El candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, llevó ayer su campaña presidencial a Entre Ríos, donde compartió actividades con su postulante a la gobernación, el senador Alfredo De Angeli. Pero no todo fue actividad proselitista y críticas al kirchnerismo en la jornada entrerriana. Durante su visita, el PRO sufrió las consecuencias del conflictivo armado de alianzas que trazó en esa provincia. Los dirigentes de Cambiemos, Julio Greco y Stella Ferla, ex candidatos a intendente y vice en Concordia, salieron a manifestar su apoyo a la fórmula del Frente para la Victoria. “Las ideas y propuestas que fuimos desarrollando en la campaña tienen mayores posibilidades de ser llevadas a cabo en el futuro gobierno del FpV”, aseguró Greco, al tiempo que Macri se paseaba junto a otros dirigentes por Concordia y Concepción del Uruguay. “Está claro que somos una opción real para miles de radicales sin representación en la provincia”, afirmó el gobernador kirchnerista Sergio Urribarri tras conocerse la decisión de los referentes radicales.

El jefe de Gobierno porteño encabezó ayer varias actividades para reforzar su imagen en el distrito, donde el 9 de agosto obtuvo alrededor del 27 por ciento de los votos y su frente, Cambiemos, el 35. Durante su estadía visitó la Universidad local junto al rector Héctor Sauret, el ruralista De Angeli, el aspirante a vicegobernador, Lucio Godoy, y el economista y referente de PRO en Entre Ríos, Rogelio Frigerio, entre otros. “La gente quiere un cambio que va más allá de lo económico, es más bien un cambio de valores, de estar a su lado para solucionarles los problemas, escucharlos y poner el Estado al servicio de la gente”, afirmó Macri, quien sentenció que “Argentina hizo todo mal” durante la última década.

Mientras el líder del PRO hacía esas afirmaciones, el frente que conforman macristas y radicales sufrió ayer un desprendimiento. Greco y Ferla, ambos de extracción radical, formalizaron su decisión de respaldar al FpV en las elecciones del 25 de octubre. Greco sostuvo que el nuevo acuerdo “significa principalmente la oportunidad de aunar voluntades por una Concordia mejor”. “Tenemos muchos puntos de coincidencia desde lo que proponemos pensando en el bien común y en la realidad social que tenemos que transformar”, completó Ferla.

Ambos mantuvieron un encuentro con la fórmula kirchnerista a la intendencia, Enrique Cresto y Armando Gay, con quienes sellaron el compromiso de trabajo conjunto. “Para nosotros este acuerdo significa que, sin perder nuestra identidad ni cambiar de partido, vamos a concretar mucho de lo que en la campaña le propusimos a la gente”, remarcó Ferla.

El actual intendente de la ciudad de Concordia, Gustavo Bordet, es precisamente el candidato a la gobernación del FpV, en reemplazo de Urribarri. “Me llena de entusiasmo este apoyo que nos dan estos amigos radicales, porque es el resultado no de un negocio político, sino de una prédica convocante que lleva ya ocho años. Es el resultado de una manera de hacer política convocante y abierta que celebra la diversidad con la única condición de la buena fe, la buena voluntad y el poner a Entre Ríos por encima de todos los intereses personales o de sector”, afirmó el mandatario entrerriano. El gobernador y candidato a diputado provincial metió el dedo en la llaga del radicalismo por los acuerdos que realizó a nivel nacional con el PRO y que generaron conflictos en distintas provincias. “Son bienvenidos todos los radicales de ley, que son recibidos con su identidad de partido nacional centenario”, insistió Urribarri y convocó a “todo ese radicalismo entrerriano popular que se resiste a entregar su historia a la derecha light de la Argentina”.

Desde el PRO, en cambio, el candidato a intendente vencedor de las PASO, Roberto Niez, aseguró que los dirigentes radicales apoyaron al FpV porque él se negó a garantizarles un lugar en una eventual gestión municipal.

El radicalismo ya había tenido conflictos con el macrismo a nivel provincial, cuando el sector liderado por De Angeli le negó al ex diputado Atilio Benedetti la posibilidad de incorporar al peronismo disidente para competir todos juntos en una primaria. Con la oposición fragmentada, el Frente para la Victoria logró superar con comodidad a sus contrincantes el 9 de agosto.