EL PAíS › BUSSI SE NEGO A DECLARAR EN LA CAUSA VARGAS AIGNASSE
Un represor de boca cerrada
El represor Antonio Domingo Bussi se negó ayer a declarar por la desaparición del ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse. El juez federal Jorge Parache –quien hace un mes ordenó detenerlo por ese caso– pretendía ampliar su indagatoria, pero Bussi se rehusó a cumplir el trámite con el argumento de que sólo un tribunal militar tiene competencia para juzgarlo por ese hecho. Después de su encuentro con el magistrado, el represor –impedido de asumir como intendente de Tucumán por estar preso— fue trasladado al Hospital Militar en Buenos Aires, donde quedó internado por problemas de salud.
Bussi está acusado por el secuestro y la desaparición de Vargas Aignasse, ocurridos el 5 de abril de 1976. En el marco de la investigación de ese caso, Parache ordenó su arresto el pasado 15 de octubre. La detención le impidió al líder de Fuerza Republicana tomar posesión del cargo de intendente de la capital tucumana, que ganó con unos pocos votos en las elecciones del último 29 de junio.
“Seguimos sosteniendo lo mismo que desde el día de la detención: ello es que el general va a declarar ante los tribunales militares como corresponde”, explicó el abogado del represor, Pablo Calvetti, a propósito de su negativa de declarar ante Parache.
La intención del juez era ampliar la indagatoria de Bussi y con ese objetivo se trasladó hasta los ex arsenales Miguel de Azcuénaga, donde se encuentra detenido. El magistrado pasó allí casi toda la mañana, pero no tuvo éxito: tardó más tiempo en instalar la computadora y la impresora necesaria para cumplimentar el trámite que en redactar el escrito en el que dejó constancia que el imputado se negó a declarar.
Poco tiempo después de la audiencia con Parache, el represor fue trasladado a bordo de un avión del Ejército hasta Buenos Aires para ser internado en el Hospital Militar. Calvetti señaló que el tiempo de estadía de su cliente en ese lugar “dependerá de cómo evolucione su salud”. El abogado también dijo que “estamos abocados a recuperar la salud del general y a que se nos respete el derecho adquirido en las urnas para que Bussi sea el intendente de la ciudad” de Tucumán.
Bussi fue llevado al Hospital Militar –donde fue alojado en una habitación con baño privado– por pedido de su abogado defensor, a raíz del pico de tensión que sufrió la semana pasada. Parache aceptó la solicitud después de recibir un informe de una junta médica que lo calificó como un “paciente de alto riesgo”. Los médicos designados por el magistrado consignaron en su reporte que el estado de salud de Bussi es precario y está sujeto a las complicaciones propias de la hipertensión arterial que padece.