Lunes, 21 de marzo de 2016 | Hoy
EL PAíS › DECLARACIóN DEL EPISCOPADO EN CONMEMORACIóN DEL GOLPE CíVICO-MILITAR DE 1976
Con un lenguaje hasta ahora poco usual en los documentos episcopales, la jerarquía católica difundió un texto titulado “Una fecha para no olvidar”, donde se refirió al “período más oscuro de nuestra historia” y a los crímenes cometidos bajo el terrorismo de Estado.
Por Washington Uranga
En un documento difundido ayer y que lleva la firma de la Comisión Permanente del Episcopado, los obispos católicos argentinos recuerdan el golpe de Estado cívico militar del 24 de marzo de 1976, señalando que se trata de “un hecho que nunca más se debe repetir ni podemos olvidar” y al que califican como el “período más oscuro de nuestra historia” cuyas consecuencias aún siguen vigentes. El breve texto de la jerarquía católica, titulado “Una fecha para no olvidar”, se conoce apenas un día después de confirmarse que el Vaticano accedió a desclasificar los documentos que la Iglesia posee en relación al golpe de Estado y a la dictadura. De esta manera, la Iglesia respondió a la solicitud reiteradamente planteada por víctimas de la dictadura militar y organismos de derechos humanos, y que en último tiempo llevaron directamente sus pedidos al papa Francisco.
Los obispos dicen ahora en relación al momento del golpe que “era un momento complejo y difícil para toda la sociedad”, en el que la “Argentina vivía una escalada de violencia que culminó en el terrorismo de estado, protagonista de crímenes de diversa índole”. Utilizando un lenguaje poco usual en los documentos episcopales sobre el tema, la jerarquía católica enumera y precisa los crímenes a los que se refiere: “la tortura, el asesinato, la desaparición de personas y el secuestro de niños”.
Afirma el Episcopado católico que “los argentinos no podemos dejar de preguntarnos cómo se pudo llegar al período más oscuro de nuestra historia” y ponen de manifiesto que las “consecuencias de enfrentamientos, dolor y muerte aún permanecen y se nos presentan como un pasado que tenemos que afrontar y sanar”.
Señalan también las autoridades de la Iglesia Católica que “la vuelta a la democracia marcó el inicio de un camino de verdad, de justicia y de encuentro entre todos” que, según los obispos, “urge seguir transitando, para alcanzar la concordia y la amistad social”.
Hay también un párrafo para rescatar el valor de los derechos humanos como sustento de la convivencia en la sociedad. Al respecto se dice que “el reconocimiento del valor de la vida, de la dignidad y de los derechos inalienables de la persona constituye la base indispensable de toda convivencia humana y del destino feliz de un pueblo”.
En una alusión estrictamente religiosa y ante la proximidad de la Semana Santa, el documento de la Comisión Permanente subraya que “la memoria del 24 de marzo, este año, coincide con la celebración del Jueves santo, día de dolor y de traición, pero también día en que Jesús manifestó su amor hasta el fin entregando la vida por nosotros”. Para señalar de inmediato que “en su Sangre (de Jesús) hemos sido reconciliados”. Y señalan los obispos que “‘Cristo es nuestra paz’ (Ef 2,14) y el fundamento de una esperanza que nos impulsa a construir una sociedad auténticamente humana”.
La Conferencia Episcopal finaliza su breve documento, aprobado en la reunión de la Comisión Permanente celebrada en Buenos Aires al comienzo de la semana anterior, que el ejemplo de Cristo “nos ayuda a cicatrizar nuestras heridas en la verdad, el arrepentimiento, la reparación en justicia y el anhelo de alcanzar misericordia”.
Respecto de la difusión pública de los documentos que obran en archivos eclesiásticos y que se refieren al período de la dictadura militar, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Carlos Malfa (obispo de Chascomús), admitió que ello no ocurrirá de inmediato dado que se está trabajando sobre los mismos y que aún habría que esperar hasta la segunda mitad del año.
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