La intrincada y judicializada jura presidencial de Mauricio Macri también incluyó un giro discursivo ideado desde el entorno más cercano del flamante jefe de Estado con la idea de marcar una diferencia también allí con el kirchnerismo saliente. El presidente se salteó el protocolo y leyó una fórmula propia de jura evitando hablar de patria y patriotismo, cambiándola por honestidad. El cambio lo emparentó con la fórmula de María Eugenia Vidal para la gobernación bonaerense en la que se habla de “lealtad y honradez”.

Aunque Macri sólo juró por “por dios, nuestro señor, y estos santos evangelios”, omitiendo la palabra “patria” a la que luego incluyó a la hora de las demandas si no cumpliera con el juramento. Pudo haber sido un error, pero después insistió. En el párrafo textual que establece el artículo 93 de la Constitución Nacional para la jura presidencial se habla de desempeñar con “lealtad y patriotismo”, pero Macri lo modificó por “lealtad y honestidad”.

Ahí quedó claro que ya no se trataba de un error sino de una modificación ex profeso. Fuentes macristas, explicaron que en el círculo íntimo del Presidente consideraron que las expresiones “patria” y “patriotismo” quedaron demasiado vinculadas al discurso kirchnerista y que, por la impronta con la que buscan teñir esta gestión, quedaba mejor cambiarlas, haciendo eje en la “honestidad”, aun a costa de ignorar la Constitución Nacional que en el mismo juramento prometía hacer observar. Curiosamente, no hizo lo mismo la vicepresidenta, Gabriela Michetti, quien leyó la fórmula habitual de jura: “dios y la patria, sobre estos santos evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo”. “Que dios y la patria me lo demanden”, concluyó. Inmediatamente convocó al presidente electo para realizar “el juramento que establece la Constitución Nacional”. Pero Macri hizo su propio juramento.

Por la mañana, María Eugenia Vidal juró desempeñar con “lealtad y honradez” sus funciones. Aunque en este caso se ajusta al texto establecido en el artículo 132 de la Constitución provincial reformada en tiempos de Eduardo Duhalde como gobernador. Justamente de allí salió, explicaban, adaptar una versión para “la jura de Mauricio”, de manera de otorgarle un sello diferenciador a su parlamento.