Militantes de derechos humanos, sobrevivientes de la dictadura, víctimas de violencia institucional, compañeros y amigos despidieron ayer a Hugo Cañón, que murió el domingo a los 68 años en un accidente de autos. Luchador lúcido e hiperactivo hasta el final, único fiscal del país que se negó a convalidar la obediencia debida y los indultos en tiempos en que la Procuración era un apéndice de las políticas de impunidad del Ejecutivo, Cañón fue velado en la Comisión por la Memoria bonaerense, que copresidió junto con Adolfo Pérez Esquivel durante más de una década.

Noemí Labrune, de APDH Neuquén, recordó que tras asumir, en 1986, Cañón visitó al obispo Jaime de Nevares para manifestarle su decisión de impulsar los juicios. Alejandra Santucho, de HIJOS Bahía Blanca, destacó que fue hasta el último día hombre de consulta obligada junto con Eduardo Hidalgo, de la APDH, también presente. Aníbal Ibarra recordó las represalias del procurador Oscar Roger luego de que declararan inconstitucionales los indultos. Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, destacó que Cañón se las ingeniaba para estar siempre y que lo vio por última vez en diciembre cuando declaró en el jury a Néstor Montezanti. Gabriela Cerrutti recordó cuando a fines de 2001 acompañó a las Madres en su marcha en medio de la represión en Plaza de Mayo y hace dos semanas cuando estuvo junto a Martín Sabbatella en la clausura de la Afsca. Silvina Segundo, de la Red de Abogados de Lesa Humanidad, apuntó que por problemas logísticos Cañón no llegó a firmar la denuncia contra el presidente Mauricio Macri por las designaciones por decreto de abogados en la Corte Suprema. El ex juez Baltasar Garzón y Carlos Slepoy mandaron textos de despedida desde España: recodaron sus aportes documentales a las causas en el exterior y su testimonio en el juicio a Adolfo Scilingo. Raquel Witis valoró su rol en la lucha contra la violencia institucional. Cipriano García, de la Comisión Provincial, recordó su firmeza ante los uniformados en las inspecciones a cárceles y comisarías. Carlos Casal, ex preso, miembro de la Campaña contra la Violencia Institucional, provocó el mayor aplauso cuando explicó lo que significaba para los presos la visita de Cañón y la importancia de que un fiscal les hablara de igual a igual y respetara a sus familiares.