimenta al mundo fue totalmente despejada en este pabellón, que tiene el restaurante más concurrido y más exitoso de toda la Expo Milán”, destacó CFK en su discurso, al ver las llamas en la parrilla.

La Presidenta habló al bajar de su recorrida por el piso superior. A mitad de la rampa circular por la que los visitantes vuelven a la planta baja tras ver las imágenes de la Argentina, se detuvo para escuchar a El Choque Urbano. El grupo –que todos los días brinda dos funciones, da una clase de tango y otra de percusión– la recibió con un tema propio y después con una chacarera, “La flor azul”. Ya con la Presidenta en la planta baja hizo una linda versión del Himno Nacional.

“Un aplauso para ellos, porque ayudan a que las cosas importantes, como son que la patria, el himno, la bandera, no signifiquen sacralización y solemnidad sino al contrario, juventud, renovación, belleza, creación, creatividad”, pidió después Cristina Kirchner. En su discurso enumeró todo lo que hizo en su visita a Italia, destacó que la Argentina es más que un mero productor de alimentos y agradeció “especialmente a la Cancillería, en la persona de Héctor Timerman, a Carlos Bianco y todo su equipo, que participaron en el desarrollo, en el diseño, en la creación de este pabellón que es un orgullo”.

Cuando terminó de hablar, El Choque Urbano volvió a escena con una versión de “Libertango”, de Astor Piazzolla, y una pareja del grupo bailando el tango. A los percusionistas los acompañó el bandoneonista Adrián, de Violentango. Cristina Kirchner se sentó en el borde del escenario, sobre un costado, y los miró desde allí, acompañando los acordes con un pie.

“Yo me voy a sacar una foto con ustedes”, les había prometido a los jóvenes de El Choque Urbano, que le habían pedido sacarse una foto con ella. Cumplió con ellos y también con muchos otros que se lo pidieron. “Esta vale oro”, se ufanaba un chico que en verdad lo único que hizo fue sacar la foto porque el mérito de pedirle a CFK que posara con ellos fue de la chica con la que estaba. A ella, igual, sólo le importaba la foto. “Después me la guasapeás”, le contestó mientras CFK se perdía entre la gente rumbo al auto que, previa parada para una visita de cortesía al pabellón de Italia, la llevó al aeropuerto para tomar el avión de regreso a Buenos Aires.