Viernes, 11 de diciembre de 2015 | Hoy
EL PAíS › FUNCION DE GALA EN EL COLON, CON 1500 INVITADOS
Entre bocados de salmón y copas de champagne, Macri participó de la velada en el teatro junto a Magnetto, Susana Giménez, De la Rúa, funcionarios y otras figuras del espectáculo.
Con una función de gala en el Teatro Colón, ante 1500 invitados que tomaron champagne y comieron salmón rosado y langostinos, Mauricio Macri concluyó su primer día como presidente de la Nación. Sobre alfombras rojas y con una escenografía hollywoodense, los flamantes funcionarios y sus familias, entremezclados con personajes de la farándula, posaron de punta en blanco para fotógrafos y camarógrafos. Entre los invitados estuvieron el hombre fuerte de Clarín, Héctor Magnetto; el ex presidente Fernando de la Rúa y las animadoras Susana Giménez y Rosa María Martínez Suárez, más conocida por su seudónimo Mirtha Legrand.
“Si alguien pide algo especial nunca digan que no. No se le niega nada a nadie. Si no hay, nos consultan”, instruyó una mujer a unos doscientos trabajadores de una empresa de catering. Eran las siete de la tarde y sobre una gran carpa al costado del Colón se preparaban bandejas gigantes con canapés, quesos, jamón crudo y mariscos, mientras de un camión se bajaban cajas de Chandon, vinos Luigi Bosca, jugos y gaseosas.
“Tienen que estar súper prolijos y ser muy respetuosos. Las chicas con el pelo bien tirante, los rodetes bien abajo, las camisas prolijas”, siguió la pequeña jefa. “Y no quiero ver a nadie paseando con la bandeja. ¡Sáquense la timidez y ofrezcan!”
“Algo más: si tienen sed, no toman nada en la barra. Que nadie los vea tomando”, ordenó un muchacho de traje y pañuelo al tono.
Apenas comenzó a bajar el sol, hombres y mujeres vestidos para la ocasión empezaron a poblar las alfombras de la entrada trasera del Colón.
“Hace media hora que estamos dando vueltas sin poder entrar”, se quejaban los músicos de la Orquesta Estable con sus instrumentos a cuestas, mientras caminaban detrás de las vallas sin poder ingresar a su propia casa.
El primer funcionario que apareció en escena fue Darío Lopérfido, flamante ministro de Cultura porteño. “Sigo como director artístico del Colón, así que multiplicando tareas, feliz con este rol protocolar”, explicó.
La primera celebridad que posó para las fotos fue una señora llamada Teresa Calandra. “Es un día histórico, tengo la bandera puesta en casa hace quince días. Ustedes están contentos, ¿no?”, se permitió dudar.
Dos chicas espigadas buscaban su mejor posición. El cronista indaga para saber quiénes son pero nadie las conoce. “Son amigas de Robertito”, indica un camarógrafo y señala a un movilero con pantuflas. Una joven devela el misterio: Esmeralda Mitre (esposa de Lopérfido e hija de Bartolomé, director del diario La Nación) y su hermana Azul García Uriburu, explica.
Pasadas las 20.30 cayó el grueso de los invitados. Chicas sonrientes que parecen hechas en serie se aseguran de que todos figuren en las listas.
“¡Iván!”, gritaron los movileros de TV. De Pineda, modelo, se acerca, sonríe, se acomoda un mechón. “Es la fiesta de la democracia”, dijo.
A lo lejos aparece Susana Giménez. Más tarde Legrand, la señora de los almuerzos, posa con su nieta Juana. Samuel Gelblung, director de Gente durante la dictadura, se acercó a hablar con la prensa. “Veo gente relajada, no hay histeria, no hay enfrentamientos”, celebró Chiche.
La vicepresidenta Gabriela Michetti dedica tiempo a los medios. “Fue un día larguísimo, me levanté 7.30 para hacerme el peinado”, contó. “Si bien no trabajó, está muy cansado”, dijo sobre Macri.
“Terminan doce años de rencores, de odios, de crear fanáticos”, dijo con el pecho inflado el cómico Miguel Del Sel, derrotado en las urnas en Santa Fe. “Chino, Dady, vamo’al Colón”, les propone mirando a la cámara.
María Eugenia Vidal, flamante gobernadora, saluda a distancia. La diputada Laura Alonso posa con sonrisa infinita en la calle Libertad. La modelo Valeria Mazza evita acercarse. De la Rúa levanta la mano en cámara lenta y posa con su esposa, Inés Pertiné, más Lopérfido y su compañera. Federico Pinedo y Alfonso Prat-Gay bajan apurados y entran rápido. Diego Santilli y Horacio Rodríguez Larreta posan con parejas e hijos, igual que el cocinero intendente Martiniano Molina. Hasta Guillermo Coppola y el mago sin dientes levantan los brazos como estrellas.
Macri llega último, con su esposa. El teatro lo aplaude. Minutos después la Orquesta y el Coro Estable del Colón interpretan el Himno y el preludio a la opera Parsifall, de Richard Wagner; la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, un fragmento de la obra “Estancia”, de Alberto Ginastera. Las chicas con rodetes tirantes sirven salmón y los muchachos champagne. No se le niega nada a nadie.
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