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Página/12
en Bolivia
Desde Santa Cruz de la Sierra

Con 28 grados cerca de la medianoche, esta Santa Cruz no recuerda en nada a la del presidente Néstor Kirchner, que llegó ayer a la tarde en el Tango 01 para una visita casi relámpago. Es posible que vuelva a Buenos Aires hoy después del mediodía, cuando los jefes de Estado y de gobierno de América latina, más España y Portugal, tengan su foto para la colección. Suena formal, pero incluso sin la presencia de Fidel Castro la Cumbre Iberoamericana siempre se las ingenia para tener su toque de picante. En este caso la relación de cada país con España y sus empresas y la pobreza que hizo estallar la política boliviana le ponen el condimento.

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Militares. “No, no es ni siquiera una posibilidad que hayamos estudiado”, dijo un alto funcionario a Página/12 cuando fue consultado sobre si el Gobierno pondrá militares a custodiar por ejemplo las centrales nucleares para liberar efectivos de Gendarmería. Una decisión de ese tipo supondría poner a las Fuerzas Armadas en funciones de seguridad interna que tiene vedadas por las leyes de Defensa y de Seguridad Interior, más aún cuando el país no está conmocionado ni las fuerzas de seguridad fueron sobrepasadas.

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Conflicto I. La relación con España impregna los comentarios de la delegación argentina incluso después de la visita de los reyes al país. En Santa Cruz de la Sierra la comitiva de técnicos chocó con la comitiva española sobre si hay que dotar a las cumbres iberoamericanas de una burocracia estable. Los españoles quieren esa salida y están dispuestos a financiarla. Muchos países de América latina la rechazan, incluso con financiación. La Argentina está a la cabeza de este pelotón. Hasta ahora no quiere una secretaría fija y con estructura propia porque teme quedar dependiendo de los intereses españoles. Para los argentinos, cuanto más difusa sea la forma de las cumbres, mejor.

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Conflicto II. El Gobierno tiene la sensación de que pasó el momento de la visita de los reyes sin un conflicto importante. “Ellos entienden que nosotros no queremos dramatizar la cuestión de las tarifas por los servicios que prestan las empresas privatizadas”, dijo un funcionario argentino. Cuando se le preguntó si el tema figuraría en un eventual encuentro del presidente Néstor Kirchner con el presidente del gobierno español, José María Aznar, respondió: “No sé si va a haber reunión con Aznar, pero igual no hay demasiado que discutir”. Dijo que Kirchner no quiere salir del orden que se trazó para discutir con las privatizadas. Primero, contratos. Después, inversiones. Y por último tarifas. El Gobierno asegura que aún está en la primera etapa, la de los contratos. ¿Y hay plazos para las otras? “No, no hay plazos”, fue la respuesta. Los argentinos afirman que si hay alguna reunión con Aznar, ése será el tono de Kirchner. Explican que la escasez de entusiasmo por un encuentro (“aunque hablar, hay que hablar con todos”, citan a Kirchner) es porque no ignoran que los funcionarios del gobierno español son habitualmente más duros que el rey Juan Carlos.

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Juanito. La delegación argentina cuenta anécdotas de un presidente poco apegado al protocolo. En un momento, en El Calafate, cuando Juan Carlos no lo escuchaba, llegó a decirle: “¡Che, Majestad!”. El propio Kirchner explicó a sus ministros qué le dijo el rey en el momento, registrado en fotos, en que parecían abrazados: “Llámame Juanito”. Apuestas sobre si es cierto o no, por favor a Balcarce 50, Casa Rosada, Buenos Aires.

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Despidos. La primera actividad de Kirchner será un desayuno con los presidentes de Chile, México y Brasil. Con el chileno Ricardo Lagos hará esfuerzos por desmontar cualquier recelo por el conflicto que pudiera haber producido el espionaje militar al consulado argentino en Punta Arenas. Es posible que Kirchner le anuncie a Lagos que despedirá al personal chileno del consulado. De todos modos, el gobierno argentino sigue convencido de que Lagos no tuvo ninguna responsabilidad y atribuye la carga a militares vecinos con ánimo de espiar y, sobre todo, fastidiar la situación interna del presidente chileno y su relación con la Argentina. “Es la tradición antiargentina y xenófoba de una parte de las Fuerzas Armadas de Chile”, explicó un funcionario de la Presidencia que pidió reserva de su nombre.

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Malvinas. “Se puede arreglar, se puede arreglar”, fue la respuesta oficial que obtuvo Página/12 cuando preguntó por la chance de acordar un vuelo a Malvinas desde Punta Arenas que por lo menos haga su última escala en el continente, en Río Gallegos o en Comodoro Rivadavia. Sin embargo, el punto tiene dos problemas. El primero, con el Reino Unido: hasta ahora Londres no quiere reinstalar la comunicación con las islas salvo que los vuelos no partan de territorio argentino. Y el segundo es con Chile: si es verdad que LanChile pierde 900 mil dólares por no aumentar su frecuencia de vuelos a Malvinas y el gobierno de Santiago decide hacer lobbying en su favor, la cuestión entrará en la agenda bilateral y de algún modo la malvinizará.

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Piqueteros. Los funcionarios que acompañan al Presidente afirman que no tiene ningún entusiasmo con el proyecto sobre amnistía a los piqueteros elaborado por diputados del Grupo Talcahuano. El esquema oficial podría expresarse así. Uno, los planes sociales llegan a dos millones de personas. Dos, los piqueteros no superan el diez por ciento de esa cifra. Tres, la mayoría de los grupos piqueteros está dispuesto a acordar formas de protesta o articular microemprendimientos. Cuatro, quedarán grupos más pequeños ligados a partidos de la izquierda tradicional. Cinco, toda Buenos Aires no puede depender de este sector para su tránsito diario. Y seis, de ningún modo Kirchner quiere utilizar la represión porque, dicen que dice, “nunca fue una salida para nada”. La molestia con el proyecto que el Gobierno vetará, si es que el Congreso lo aprueba, es que, en la óptica oficial, tiene un tono muy genérico y deja muchos huecos en la tipificación de las conductas a amnistiar.

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Paralela. Sin creer en la magia (Bolivia es la segunda nación más pobre del continente, después de Haití), la última crisis que terminó con la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada puso en la agenda los temas sociales. Una cumbre paralela convocada por el dirigente cocalero Evo Morales, que también sesiona en Santa Cruz, culminó en un documento presentado a los presidentes de la Cumbre Iberoamericana. “Una vez más, un gobierno creyó que gobernar no era representar sino someter, y tuvimos que demostrar, a precio de sangre y luto, que no es así”, dice el texto que firman “nosotros, mestizos, aimaras, quechuas, guaraníes, chiquitanos y tantos otros”. El documento pide no firmar el Area de Libre Comercio de las Américas, ALCA, “que acabará de fundir la poca producción que tenemos”, reconoce a Bolivia como “la mayor reserva gasífera del continente, lo cual hace que nos quieran hacer pasar por terroristas”, reivindica la “soberanía alimentaria”, pide reconocer cualquier opción sexual y define que “la impunidad de los muchos crímenes y matanzas ocurridos en nuestro país tiene como consecuencia directa la facilidad de los sediciosos de volver a cometer los mismos crímenes, a sabiendas de que no serán juzgados y, por lo tanto, no pagarán por ellos”.

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Visita. ¿Kirchner irá hoy a la reunión del Foro Social Alternativo? “Es posible, si lo invitan y la agenda lo permite”, dijo un ministro. Hasta anoche, sin embargo, no había recibido ninguna invitación. “Pero está dispuesto a conversar con Evo Morales y con cualquiera que lo pida.” La Argentina y Brasil participaron un mes atrás en la salida institucional boliviana que precipitó la renuncia de Goni y la asunción del vicepresidente Carlos Mesa. Negociaron aquí el argentino Eduardo Sguiglia, subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, y Marco Aurelio García, asesor personal de Luiz Inácio Lula da Silva. Sguiglia aprovechó para reactualizar su agenda boliviana.

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Repsol. Bolivia tiene su propia discusión, y fuerte, con España y con Aznar. “Le explicamos a Aznar por qué haremos el referéndum para la venta o no del gas que Bolivia tiene”, dijo ayer Mesa a los periodistas. El referéndum fue uno de los acuerdos para la salida política de la última crisis, cuando una revuelta popular impidió a Sánchez de Lozada seguir gobernando entre otros motivos porque se oponía a la exportación de gas sin el tendido previo de redes de suministro para los bolivianos. “Reformar la Ley de Hidrocarburos es una forma de fortalecimiento de la seguridad jurídica”, dijo Mesa, y parecía hablar de la pelea argentina con las empresas de servicios.

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Vértigo. La historia latinoamericana es veloz. En las calles de Santa Cruz todavía hay pintadas de la campaña electoral que llevó a “Goni” y Mesa a la presidencia. Se destacan en la avenida que Kirchner recorrió desde el aeropuerto de Viru Viru, un paisaje del sur del Gran Buenos Aires con el restaurante Tomita, los avisos de cerveza paceña, la farmacia Santa Cruz,los radiadores Santa Cruz, tiendas La Alemana y un enjambre permanente de camionetas cuatro por cuatro. Hay más altas y más bajas, más largas y más cortas, negras y plateadas, pero en general son nuevas y superan a los autos. Santa Cruz es la ciudad más industrializada de Bolivia. También tiene la tradición más derechista (apoyó al dictador Hugo Banzer, el Antonio Bussi boliviano) y es el sitio donde el narco recicla parte de sus ganancias de la coca.

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Pobres. Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, dedicó parte de su discurso a los excluidos. “Los veinte años de esfuerzos por adaptar la economía de sus países al nuevo mercado mundial les han permitido a ustedes combatir la inflación, aumentar y diversificar las exportaciones y atraer cantidades considerables de inversiones extranjeras directas”, dijo Annan. “No obstante, en su mayor parte esos esfuerzos no han traído aparejadas las mejoras en la vida de los pueblos que éstos esperaban.” Detalló: “Mientras que el 10 por ciento de los hogares disfruta de alrededor del 50 por ciento de los ingresos nacionales, los pobres aumentaron en cifras absolutas y como porcentajes de la población: el año pasado llegaron al 43 por ciento”. También habló Annan de las “gestiones para persuadir al mundo desarrollado de aceptar la parte de responsabilidad que le corresponde por el flagelo de las drogas ilícitas y actuar para reducir la demanda y la oferta, dando a los trabajadores agrícolas una verdadera oportunidad de cultivar y exportar otros cultivos”. Dicho en Bolivia, supone una crítica a la ampliación de la demanda norteamericana de cocaína y, por elevación, un tiro contra la militarización del combate contra el narcotráfico.

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Vacío. No hubo un encuentro especial entre Annan y Kirchner. La agenda no lo permitía. Y, a juzgar por los comentarios oficiosos de la comitiva, el entusiasmo no era suficiente. Kirchner quedó fastidiado por la decisión de Annan de designar igual al ex ministro de Economía de Fernando de la Rúa, José Luis Machinea, en la Comisión Económica para América latina. El presidente argentino se había opuesto y, a último momento, había sugerido por recomendación del canciller Rafael Bielsa al ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez. Era una jugada tardía e imposible, porque las cartas ya estaban jugadas. Pero además el reemplazo propuesto sonó a paradoja: Chacho fue el principal impulsor de Machinea como ministro para el gobierno de la Alianza.

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Lula. El presidente brasileño aprovechó la visita a Santa Cruz para inaugurar un servicio de Promoción de Negocios del Banco do Brasil. Dijo que ese banco acumuló experiencia en el crédito a la agricultura familiar, impulsó a Petrobras, que en Bolivia compite con YPF-Repsol, y enmarcó el corte de cintitas dentro de la estrategia de “transformar en realidad el sueño de integración”.