EL PAíS › TERRAGNO HABLA DEL DECRETO DE FONDOS PARA LA SIDE
La historia de los 30 palos
Por F. Y.
Cuando en la madrugada del 26 de abril de 2000 el Senado aprobó la Reforma Laboral, Rodolfo Terragno era el jefe de Gabinete del gobierno de la Alianza. El funcionario no sabía que en julio se enfrascaría en una dura batalla con Fernando de la Rúa y su hombre en la SIDE, Fernando de Santibañes, ante la intención de reasignar partidas para su dependencia en 30 millones de pesos o dólares. Terragno se opuso, De la Rúa firmó el decreto y poco después, el hoy senador abandonó para siempre el gobierno. Tres años después y tras la confesión del arrepentido Mario Pontaquarto, Terragno sostiene ante Página/12 que esa reasignación “bien pudo haber servido para reparar el faltante de lo que se llama las coimas del Senado”.
Como jefe de Gabinete, Terragno tenía la potestad de reasignar partidas del presupuesto. Por eso De la Rúa y Santibañes tuvieron que recurrir a él para que firmara el decreto que autorizaban los 30 millones que exigía el Señor Cinco para “pagar algunas indemnizaciones”. Ambos exigían –con el aval de ministro de Economía, José Luis Machinea– que el decreto fuera reservado. Terragno se resistió por entender que contradecía el espíritu de la Alianza de transparentar los actos de gobierno.
El jefe de ministros carecía de fuerza en el gabinete. El secretario Legal y Técnico, Virgilio Loiácono, que ocupó el mismo puesto entre 1976 y 1978, recomendaba la reasignación. Pero Terragno se negó a firmar y partió hacia España a reunirse con José María Aznar para discutir el caso Aerolíneas Argentinas. Su ausencia fue aprovechada por Loiácono, quien convocó al ministro del Interior Federico Storani, para refrendar el decreto 569/2000 como ministro subrogante del jefe de Gabinete. El hoy diputado nacional estampó su firma junto a la de De la Rúa y Machinea sin saber que le provocaba la más amplia sonrisa a De Santibañes.
La firma ocurrió el 14 de julio, dos días después de que el senador Antonio Cafiero presentara en sesión de la Cámara alta su famosa cuestión de privilegio. Esa donde indicó que tenía certezas, mas no pruebas de que había circulado dinero para favorecer la aprobación de la cuestionada Reforma Laboral. Pocos días después, el jefe de ministros retornó a Buenos Aires y se enteró de la novedad.
Días más tarde, un viernes por la noche, Terragno recibió un llamado de Cafiero, quien le pidió una inusual y urgente reunión. Se encontraron al día siguiente muy temprano. Recuerda Terragno que el veterano senador le transmitió todas sus dudas sobre la transparencia de la norma en cuestión y le pidió que se las hiciera extensivas a De la Rúa. Terragno, quien por ese entonces no había relacionado la polémica de los 30 millones con las coimas, le transmitió al Presidente las sospechas del legislador. De la Rúa, recordó Terragno ante Página/12, reaccionó indignado tal como lo había hecho cuando éste le cuestionó el decreto reservado. “Están tratando de crear un clima de sospechas generalizadas”, dijo el Presidente. Habló de operaciones políticas contra su persona y el novel gobierno de la Alianza. Carlos “Chacho” Alvarez tiró el tema en varias reuniones de gabinete y como única respuesta –además de gestos de desagrado– recibió el compromiso de De la Rúa de ordenar un arqueo en las cuentas de la SIDE. Poco después, el Presidente dijo que nada extraño surgió de la investigación que se realizó en las cuentas de la Secretaría.
A partir de ese entonces, la vida en el gabinete se le hizo insoportable a Terragno. Mucho más en septiembre cuando criticó la decisión del Senado de autoinvestigarse. El 5 de octubre De la Rúa le pidió la renuncia. El 9 el Boletín Oficial publicó tres decretos. El 867 daba por aceptada su renuncia, el 874 designaba a Chrystian Colombo. El tercero era el famoso 569 que para Terragno fue una maniobra para impedir un escándalo que hoy está de vuelta.